city full of lonely people | l.h [1]

capítulo 27

Me freno a pocos pasos de la gran puerta de Luke, la valentía se me está drenando del cuerpo en el segundo que detengo el auto frente a la casa del rubio.

Respiro profundo un par de veces y con mi dedo tembloroso toco el timbre, el ruido de extiende dentro de la casa y por un segundo pienso que nadie me va a abrir pero luego, Sierra aparece detrás de la puerta y me recibe con un abrazo.

—¿Está Luke? —pregunto después de saludarla.

—Salió a comprar unas cosas, ya viene —la chica me sonríe—. Ponte cómoda, estás en tu casa —la veo subir las escaleras y yo me quedo sola aquí abajo.

Bien.

Unos ladridos llaman mi atención y me levanto para saludar a Petunia quien muy emocionada mueve su colita de un lado a otro.

—Oh hola —me agacho y tomo su cabeza para acaríciala—. Te he extrañado —Petunia pasa su lengua por mi mejilla y me río al sentir cosquillas.

Me quedo en el suelo jugando con ella, la can trae sus juguetes y se acuesta a mi lado para que le sobe la panza.

—¿Bree? —me vuelvo piedra cuando lo escucho, giro mi rostro retirando la vista de Petunia para encontrarme con las converse negras de Luke.

Subo mi mirada por sus largas piernas cubiertas en un pantalón de cuadros rojo, mis ojos pasan de las piernas de Luke hasta su pecho y luego sus ojos se clavan en los míos.

—Hola tu —sacudo mis manos y se la extiendo, los azules ojos de Luke bajan hasta mi mano y la confusión se planta en su rostro.

¿La mano? ¿En serio Brea? ¡¿Le extendiste la mano?! Das vergüenza.

—Lo siento —me muevo incómoda—. Necesito hablar contigo.

—Mira que novedad —rueda los ojos— ¿Me vas a caer a mentiras como ayer?

—Vale, me lo merezco —suelto una risa nerviosa—. Luke, lo menos que quise fue mentirte.

—Pero lo hiciste de todas maneras —pasa por mi lado—. Sabes perfectamente que me puedes contar lo que sea, nunca te voy a juzgar y haré lo posible siempre por ayudarte —sus palabras hacen todo más doloroso, él confiaba en mi y mira cómo le estaba pagando—. No hay nada que por ti no haría, creo que te puedes dar cuenta.

—No quería preocuparte...

—Preferiste mentirme, entiendo. —se da la vuelta y pasa a su estudio de música, yo con ganas de llorar lo sigo.

—Vine para hablar, ¿sí? —digo cerrando la puerta de vidrio, bajo las persianas para más privacidad— Está soy yo intentando.

—Viniste porque Calum habló contigo —Luke habla sin mirarme, está de espalda—. De otra manera no estarías aquí.

—Bájale a tu sarcasmo, es suficiente —replico algo molesta—. Me fui del club con Ross porque no me sentí bien.

—Breanna, por favor —niega con la cabeza.

—Déjame hablar —pido y me acerco—. Me sentí mal por algo que pasó allí, no quise seguir en el club y que tú me vieras así, me ibas a hacer preguntas y no quería darlas, no tenía ánimos —se da la vuelta.

—Si me dices que no estás de ánimo para cualquier cosa yo nunca te forzaré ni persuadiré para que lo hagas, lo voy a entender —el azul eléctrico de su mirada me atrapa—. Bree, habla conmigo, si hay algo que te aflige, cuéntamelo.

—Caín estuvo en el club esa noche. —el nudo se cierra con fuerza en mi garganta.

Luke jala mi brazo y me toma entre los suyos, mi cara queda en su pecho y el latir de su corazón en música para mis oídos.