capítulo 48

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Camino de un lado al otro mientras me muerdo las uñas por los nervios, Lyle me mira con el ceño fruncido y niega de vez en cuando, él es doctor, obvio que sabe que debe de estar calmado para este tipo de cosas.

—Le vas a abrir un hueco al suelo —segunda vez que me lo dice—. La operación salió bien, sólo estamos esperando el resultado del análisis que le está haciendo Theo, cálmate.

—"Cilmiti" —pone los ojos en blanco y sigo moviéndome por toda la habitación del hospital—.  No me digas que me calme porque resultará en lo opuesto.

—Olvidé que funcionas con psicología inversa. —le hago mala cara y mi hermano se pone de pie—. Oye, todo estará bien, te lo prometo.

Los ojos verdosos del rubio me miran con sinceridad, Lyle me abraza y respiro profundo un par de veces, recuérdenme nunca tener que pasar por esto de nuevo, qué maldita pesadilla.

Después de Año Nuevo, viajé a Houston para visitar a mamá y para recibir las noticias finales del tratamiento. Ross me había acompañado en el viaje y ahorita mismo se encuentra en la cafetería, pues,  me dijo que los hospitales le dan hambre, un buen apoyo emocional me he traído yo. 

En el momento que mi madre me vio me abrazó, era lógico que se iba a enterar del escándalo e incluso me dijo que algunas enfermeras le preguntaron que si las fotografías eran reales, cosa que le molestó muchísimo y las mujeres dejaron de hacerle preguntas respecto a mi.

Ya llevo una semana en la ciudad y admito que no me desagrada la vida en este lugar, Houston posee su encanto y hay trabajos muy buenos, no es que tengo planeado huir de Los Ángeles, pero uno nunca sabe...

—¿Papá y tú ya están en mejores términos? —pregunta mi hermano y me alejo de él un poco, encojo mis hombros en modo de respuesta— ¿Al menos hablaron?

—Si, también dijo sentía mucho lo que había pasado y quería tener una conversación con Luke al respecto —Lyle frunce el ceño—. Cuando ambos se conocieron, papá le advirtió que si me lastimaba, se las vería con él.

—¿Desde cuándo es sobre protector contigo de nuevo? —me encogí de hombros—. Al menos hablan y no gritan.

—Un pequeño paso para la humanidad, uno gigante para Breanna y Bodhi Snearl —mi hermano se ríe.

Las puertas de la habitación se abren y por ella pasan tres personas, mi mamá, papá y el doctor Gray con su típica bata blanca y traje quirúrgico azul oscuro.

—Tienen cara de que traen buenas noticias —me susurra Lyle y me obligo a creerle— ¿Entonces?

—Aún hay cáncer en sus ganglios, continuará con el tratamiento —avisa Theo, suspiro decepcionada, mi madre camina con lentitud y me toma la cara con sus ahora demasiado delgadas manos.

—Es lo único que queda en mi cuerpo, será un tratamiento rápido y en menos de tres meses estaré libre —siento que se me cristalizan los ojos, mi madre me abraza y evito llorar por ella—. Tranquila, todo mejorará.

Esa frase siento que me lo dice por más que su situación, ayer me había quedado con ella en la habitación y me puse a llorar como niña pequeña mientras le hablaba de Luke. La estrecho más fuerte en mis brazos y siento que deja un beso en mi cabello.

—Iré a ver qué se hizo Ross —limpio una pequeña lágrima y mi madre me sonríe.

Salgo de la habitación y alguien me toma del brazo en el pasillo, me giro y es Theo quien me detiene, el doctor se acomoda su bata y reparo en lo bien que se ve con ella, parece uno de esos doctores que solo salen en Grey's Anatomy.

city full of lonely people | l.h [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora