Capítulo 1.

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Mis queridos y odiados lectores:

Antes de nada, como siempre, os dejo mi Instagram: @anonywattpad.

Aquí os presento el primer capítulo de mi nueva obra: P S Y C H O.

Deseo con toda mi alma que os guste, ya que este personaje es algo especial, y tenía en mente hacer una historia sobre él desde que empecé con esta cuenta, pero he esperado a que llegase el momento adecuado para mostrároslo.

Soy consciente de que tengo a los mejores lectores del mundo, pero DEMOSTRÁDMELO UNA VEZ MÁS ( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀)

Ahora sí, os dejo con el inicio de... bueno, algo turbio.

Os quiero,

Anony.

—El viejo Jack vivía solo en una cabaña, rodeada de bosques y montañas... —canturreé mientras terminaba de freír el bacon en la sartén—. Triste todos los días se preguntaba "¿por qué nadie me acompaña?" —apagué el fuego y saqué un plato del mueble de arriba—. Hasta que la pequeña Wendy se acercó una mañana... —cogí la sartén donde tenía los huevos revueltos para echarlos en el plato, junto con el bacon—. Así que el viejo Jack la raptó y mató, y sentada la dejó en el sillón de su salón —solté un par de carcajadas mientras caminaba hasta la mesa de la cocina. Dejé el plato al lado del vaso y me senté en una de las dos sillas deterioradas y oxidadas que tenía.

Vivía en una caravana rulot en un viejo y solitario descampado de la ciudad de Shadows. No tenía vecinos por alrededor, si no contaba con los drogadictos que, los días de lluvia, se escondían bajo el techado de la única y pequeña nave que había allí. Incluso una escoria como ellos no se atrevían a molestarme, ya que sabían a qué me dedicaba y lo que era capaz de hacer. Yo les permitía drogarse en paz, y ellos me dejaban tranquilo.

Entonces, justo cuando iba a meterme la tira de bacon en la boca, mi móvil comenzó a sonar.

—Mierda... —farfullé, tirándola de nuevo al plato. Me levanté y fui hasta la mesa pequeña que tenía frente al sofá en el "salón". Cogí el móvil y, nada más descolgué, me lo llevé a la oreja—. Qué —dije serio, ya que sabía quién me estaba llamando.

Qué sorpresa que ya estés despierto con lo duro que trabajaste anoche —contestó entre risas—. Al menos no ha anochecido aún, eso ya es un logro.

—¿Qué quieres, Stan? —pregunté sin ninguna gana de aguantar sus bromas.

Veo que te has levantado de peor humor que de costumbre —soltó un suspiro que me hizo rodar los ojos—. Espabílate y ven a recoger tu dinero —endureció el tono de su voz.

—En cuanto me dejes desayunar —mascullé entre dientes y, sin darle tiempo a responder, separé mi móvil y le di a colgar.

«Bien dicho» —dijo una voz que reconocía a la perfección, la cual me hizo alzar mi cara para mirarle.

—Gracias —sonreí levemente de lado y volví a la cocina, donde mi acompañante se encontraba—. ¿Bacon? —pregunté con una tira en la mano una vez me senté de nuevo en la misma silla.

«Sabes que no me alimento de eso» —se mantuvo de pie a mi lado.

—Tú te lo pierdes —me encogí de hombros y le di al fin un mordisco al bacon.

«¿Cómo te fue anoche?» —contestó intrigado, comenzando a andar de un lado a otro por la cocina.

—¿Por qué me preguntas? —le miré con el ceño fruncido y la boca llena—. Tú también estabas allí, Kill —solté una leve carcajada.

PSYCHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora