—Ya era hora... —comenté en voz baja, provocando que Ethan me mirase con el ceño fruncido, ya que él había sido el único en escucharme.
—Vaya, han llegado antes de lo que esperaba —dijo Darren a la vez que se levantaba de su sillón—. Stan debe estar ansioso por acabar contigo —me miró y soltó una carcajada, a lo que yo simplemente sonreí de lado.
—Señor, ¿qué hacemos? —preguntó Patrick fijando su mirada en el rostro de Night, al igual que hizo Ethan.
—Damien —me llamó, ignorando la pregunta que le acababa de hacer el rubio. Yo alcé mis cejas como respuesta. Darren se acercó a mí y puso su mano sobre mi hombro—. Es hora de que le enseñes a los Escorpiones lo que sabes hacer —dio una palmadita en él y volvió a su sillón para sentarse.
—¿Cuántos son? —llevé mi mirada hacia Marshall, quien seguía de pie, esperando indicaciones de su jefe.
—Aún no lo tenemos claro, al parecer se han dividido en grupos —contestó serio, ya que seguía sin fiarse de mí. A decir verdad, yo tampoco de él por todo lo que me había contado Norman.
—Típico —carcajeé, acomodándome en el respaldo de mi sillón.
—¿Deberíamos preocuparnos? —volvió a hablar Patrick.
—Sinceramente... —me eché hacia delante para cruzarme de brazos sobre la mesa—. Ninguno de vosotros ha podido conmigo solo hasta el día de hoy —miré a Ethan y le dediqué una pequeña sonrisa que no pareció sentarle muy bien—. Claro que yo siempre he sido el mejor Talpa, así que... —inhalé por la nariz y lo solté en un leve suspiro—. No, no creo que debáis preocuparos —arrugué mi nariz de manera cómica a la vez que hacía un gesto de indiferencia con la mano.
—Este chico es genial —carcajeó Darren, a lo que Patrick soltó una breve, pero sincera risa. Por el contrario, Ethan y Marshall simularon una sonrisa para complacer a su jefe—. Damien, eres un maldito narcicista, pero llevas toda la razón —me señaló con su índice.
—Sí, vale —me puse en pie y estiré mi brazo derecho, ya que, aunque lo tuviera casi perfecto, a veces se me dormía un poco si no lo movía durante un rato—. ¿Cuándo empiezo? —añadí apático.
—Empezáis —me corrigió Darren, haciendo que rodase los ojos—. Recuerda que vas con Lion —miró al castaño, quien no dudó en levantarse para no ser menos que yo.
—Y conmigo —interrumpió de repente una voz que yo conocía a la perfección, provocando que todos girásemos nuestras caras hacia la puerta. Norman acababa de entrar en la sala.
—¡Hijo!¿Cómo tú por aquí? —dijo su padre con ilusión.
Yo, nada más le vi, no pude evitar el acordarme de lo ocurrido la noche anterior, así que repasé su cuerpo con mi mirada y me mordí levemente el labio inferior al darme cuenta que se había puesto una de mis chaquetas de cuero.
—Yo también quiero pelear —respondió serio sin apartar sus ojos de los de su padre; seguramente no se atrevía a decirlo mirándome a mí.
—¿Qué? —murmuré confuso.
—¡Genial! —Darren se levantó y dio un par de palmadas.
—No —alcé mi voz, provocando que Norman me mirase al fin.
—¿No? —dijeron extrañados a la vez los Night; padre e hijo.
—No —caminé hasta Norman y le agarré de los brazos para girarle a mi cuerpo—. ¿Qué coño te crees que haces? —mascullé con rabia al ver que el chico evitaba mi mirada—. Norman —le zarandeé levemente, provocando que se zafara de mis manos de manera brusca.
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PSYCHO
Horror{boyslove} Esta es la historia de un chico con un trastorno mental, debido al espeluznante pasado que le tocó vivir. Un trastorno que hace que tenga una mente extraordinaria a la par que terrorífica. Una mente que ve el asesinato como algo sano. Ase...