—Vaya, ¿cómo tú por aquí? —me crucé de brazos, dejándome caer de lado sobre el marco de la puerta—. Llevabas mucho tiempo sin hacerme una visita, shérif —le miré de arriba abajo.
—Bueno, ya te echaba de menos —contestó con sarcasmo mientras sacaba algo del interior de su chaqueta—. Damien, estamos buscando a un chico que desapareció anoche —abrió su cuaderno de notas y empezó a buscar algo entre las páginas—. Su nombre es John Payne, ¿sabes algo sobre ello? —dejó la foto del chico a pocos centímetros de mi cara.
—No, no me suena —dije justo antes de bostezar.
—Sólo quiero que me aclares una cosa... —dio un par de pasos para acercarse a mí—. ¿Es cosa de los Talpas? —fijó su mirada en la mía.
—No es cosa mía —me encogí levemente de hombros, sonriéndole con chulería de lado.
De repente, Norman tosió un par de veces, provocando que yo rodase los ojos, y que el shérif llevase su mirada hacia el interior de la caravana.
—¿Hay alguien contigo? —preguntó con el ceño fruncido.
—Claro que sí —me coloqué recto para interponerme en la entrada y que el shérif no lograra ver nada, ya que sabía que eso le iba a enfadar mucho más—. Oh, vamos —solté una carcajada—. Sabes que tengo éxito con las mujeres —le di una palmada suave en el hombro, la cual no le hizo ninguna gracia.
—Eso no ha sonado a mujer —masculló intentando mantener la calma.
—Bueno, también lo tengo con los hombres —alcé una de mis cejas a la vez que acercaba mi cara a la suya.
—Está bien —murmuró no muy convencido, sin apartar sus ojos de los míos—. Espero que no me estés ocultando nada, Damien —se agarró del cinturón y dio unos pasos hacia las escaleras—. Porque lo descubriré —giró su cabeza para mirarme de manera amenazante.
—Ya, bueno, me voy a dormir —contesté con naturalidad, siguiéndole con la mirada—. Me acosté muy tarde anoche —esbocé una sonrisa burlona.
—Que disfrutes de tu compañía, Damien —me siguió el juego a la vez que empezaba a bajar las escaleras—. Sea lo que sea... —le escuché decir en voz baja.
Me quedé vigilándole en la puerta hasta que se montó en su coche patrulla y se marchó del descampado. Cerré sin ningún tipo de delicadeza y me volteé a la cocina para comenzar a hacer el desayuno. Por primera vez en años, a su hora correspondiente. Me encendí un cigarro y saqué varias rebanadas de pan de molde para preparar tostadas francesas.
«¿Ahora somos sus sirvientes?» —preguntó de repente Kill apareciendo a mi lado.
—No —negué levemente con la cabeza mientras terminaba de echar la mantequilla al pan—. Tengo hambre y prefiero darle de comer para que no se queje —puse las rebanadas sobre la sartén y le miré—. Ya es bastante irritante de por sí —solté una carcajada.
«Nos traerá problemas» —comentó una vez me dirigí al frigorífico para sacar un par de huevos.
—No tienes que preocuparte por el shérif —los partí en un bol—. Además, no es Norman al chico al que buscan —comencé a batirlos sin apenas ganas.
«No lo digo por eso, idiota» —farfulló, colocándose detrás mía—. «Me refiero a que ocasionará problemas entre tú y yo» —susurró sobre mi oído.
—Nadie ha conseguido tal cosa —giré bruscamente mi cara para mirarle.
«Y espero que siga así por mucho tiempo más» —endureció el tono de su voz—. «Se te va consumir el cigarro» —señaló con su mano el cenicero al lado del fregadero.
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PSYCHO
Horror{boyslove} Esta es la historia de un chico con un trastorno mental, debido al espeluznante pasado que le tocó vivir. Un trastorno que hace que tenga una mente extraordinaria a la par que terrorífica. Una mente que ve el asesinato como algo sano. Ase...