Unos minutos después, Rain llegó a mi casa, ya que al parecer estaba atendiendo unos negocios en el barrio de al lado.
—Vaya, ¿qué has hecho? —carcajeó al mirarme de arriba abajo y ver los restos de sangre que manchaban algunas partes de mi cuerpo.
—¿Tú qué crees? —alcé una ceja a la vez que le dejaba paso y cerraba la puerta.
—¿Es de él? —preguntó una vez se colocó frente a Norman.
—No —dije serio, matando con la mirada al pelinegro, quien intentó detener de inmediato sus lágrimas para que Rain no fuese testigo de ellas.
—Lástima... —el rubio suspiró y se giró hacia mí—. Por cierto, ¿sabes algo de Ashley? Sigue sin dar noticias —añadió mientras me seguía hasta la cocina.
—No, nada —abrí la nevera y cogí un par de cervezas—. Y espero que siga así por mucho tiempo —solté una carcajada que le contagié y le entregué su botellín.
—¿Por qué me has invitado a venir? —alzó una de sus cejas, observando cómo yo empezaba a beber del mío.
—¿Acaso no es obvio? —respondí una vez tragué.
—Pensaba que estabas bien con tu mascota... —giró levemente su cabeza hacia el salón para mirar a Norman—. Pero parece que no sabe satisfacerte —rio a la vez que volvió su cara a la mía.
—Ya sabes que yo soy insaciable —me acerqué lentamente a él hasta que nuestros cuerpos quedaron a escasos centímetros. Llevé mi mano al pelo del rubio, y este cerró sus ojos al sentir cómo enredaba mis dedos en sus mechones. Momento que aproveché para desviar mi mirada hacia Norman, quien nos observaba con rabia y, a la vez, pena—. Me dijiste que estuviera preparado para cuando volvieras, pero, ¿lo estás tú? —sonreí de lado, llevando mis ojos de nuevo a los de Rain una vez este los abrió.
—Para ti siempre —agarró mi cerveza y, junto con la suya, la puso sobre la encimera justo antes de llevar sus manos a mi cuello para empujarme por él y unir su boca con la mía.
Coloqué mis manos en su cintura para pegarle de espaldas a la encimera, y continué su beso con ganas en busca de la misma sensación que me había hecho sentir los labios de Norman. El rubio subió una de sus manos a mi pelo para agarrarlo con fuerza mientras yo metía las mías por debajo de su camiseta para acariciar su torso con mis uñas, las cuales clavé levemente cuando llegaron a su pecho. Sin despegar mi boca de la suya, abrí los ojos y volví a mirar a Norman, pero al ver que este había desviado su cara hacia el otro lado para no ser testigo de tan bochornosa escena para él, solté un gruñido que hizo que el beso se cortara, y que Rain emitiera un jadeo.
—Enciérrale en tu habitación —murmuró este haciendo un gesto con la cabeza hacia Norman.
—Quiero que sea testigo —mascullé entre dientes, provocando que el pelinegro volviera a mirarnos algo alarmado.
—Pero yo no —contestó llevando sus labios a mi cuello para empezar a repartir besos por debajo de mi oreja—. Quiero que tan sólo te centres en mí —susurró, haciendo que yo me mordiera suavemente el labio inferior—. Venga —dijo una vez se separó y pudo mirarme a los ojos.
Solté un bufido y me dirigí hacia el salón para coger la silla de Norman y arrastrarla hasta mi habitación.
—¿De verdad te sientes bien haciendo esto? —preguntó el chico mientras yo me aseguraba de que las correas estuviesen bien amarradas.
—Quizás me habría sentido mejor si hubiera sido contigo —le miré a la cara, la cual estaba llena de sangre reseca, y sonreí de lado con chulería.
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PSYCHO
Horror{boyslove} Esta es la historia de un chico con un trastorno mental, debido al espeluznante pasado que le tocó vivir. Un trastorno que hace que tenga una mente extraordinaria a la par que terrorífica. Una mente que ve el asesinato como algo sano. Ase...