La Alianza

Cap. 45: Anne

Su vida solía ser calmada y aquel dia no fue precisamente la excepción. Después del trabajo tuvo suficiente tiempo para ir al supermercado y comprar algunos productos, dormir una pequeña siesta y finalmente dar un pequeño paseo por la ciudad, que le sirvió para respirar fresco aire. Esas tardes eran particulares sus favoritas solo por el hecho de poder pasar tiempo con ella misma y relajarse de las rutinas del hospital. Las cuales tenían más sentido cuando su dia había sido particularmente cansador, por lo que precisaba un poco del silencio que solo el parque que estaba entre el negocio de calzados y el emporio del helado podía regalarle.

Últimamente estaba encontrándose mas cansada de lo habitual, por lo que quedarse sentada en unos de los bancos fue la perfecta escusa para disfrutar un rato mas de la naturaleza. Hasta que su teléfono empezó a sonar, causando que todos sus pensamientos se enfocaran en aquel molesto sonido, hasta que lo saco de su bolsillo. Un numero que no tenia agendado estaba llamándola y en la pantalla de su celular aparecía la frase "Hospital Mercy", lo que la hizo temer lo peor. Se tranquilizo, presiono el botón de aceptar y se colocó el dispositivo sobre la oreja para escuchar lo que la persona detrás de la línea tendría para decir.

-Buenos días, me comunico con la señora Anne White?- pregunto una voz masculina.

-Buenos días, soy yo. Sucedió algo?- respondio.

- Le queremos avisar que su hermana Emily es una de nuestras pacientes- comento.

-Que?.. que le sucedió?- pregunto ella asustada.

-Se incendio el hospital donde trabajaba y absorbio mucho humo. Ahora esta en observación, pero paso toda la noche en coma. Recien podemos comunicarnos con usted, supongo que querra verla- el hombre.

-Gracias por avisarme, ya mismo salgo para allá- terminando con la conversación.

Eso le hizo darse cuenta que tendría que volver a esa ciudad inmediatamente. Tendría que conseguir un vuelo para esta tarde o a lo sumo mañana y reacomodar sus planes respecto a este plan improvisado.

Se levanto de ahí y camino hacia su vehículo , tenía mucho por hacer.

...

Despues de la primera visita horrible, agradeci sin duda que tanto Ashton como mi nuevo novio pasaran a visitarme. Un par de horas antes que el medico decidiera finalmente darme el alta. Los análisis confirmaron que estaba todo bien conmigo y que ya podía valerme por mí misma. Eso me puso bastante feliz, aunque asustada al mismo tiempo. El solo saber que había alguien que me quería asesinar y podía caminar libremente por las calles no me daba la suficiente confianza para volver a mi vida normal.

Al llegar la tarde, caminaba por los pasillos camino a la puerta mientras me preguntaba donde estaba Alisha o que había sucedido con ella. Desde el accidente no sabía prácticamente nada de su paradero. Sin embargo, era algo que yo no podía controlar. Solo esperaba que estuviera bien y quizá volver a encontrarla para terminar con esa charla infinita,la que nunca pudimos concluir.

Ashton ya estaba en su casa al igual que Quentin a quien le insistí para que se fuera a dormir, necesitaba un tiempo a solas. Aunque yo iba en el mismo camino que ellos. Pronto estaría en la calle, viendo que hacer para sobrevivir y sin una casa donde pasar la noche.

Pensé en que debía comunicarme con mi hermana para contarle lo que me sucedió. Tenía el teléfono en el bolsillo delantero de mis pantalones. Por lo que apenas pase el lugar donde debía conservar el silencio y deje las instalaciones del hospital detrás, marqué su número y espere que contestara.

La conversación fue corta puesto que apenas oí su voz me precipite a hablar sin parar hasta que logre contarle todo lo que debía. Adquiriendo una gran calma en mi pecho. No obstante, lo que ella me dijo fue aún más peculiar que lo mío. Ya lo sabia, uno de los enfermeros se lo había hecho saber y estaba muy molesta conmigo. Sin embargo me comunico que la tendría junto a mí en un par de horas, eso era lo bueno, pero a cambio debía volver a esa casa del horror. A la cual hasta ahora no había querido ver ni siquiera en pintura.

Fue increíble hasta para mí, pero termine haciendo lo menos pensado.

Una hora más tarde estaba fuera de la gran construcción, la misma que había conocido apenas llegue a este país tan grande. Llegar me costó ya que una parte de mi se negaba rotundamente a rememorar aquellos horribles recuerdos que me traía el lugar. Aunque termine dándome cuenta que era lo suficiente valiente para quedarme allí. Aparte tampoco tenía un lugar donde quedarme hasta que pudiera decidir qué hacer con mi vida, ahora que estaba desempleada.

Lo primero que note fue que sus limusinas no estaban, eso me pareció normal ya que dentro del mismo testamento una clausura especificaba su venta post mortem.

Entre con una copia de las llaves y la puerta chirrió suavemente al deslizarse. Dentro el aire se sentía freso, típico de casa grande. Todo estaba tal como lo conmemoraba. Las escaleras acaracoladas me dieron la bienvenida y al recorrer el suelo lustrado llegue a la cocina donde un par de platos apilados era lo único que se pudo notar diferente. Parecía como si se hubiera suspendido en el tiempo, como si nadie viviera ahí.

Una extraña oleada de lágrimas ataco mis ojos apenas llegue. Candice parecía mantenerse viva entre sus paredes. Aun podía escuchar su risa golpear los vidrios esmerilados. En el ambiente se notaban cada momento de mi juventud que le dedique, aroma a amor y esperanzas que lograba derribar cualquier temor. También se percibía alguna que otra gota de dolor, el primer desamor y otros momentos que prefería conservarlos en privado.

..

Llego lo más rápido que pudo al lugar, justo para encontrar a Emily observando el lugar con la curiosidad de una niña pequeña. Abrazo su cuerpo que estaba de espaldas a ella y con la cabeza sobre su hombro se quedaron un par de segundos en silencio disfrutando del silencio.

El destino las había juntado en el mismo lugar de siempre, donde todo comenzó un dia y posiblemente también sería donde se terminaría, de una vez por todas. Con menos personas, aliados o villanos, pero unidas al fin. Faltaba una hermana todavía. Cuando el vínculo entre las tres fuera fuerte no habría nada en este mundo que pudiera volver a separarlas.

Los años se notaban en ellas con tal exactitud en cada una de sus líneas de expresión. La vida pasaba demasiado rápido como para pasar por alto pequeños momentos que vuelven a todo de un mejor color. Pero lo que mas sorprendio a la menor fue el hecho de que cuando se dio vuelta para observar a su hermana mas de cerca se topo con una pancita que sobresalía sobre su ropa y que no había estado allí la última vez que se vieron. Anne la miro sonriente y rápidamente se puso a buscar algo dentro de un bolso, repentinamente saco un test de embarazo y se lo entrego.

.LadyTerca.