La noche termino y yo seguía ahí. Mirando por la ventana mientras mis bostezos se hacían cada vez más evidentes y ruidosos. Pronto debería empezar a prepararme para salir, tenía aun dos horas para llegar al trabajo y como el lugar quedaba bastante lejos de donde me encontraba, debía salir temprano. Aun tenía los papeles sobre la mesa y mi taza ahora vacía yacía aun cerca de mí. La lucha continua contra el sueño se estaba volviendo cada vez más complicada, ya que mis ojos ahora pesados amenazaban con cerrarse definitivamente en cualquier momento. En ese momento me arrepentí profundamente de haberme quedado en vela.
Pronto decidí levantarme y caminar hacia la habitación. Tenía la ropa preparada desde la noche anterior. Estaba sobre la cama, bien lavada y planchada. Para esa ocasión tan importante preferí un pantalón de mezclilla blanco y una camisa de la misma tonalidad.Desconocía si debía colocarme un ambo encima de la ropa, aunque supuse que eso me lo irían a explicar luego. Por el momento acompañe mi look con un abrigo y unas botas de cuero, las cuales me coloque tratando de no emitir ruido alguno. Un poco de perfume sobre mi cuello, algo de maquillaje y ya estaba lista para salir. Ahora debía afrontar mi día de buena manera.
Me acerque a la puerta de casa, abriéndola. No quería despertar a Ashton, eran las seis y veinte y aun me parecía demasiado temprano para hacerlo. Caminé hacia la parada y me dispuse a esperar al autobús. El me explico dónde estaba y los horarios. Pronto llegaría.
El viento me daba en la cara y eso me disgusto un poco. Lo bueno fue que la espera fue corta.
El estómago me cosquilleo cuando lo vi llegar, me subí, pagué y me senté. El lugar a donde me dirigía estaba a cuarenta minutos de allí. Me esperaba un viaje relativamente largo. El día estaba particularmente agradable. No hacia tanto frio como antes y se podía caminar tranquilamente por las calles, las cuales en ese momento estaban vacías. Pensé en eso cuando mis manos se deslizaron sobre mi bolso sacando mi celular. Me coloque los auriculares cuando el bus empezó a moverse. Estaba prácticamente sola, recorriendo una ciudad que antes era desconocida para mí. Se me hacía difícil creer que empezaba a conocerla mejor. Me deje llevar, expectante a lo que en la institución fuera a suceder.
Pronto estuve cerca del lugar, teniendo que ir a pie durante dos cuadras. Una vez que me encontré enfrente me di cuenta de que era un edificio alto, algo antiguo y con pocas ventanas. El exterior se veía bastante bien, grandes mantos de grueso pasto cortado rodeaban la institución generando una buena primera impresión. Parecía un buen espacio, era amplio y eso era bastante favorable para la salud de las personas que vivían dentro.
Tenía también un pequeño patio que se podía apreciar desde aquí, algunas personas jugando cartas, comiendo o haciendo sociales entre ellos. Eso me gusto, sinceramente. Aunque aún no podía tomar un veredicto final, me faltaba conocer a los doctores y enfermeros que trabajaban. Quería saber si se respetaba la "Ley de Salud Mental".
Una mujer estaba en la puerta. Era desconocida para mí, pero a juzgar por el uniforme parecía trabajar allí. Me acerque intentando no verme tímida o miedosa. Le sonreí y ella pronto exclamo:
-Lic. White la estábamos esperando. Mi nombre es Greta y soy una de las enfermeras. La doctora está feliz de finalmente conocerla
-Mucho gusto- estrechando su fría mano.
La acompañe hasta la puerta del edificio y entre, detrás de ella. Lo primero que vi fue una sala grande la cual poseía dos sillones en cada esquina y una mesa con revistas. En ese momento había muy poca gente caminando por ahí. Esto se lo atribuí a la hora.Posiblemente estaban desayunando.
Ella freno su caminata en seco y tomando un pequeño celular que estaba en su bolsillo emitió palabras que no pude entender. Se la notaba nerviosa, como si la situación la sobrepasara y no sabría cómo resolverla.
- ¿Está bien? - me anime a preguntar.
-Sí. Si-tartamudeo.
-La directora del psiquiátrico no está en ese momento aquí por lo que tendrá que conocerla en alguna otra ocasión. Ahora si me disculpa debo irme-acelerando su paso.
Desconocía que se supone debía hacer en ese caso. Estaba sola en medio de un lugar desconocido y sin nadie que pudiera ayudarme. Tan solo un mapa que había adquirido antes de entrar allí.
- ¿Eres nueva? -pregunto alguien detrás de mí.
Me di vuelta en el sitio donde estaba,solo para encontrarme con un hombre. Parecía trabajar allí ya que lucía la misma imagen pulcra que todos los demás. Me miro fijo con sus grandes ojos café y emitió una pequeña sonrisa al verme frustrada.
- ¿Si, se nota tanto? -respondí uniéndome a su risa.
-Un poco. Mi nombre es Quentin, por cierto -se presentó.
-Mucho gusto, mi nombre es Emily. ¿A caso sabes dónde debo ir? La enfermera me dejo sola y quiero comenzar mi día- comente.
Él se ofreció a acompañarme hasta mi nuevo consultorio. Habitación en la cual trabajaría hasta que mi contrato terminase. Esperaba que eso no fuera a suceder pronto. Este estaba en el último pabellón, detrás del lugar donde dormían las internas. Mientras caminábamos hasta allí pensé en que estaría bien un lugar medianamente pequeño, con las comodidades justas. No pedía demasiado, aunque me estaba equivocando y de eso me percate cuando entramos.
Era un lugar bastante grande, casi dos cuatros unidos. Estaba pintado de ámbar y el espacio sobraba, en el caso de que quisiera poner cuadros o algunas decoraciones extras en las paredes. También poseía un bonito escritorio de madera, dos sillas del mismo material y un sillón para mi comodidad. Pero lo más impactante era el enorme ventanal que tenía al frente, una hermosa vista hacia el parque. Estaba demasiado feliz de estar allí.
Observe la habitación nuevamente ahogando un grito de emoción y una gran sonrisa se formó sin querer en mi rostro. Mi compañero me sonrió esperando que diera mi opinión o que dijera por lo menos algo. Aunque yo mantenía el silencio. Camine hacia la puerta y mire para el pasillo, quizá esperando que alguien viniera a ser atendido o que algo más sucediera. Esperaba ansiosamente la hora de recibir a mi primer paciente, lo que sería dentro de unos minutos. Solo era cuestión de esperar.
Buenas!, que tal te parecio el capitulo?. Nos vemos prontito bella/o.
.LadyTerca.
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La Alianza
AvventuraAlisha nunca tuvo un buena historia. Siempre estuvo atormentada por sus problemas. Sin absolutamente nadie que pudiera o quisiera ayudarla a sobrellevar su existencia. Completamente solita y dejada atras por el resto de la sociedad,por ser rara y di...