Cap. 11: Despedidas

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Alisha se encontró en ese momento más feliz de lo que pensó sentirse alguna vez. Habían desacreditado su caso y aunque no todas las pruebas fueron completamente verídicas, funcionó.

Su propio abogado sería el encargado de sacarla de la cárcel y llevarla hasta la puerta de alguna institución donde podrían cuidarla por un par de meses. La jueza había dictado que se tenía que mantener bajo cuidado por lo menos hasta que terminara el año y luego debería someterse a un examen que debería ser enviado a ella para comprobar su avance o retroceso.

El lugar donde iría ya estaba decidido, sería un psiquiátrico privado que sería pagado con el fondo que su padre le había dejado antes de morir. Este quedaba en Kew Gardens cerca de la ciudad de Queen, por lo que el viaje duraría casi una hora y media.

Salieron de ese lugar que le daba escalofríos y se subieron pronto al auto de Devin:

- ¿Quieres café? -pregunto este abrochándose el cinturón de seguridad.

-Seguro-contesto Alisha recibiendo entre sus manos el vaso de plástico con un precinto de cartón que le dio el.

Puso la llave en el contacto y encendió el auto.

...

Estos días se habían convertido en una locura. Viajaría muy pronto y tenía tantas cosas por hacer. Sin embargo, los nervios habían disminuido notablemente desde la última vez que lo hice. Tantas subidas y bajadas por las mismas escaleras me recordaron todo lo que pase en esos días teniendo tan solo dieciséis años.

Mi memoria rememoro con gran detalle aquel dia cuando Anne y yo siendo jóvenes e inexpertas habíamos viajado hacia América del Norte en busca de cumplir el sueño de bailar en la mejor academia del mundo entero. Tantas cosas sucedieron desde ese momento. Candace, papa y Tyler murieron en el camino y no nos pudieron acompañar por el resto de la que se terminó convirtiendo en la mejor aventura de nuestra vida.

Sin duda esa experiencia me había enseñado mucho. Lo que me sirvió a gran escala para mejorar mi estilo de vida. Gracias al este comprendí que debía protegerme más, que las primeras opiniones a veces son inciertas y tantas cosas más que me tardaría horas en relatar. Esto me hizo decidir que quería volver, por lo menos para rebajar la carga resistencia que tenía asociada hacia ese lugar tan particular del mundo.

Aun lograba encarnar los sentimientos que descubrí en esta misma casa un par de horas antes de tomar ese avión, cuando aún vivía junto a mi hermana.

Flashback:

Era una adolescente más en ese momento, llena de preocupaciones absurdas. Lo único que sabía pensar era en que ropa me pondría para lucir mejor y que mi único sufrimiento era quedarme sin corrector de ojeras. Por lo que la noticia de mudarnos temporalmente a un país donde no había ido nunca me soqueo en ese momento.

No lograba realmente entender la situación y eso que aún no sabía que mi hermana gemela me esperaba allí ansiosa por conocerme. Lo que más me entristecía en aquel momento era que tenía que dejar a mis amigos por unos meses. Y eso fue muy doloroso para mí, éramos muy unidos. No obstante, en el presente poco sabía de ellos.

Cuando por fin subí hacia mi cuarto, con las paredes pintadas aun de rosa pastel. Resignada a hacer la valija, me di cuenta de todas las cosas que antes conservada en las paredes y repisas de aquel pequeño lugar y que ahora ya no tenía. Como mis peluches y cuadros que utilizaba en ese momento de adorno.

Recuerdo que antes de salir por la puerta principal sentí un fuerte cosquilleo en el estómago. Un estado de adrenalina puro. No sabía lo que me esperaba allí fuera, pero aun así lo hice.

Fin del flashback

Repentinamente me encontré de nuevo en mi habitación, el cual ahora era completamente blanca y tenía algunas decoraciones minimalistas. Mire todo por última vez y termine de cerrar la valija. Sin darme cuenta había perdido toda la tarde en aquella tarea y la luna estaba empezando a aparecer.

Mi vuelo saldría en la madrugada y llegaría a mi destino para el mediodía.

Había terminado mis tareas del dia a tiempo y a esa hora estaba realmente muriendo de hambre. Me senté en la mesa de la cocina y me puse a comer lo que me sobro de la mañana y aún tenía en mi heladera. Un poco de fideos japoneses con salsa de soja. Empecé a cenar tranquilamente mientras revisaba mis redes sociales y recordé también las veces que tuve que hacerlo sola en el pasado. En la época donde desconocía la parte peligrosa del mundo. Tampoco conocía a Ashton y me consideraba una persona común.

- ¡Que buenas épocas! -pensé mientras reía. Y

pensando en eso decidí llamar a Anne y contarle lo que estaba sucediendo con mi vida:

-Hermanita, ¿cómo estás? -contesto.

-Bien, Bueno, esta noche un poco más nostálgica-dije.

- ¿Paso algo? -pregunto afligida.

-Mañana volveré a Nueva York-le comenté.

-Que!?, ¿Por qué no me contaste nada? -me reto.

-Me ofrecieron el trabajo de mis sueños y tuve que aceptarlo. Creo que volver me va a hacer bien. -Entiendo.

¿Y dónde te vas a quedar? -volvió a preguntar.

-En el departamento de Ashton, ya le dije y no tiene ningún problema de alojarme-le expliqué un poco más feliz.

-Suerte en el viaje, avísame cuando llegues. Posiblemente pueda verte unos días.

-Gracias-colgué.

Ahí fue cuando la felicidad le gano al temor y una gran sonrisa corono mi cara. Pronto estaría más cerca de quienes me importaban de verdad. Los extrañaba mucho por lo que verlos seria aliviane.

Termine mi comida, lave los platos que había utilizado y me quede ahí sentada hasta que tuviera que irme a cambiar antes de salir. Unas horas después ya estaba bañada, cambiada y preparada para irme. Con valija en mano salí de casa y tomé el auto hacia el aeropuerto.

Una vez allí tuve poco tiempo que esperar. Ya que después de hacer el checo -in me toco embarcar. Me senté en el asiento asignado según mi pasaje y riendo mande el mismo mensaje que la otra vez:

-El avión está a punto de dejar Paris. Cuando lleguemos te avisare.

Sin embargo, esta vez se lo mande a mi novio y después de esto apague el celular.

Una parte de mi realmente deseaba encontrarme bajo la protección de la dama libertad. Después de todo lo que me sucedió pensaba que volver sería una buena ocasión para reencontrarme con el origen de mis miedos y cerrar por una vez esa etapa tan extraña de mi vida. Especulé que dentro de ocho horas vería de nuevo a mi chico y eso se deshizo de mi miedo. Todo iba a salir bien. ¿O no?

Que lindas que son las despedidas cuando algo mejor es lo que espera en el horizonte, mas cuando las personas mas queridas estan esperando en otro lugar. Y tan solo queda disfrutar muchisimo de su compañia.

Lo que puede ser dificil sin duda es decirle adiós a la calma. Que crees?

.LadyTerca.

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