La Alianza

Cap. 50: Un espejo doble

Frente a su agobio, una pared manchada se veía como algo extremadamente curiosa de observar quizá por horas completas. Olvidando por completo la pelea que se estaba originando en la misma habitación que ella. La tercera en la semana. Dando comienzo a una tanda de molestos gritos, golpes y ruidos que a pesar de su capacidad de volver realmente violenta la realidad, para ella ya no eran motivo de exaltación. Se acostumbro tanto a estos que se habían vuelto parte de su cotidianidad al pasar los días.

Era horrible de admitir, pero sabia perfectamente que esa no era precisamente la primera vez que estaba en este espantoso lugar y que cada vez que venía se volvía un poco mas un atípico hogar para su descarrillada mente.La cual solo buscaba un poco de paz.

Aun así, desde su última visita pretendió mantenerse lejos de allí lo máximo que le fuera posible, llegando a pensar que desde ahí su vida seria libre. Sin saber que la injusticia tenía distintos planes para ella.

Desde la brutal pelea que dio por terminada la relación con su exnovia no tuvo la necesidad de pisar ningún tribunal, hasta hoy. Día en que por otra razón estaba de vuelta. Bajo el cargo de otra persona, por haber adquirido una capacidad (o problema) que la volvía susceptible a ser criminalizada con mucha facilidad.

Ya estaba demasiado cansada para volver a preguntarse un por que que no tenia ninguna respuesta posible. Simplemente había comenzado a creer que el mundo era bastante hostil para las personas como ella y que nunca tendría la oportunidad merecida. Todo por ser mala en algun momento.

Sinceramente estaba cansada de mendigar su inocencia frente a la autoridad. Por mas que las únicas que tenían conciencia de su buen comportamiento era su psicóloga y ella misma. Es mas, había una pequeña posibilidad de que Alisha se hubiera percatado de eso. Aunque continuaba sin saber nada de ella. Esperando volverla a ver algún día.

Entre las palabras de su amargo discurso recordó que antiguamente era conocida por estos lares bajo el apodo de pajarito de fuego por su extraña afición y aunque en antiguas ocasiones logro ganarse el respeto de la mayoría de las mujeres en ese momento solo era una más. Sabía que en la cárcel eso era malo, la falta de privilegios. Pero poco le quedaba por hacer, estaba aun en espera del juicio. Ya que las pruebas que podían inculparlas eran inexistentes. Como ella ya conocía.

Después de todo intentaba mantenerse calmada y positiva. La situación en la que estaba metida era mala por donde la viera, aunque tenía algunos conocimientos sobre eso y sabía que aquel lugar era el perfecto para perder la cordura en cualquier momento. Por lo que, si tenía que fingir que todo estaba bien, armándose un perfecto escenario dentro de su mente donde podía disfrutar de la libertad; lo iba a hacer si dudas. Todo para mantener su salud mental.

..

Un frio ventarrón les dio pistas exactas de que su perfecto día al aire libre se arruinaría rápidamente, por una terrible tormenta que estaba avecinándose rápidamente y parecia tener intenciones violentas. Convirtiendo una bonita tarde primaveral en una verdadera pesadilla para cualquiera que estuviera fuera de casa. Probaron suerte al seguir caminando por mas que la copiosa agua que caía del cielo les empañaba la vista por minutos enteros y el barro del suelo los hacia resbalar. Eso se sentía como continuar recorriendo con la venda en los ojos mientras un gran abismo se abría debajo de sus pies, buscando su caída.

Repentinamente un estruendo los puso en alerta totalmente, en el momento cuando un gran árbol cayó sobre el camino volviendo su paseo una actividad imposible. Volver se le hacia imposible puesto que tenían muchos kilómetros por delante y fue entonces que se encontraron atrapados alrededor de un miedo terrible que rebajo sus opciones a una sola. Lo más racional en ese momento era buscar prontamente un lugar donde quedarse a pasar la noche, por lo menos hasta que la situación climática se calmaba.