Cap. 23: Estres es mi segundo nombre

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Tras ese inesperable encuentro que dejo mis instintos en jaque total las horas continuaron pasando, a un ritmo terriblemente lento. Un temor gigante anudado en la parte alta de mi garganta y la sensación latente de que eso había sucedió segundos antes, por mas que ya hubiera pasado mas de siete horas. Estaba ciertamente emocionada por su presencia pero temia sobre lo que pasaría en mi vida ahora que ella estaba presente, que mi vida tuviera que cambiar otra vez. Me paralice por unos segundos.

Aun asi recordé que tenia responsabilidades que cumplir y que no podia desligarme de ellas simplemente porque quisiera hacerlo, tenia pacientes esperando. Por lo que tuve que utilizar mi fortaleza interior, tragarme el miedo y continuar.

Cada caso paso como melaza en mis oídos, parecía pegarse a mis tímpanos. No logre comprender nada de lo que me estaban contando. Como si me estuvieran hablando en un idioma desconocido o si mi cerebro se hubiera vuelto inservible repentinamente. Una experiencia verdaderamente terrible. Me costó un montón prestar atención a mis pacientes y por más que supiera que eso estaba terriblemente mal, no lo pude evitar.

Mientras que en él presente estaba recostada en la cama tratando de que la ansiedad no me consumiera, mientras que por mi mente se reproducia una y otra vez el pensamiento de "ojala mi turno terminara pronto". En el que podia verse como si no disfrutaría realmente mi trabajo. Eso me daba realmente miedo ya que no queria pensar en la idea que con Alisha cerca los fantasmas de mi pasado podrían volver a habitar mi mente, siendo asi los conquistadores de mi cortex.

Aquella sensación de extrañeza me hizo percibirme perdida, con muchas ganas de llorar. No queria ocultar esta información, pero tampoco quería contárselo a mi novio. Procuraba evitar que revisara una vez más las carroñas de su pasado. Lo conocía desde hacía mucho tiempo, me protegía ante todo y por eso temía que su reacción sea de tal emotividad que le pudiese llegar a hacer daño físico. Estaba en contra de la violencia y claramente me preocupaba por proteger la vida de ella. Queria que estuviera bien, conocía más que nadie de su sufrimiento y lo último que deseaba es que algo malo pudiera sucederle. No podría perdonármelo nunca.

Era curioso que después de todo el daño que obtuve por parte de ella, aun me seguía preocupando mínimamente por su bienestar. Desde siempre había sido parte de mí. Una que, aunque no quisiera, siempre estaría conmigo.

Era sin duda una situación realmente difícil de la cual no podía ver la salida. Quizá los únicos que tenían la culpa de esto fueron nuestros padres, pero me parecía demasiado infantil buscar culpables en vez de una posible solución. Queria dejar las cosas como estaban y no indagar más en mi posible relación con Alisha. Tenía demasiadas dudas que no se disipaban, sed de conocimiento. Dudaba de todo y todos.

Queria mantener la guardia baja y la boca cerrada. Por el tiempo que pudiera hacerlo.

Mi mente estaba envuelta en tal caso que apenas podía oír mis pensamientos. Después de muchos años de tranquilidad.

Desde el segundo que me di cuenta de que mi gemela estaba internada en el mismo lugar donde yo estaba trabajando y la debería ver todos los días, mi mundo volvió a conocer la oscuridad. Desconocía como debía reaccionar ante esto, intentaba ser objetiva y tratarla como una paciente más. Sin embargo, eso me hacía realmente difícil. Guardarme mis sentimientos cada vez que me la encontraba por ahí. Fingir que su presencia no me incomodaba o dolía en el fondo de mi alma. Emitir una sonrisa doblada no era posible frente a ella. Estaba claro que estaba dispuesta a pretender por conservar mi trabajo, no sabía cuánto tiempo lograría hacerlo.

Esa incomoda sensación me acompaño durante todo el dia y a pesar de todo lo que hacia para disimular la incomodidad que sentía, era perceptible a un kilómetro. Estaba tan distraída que cuando mi hermana entró ni me di cuenta hasta que me movio un poquito.

-¿Estas bien?- pregunto Anne, sosteniendo un repasador usado entre sus manos

-Claro que si, solo queria distraerme escuchando un poco de musica - menti rascando mi nuca.

La segui por el departamento practicando una sincera expresión de felicidad, hasta llegar al comedor donde encontré a los chicos sentados. Rodeando la mesa. Lo salude e imite, sirviéndome en un plato una pequeña porción de pasta a la carbonara. Esa noche estaba particularmente inapetente.

El silencio duro muy poco tiempo, ni siquiera tuve tiempo de pensar. Mi novio comento que estaba teniendo algunos problemas en el trabajo con un criminal y si no lo atrapaba para el fin del día su trabajo estaría en riesgo. Eso era demasiado importante para él y por un segundo me sentí mal por estar pensando en otra cosa. Debía apoyarlo y ese no era definitivamente el momento de comentar lo que me paso. Otra razón para evitar hablar del tema.

Mi corazón se aceleró, por todo lo que estaba sucediendo.

Fue entonces que caí en cuenta de que necesitaba un plan, algo que seguir. Que me dijera para donde ir, que dirección era la más óptima para continuar con mi vida, la cual se había vuelto más monótona con los años. Aunque sinceramente prefería mantenerla así. En ese momento ninguna idea cruzo el umbral de mi mente y simplemente continúe intentando mantener la calma, por más que fuera una falsa.

Improvisación.

Mantendría por un tiempo esta información privada, solo yo la sabría y nadie más podría acceder a ella. Les prohibiría, de alguna forma, conocer que Alisha y yo estábamos más cerca que nunca. Por lo menos por ahora.

Ingenuamente creía que dejar de juzgar y empezar a escuchar, no estaría tan mal. Me haría mejor para mí y mi paz interior. Sin embargo, lo dejaría como un posible "plan B". Esperaba no tener que usarlo.

Había algo debía aceptar, hacía años que no me sentía de esta manera. Tan enérgica y llena de adrenalina. Extrañaba un poco aquella faceta mía, la cual desapareció al entrar a la universidad.

Sabía que no iba a guardarme el secreto por mucho más. Era imposible. Por el momento me tocaba respirar y resistir, fluir con la situación. Por más que no estuviera a mi sintonía. Debía resistir y esperar a que el momento fuera el apropiado para decirlo. Si esto llegaba a ser posible.

Quizá solo era cuestión de esperar. Podían suceder dos opciones, o que la situación se tranquilizara por si sola o que me viera obligada a actuar.

Que te parecio este capitulo?, quiero leerte.

.LadyTerca.

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