El viaje estaba siendo escalofriantemente largo, habíamos perdido altura en un par de ocasiones y máscaras de oxígeno cayeron desde el techo. Eso sin contar las innumerables turbulencias que hacían que mi menudo cuerpo, aun protegido con el cinturón de seguridad, se moviera cual hoja de papel frente a una leve ventisca. Esa definitivamente no fue una bonita experiencia para mí. Aunque todavía estaba ilusionada con que la situación mejorara pronto.
Sin embargo, esta nueva etapa de mi vida recién comenzaba.
Estaba desmaquillada y en el espejo del avión me encontré bastante demacrada. Con solo sonreír ojeras amoratadas se asomaron debajo de mis ojos saludando a mi reflejo. Respire profundo. Deseaba llegar ya, darme un buen baño y dormir. Era todo lo que necesitaba.
Por suerte llegamos en algún momento, específicamente a eso de las nueve de la noche y pronto volví a encontrarme en ese lujoso aeropuerto. Estaba lleno de locales comerciales, perfumerías y cafés en su mayoría. Dentro el clima era ideal, tibio. Poca gente rondaba por allí a esas horas, por lo que me trasporte con mi valija de mano sin ningún problema.
Al estar allí la nostalgia volvió a atacarme, al escuchar el suave sonido de las ruedas sobre el suelo. Moviéndose al mismo ritmo que yo. Continúe caminando mis ojos anhelaban ver a Candice entre la multitud, esperándome. Saludándome con su sincera sonrisa y guiándome hacia la salida. Aunque eso no iba a pasar, por obvias razones.
Suspire y continúe pensando en que para encontrarme con Ash debía tomar dos trenes dentro del aeropuerto. Así que llegué a la parada y me dispuse a esperar, mientras me embebía del espíritu neoyorkino. Para el día de muertos faltaba casi un mes pero el ambiente estaba escalofriantemente bien decorado.
Pronto los días fríos llegarían y el clima empezaría a estar perfecto para tener largas charlas frente a la fogata. Por lo que deseaba llegar con mi chico pronto. Que me tome entre sus cálidos brazos y quedarnos abrazados combatiendo juntos el invierno. Chocolate caliente con malvaviscos y barbacoas en el salón. Esperaba febril la llegada de ese momento.
Tan profundo fue mi momento de fantasía que cuando menos me di cuenta había dejado pasar el primer transporte y debía esperar al siguiente. Eso me descontento un poco, pero me quede allí mismo viendo Instagram o leyendo un par de mails.
En eso un mensaje me llego avisándose de su existencia a través del tono de mensaje de mi teléfono. Casi nadie se comunicaba conmigo por ese medio por lo me dio curiosidad conocer el destinario. Era un número desconocido, más, se me imposibilito léelo porque el tren llego.
Entre, encontré un asiento cerca de la puerta y me senté. Este era automático así que después de un aviso de "puertas cerrándose" comenzó su recorrido por un túnel negro, que parecía ser infinito. Llevaba el celular dentro del bolso cuyas manijas estaban apoyadas alrededor de mis hombros. Logre sacarlo de allí cuando el segundo medio de transporte estaba llegando a la estación.
Lo desbloque con la intención de ver de quien era la notificación, pero escuche una voz tras de mi llamándome mientras agitaba eufóricamente sus brazos. Era Ashton y se lo veía efusivo.
Un impulso me llevo a correr hacia él. Lo abrace con fuerza y el me hizo girar en el aire por unos segundos. Sentí un vacío en el estómago y pronto me dejo de nuevo en el suelo. Él se veía realmente apuesto.
Conservaba el aspecto rozagante de un joven, aunque cumpliría treinta en poco tiempo. Tenía una barba ligera y sus ojos brillaban más que nunca. Vestía un suéter rojo y un pantalón negro que resaltaba su figura. Y yo estaba perdidamente enamorada de él.
Me beso, de manera dulce pero segura y fue allí cuando pude encontrarme completa después de mucho tiempo. Lo mire directamente a sus profundos ojos y le comunique con solo una mirada todo lo que tenía para decirle. Habíamos adquirido con los años la capacidad de hablar sin necesidad de utilizar palabras. Y aunque no nos veíamos desde hace tiempo esa habilidad aún se conservaba intacta.
Lo primero que hizo fue preguntarme cómo estaba, qué tal me había ido en el vuelo y como había encontrado la ciudad después de tanto tiempo. No obstante estaba demasiado feliz y mis respuestas eran cortas, quería empezar a recorrer.
Caminamos juntos hasta su auto y después de subirnos y acomodar la maleta en su lugar, partimos hacia el departamento del chico. Este estaba más o menos a hora y media desde allí. El viaje seria largo pero confortable pues íbamos escuchando algunas canciones de "Marron 5", la cual seguía siendo mi banda favorita después de todo.
Todo en esa ciudad era hermoso, comenzando con mi acompañante por supuesto. Las copas de los árboles estaban desnudas, ya que sus hojas iban desprendiéndose poco a poco. Y la ruta era totalmente nuestra. Haberme decidido a venir había sido una idea genial. Aceptar el trabajo y verme obligada a dejar el pasado atrás para construir un presente acorde a mi situación actual. El miedo era un sentimiento que creía haber abandonado en Francia. No podía seguirme hasta aquí y eso me hacía sentir realmente bien.
Sin embargo, cuando finalmente me decidí a enfrentarme ante la misiva, la sensación de confianza desapareció y mi corazón empezó a acelerarse. Era de un numero desconocido y rezaba algo como que era alguien que necesitaba hablar conmigo pero que se comunicaría pronto.
Intente no demostrar el temor, pero Ashton se dio cuenta que algo en mi gesto cambio. Aun así, decidido no preguntar nada y yo sinceramente agradecí ese gesto de su parte. El ambiente se tensó repentinamente , nadie hablaba y la música paso al primer plano.
Queria dejar de pensar, sin embargo, la catástrofe ya se había disparado alrededor de mi cerebro. Temía que algo malo nos fuera a suceder.
Debía evitarlo, ¡Eso no podría suceder de nuevo!
Paramos a comer antes de llegar a nuestro destino final. Yo estaba rígida sobre la silla de nuestra mesa en el restaurante y el me miraba tratando de comprender que era lo que realmente me sucedía. Mientras tanto yo tenía tanto miedo de abrir la boca.
Me atreví finalmente, después de un obligarme, a confesarle lo que estaba pasando tras tomarnos la orden. Le enseñe el mensaje que me estaba perturbando. Él se mostró calmado ante la noticia y luego demostró lo bien que me conocía. Con un par de palabras logro que a mi cuerpo volviera la calma.
Respire y mire a mí alrededor un poco más relajada. Tal vez debería dejar de ser tan paranoica. Estar allí me ayudaría definitivamente a hacerlo. Aun así, esperaba que el lunes llegara pronto para que comenzara por fin el nuevo trabajo y pudiera dejar este extraño asunto de lado.
Iba a ser fuerte y eso no tenía derecho a desmoronarme. No iba a dejar que esto pudiera suceder.
Buenas!, como estuvo el dia?. Espero que este capitulo haya sido de tu agrado y que quieras seguir leyendo.
-LadyTerca-
ESTÁS LEYENDO
La Alianza
AdventureAlisha nunca tuvo un buena historia. Siempre estuvo atormentada por sus problemas. Sin absolutamente nadie que pudiera o quisiera ayudarla a sobrellevar su existencia. Completamente solita y dejada atras por el resto de la sociedad,por ser rara y di...