Los últimos días habían sido sin duda raros para todos, con situaciones que ponían su fortaleza hasta el límite. Momentos que en algún futuro próximo serian algo digno de borrar de la memoria, pero lo que sucedió ese ultimo dia cerro con broche de oro todo el desastre. Volviendo real la idea de destrucción absoluta.
Para ella las cosas estaban comenzando a normalizarse, tanto asi que pensaba poder tener una vida normal dentro de lo posible. Sin embargo ese presente se volvió uno de los peores de su vida, por la maldad de alguien estaba pagando ella, sus conocidos, amigos y familia. Era simplemente injusto.Había comenzado a enmendar sus errores y esto parecia un acto de mal karma.
Aun en su conmocion intento tranquilizarse para comprender algo de lo que los médicos murmuraban ahí fuera. Iban a culpar a Adina, ya que era la única cuya afección podía cobrarse vidas sin querer. Le parecía injusto que la inculparan de esa manera, pero tenía muy pocas pruebas de su inocencia y aunque quería negarlo, podía ser culpable. Ella sabía que se había estado comportando muy raro últimamente, aunque no quería juzgarla de antemano.
Lo único que estaba claro es que se trataba de algo hecho a propósito ya que no parecia tratarse de un crimen culposo, el hecho tenia tanto daño detrás que era casi imposible pensar que podría haber sucedido sin un deseo impulsor detrás.
Lograba recordar muy poco del momento donde todo a su alrededor se tornó oscuridad. Cuando el horizonte junto a sus olas de promesas se transformó en una inmensa nube de polvo negruzco y malos deseos. Todo lo que conocía se rebajó hasta convertirse en cenizas.
Probablemente por culpa de alguien que quiza no conocía, o si?. Sin embargo fuera quien fuera le había arrebatado todo de un tiron, dejándole el alma completamente vacía. Un espacio supuraba dentro de su pecho, lleno de sangre y resentimiento que creía se había perdido junto con la versión anterior de sí misma. Un sentimiento terrible.
El dolor que sentía era terriblemente fuerte, tanto asi que por mas que estaba impulsada por los periodistas a acordarse como comenzó el masivo incendio y queria hacerlo; no lograba recordar mucho más de ese trágico accidente. Su memoria se nublaba cada vez más, como si algo dentro de ella evitaba rememorar lo sucedido.
La realidad parecía haberse quedo congelada en medio del fuego, destruyendo gran parte de su vida. Todo quedo detrás, lo bueno y lo malo. Solo le quedaba respirar y esperar que los bomberos pudieran alargarlo , por lo menos lo peor había pasado.
Estaba sentada en la ambulancia con la mirada perdida en el edificio, mientras observaba como pedazos de vidrio se iban desprendiendo y explotando estrepitosamente ante de caer al suelo cubierto de cenizas. Volviéndose solo un recuerdo más para las próximas generaciones quienes no llegarían a conocer este lugar.
Una manta cubría sus hombros y la noche comenzaba a hacerse presente llenando el espacio de oscuridad y silencio. Lo único que se mantenía igual era aquella bestia ardiente que a pesar de que se iba haciendo más pequeña con el pasar de los segundos, seguía quemando todo a su paso. Destruyendo y transformando al mismo tiempo.
Y dejando constancia de las expresiones de horror que se seguían haciendo presente en los rostros de algunas personas que aún permanecían allí, con la mirada perdida en el oscuro cielo sin estrellas.
Su cuerpo se movía involuntariamente. Temblaba del miedo, angustia y desazón que el momento había provocado sobre su escuálida figura. Al mismo tiempo le era inevitable pensar en que ya nada tenía sentido y que quizá la que realmente merecía arder era ella, morirse de una vez por todas. Y de esa forma poder finalmente alejarse de los deseos sin cumplir y la culpa que la seguía atemorizando al caer la noche.
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La Alianza
PertualanganAlisha nunca tuvo un buena historia. Siempre estuvo atormentada por sus problemas. Sin absolutamente nadie que pudiera o quisiera ayudarla a sobrellevar su existencia. Completamente solita y dejada atras por el resto de la sociedad,por ser rara y di...