Cap. 46: Valvula de escape

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Frente a la noticia de que, dentro de poco seria tía, la noche desapareció entre los sonidos de nuestras voces que se hundían de vez en cuando en vasos de agua para evitar que la garganta se secara.

Gracias a la confianza que nos teníamos pudimos charlar durante horas sobre lo que había sido de nuestras vidas desde que vivíamos en diferentes ciudades. Ambas teníamos tantas cosas para contarnos, pero en ese momento esa noticia era lo más importante. Me conto que tanto ella como John estaban muy felices con la noticia ya que desde hace algunos meses llevaban hablando sobre la llegada de un bebe, aunque el momento en el que había decidido llegar no era el mejor seguía siendo una buena noticia.

Me alegré mucho de saber eso, por lo que con una sonrisa empecé a enumerarle las cosas que habían estado pasando en mi vida desde la ultima vez que nos vimos. Sobre todo, que ya no estaba amorosamente involucrada con Ashton, a quien le seguía teniendo un gran cariño. También que llevaba el ultimo tiempo saliendo con un compañero de trabajo llamado Quentin y finalmente sobre el terrible e inexplicable incendio que nos dejo desempleados. 

Tenía tan poco tiempo que me vi obligada a resumir la densidad de mis historias. Estábamos sentadas en la sala de estar como antes, cuando de lo único que conocían mis labios era sobre nuestra otra hermana, los misterios que debía resolver y varias lagrimas que solían desahogar mi alma.

Ahora era diferente, nuestras vidas estaban después de todo bien y aunque las amenazas de muerte seguían tras de mí, ahora sabia como hacerles frente. Eso me llevo a recordar el próximo tema de que quería discutir. La parte de mi vida que era más difícil de contar. Respiré y empecé a soltar hecho tras hecho que me mantenían pensando durante las noches. En primer lugar, que el chico que había roto mi corazón por primera vez estaba vivo y seguía siendo malvado. Y que Alisha estaba viva, la había vuelto a ver como paciente del lugar donde trabajaba hasta que nuestros caminos volvieron a separarse y no supe más de ella. 

Sus expresiones iban cambiando durante la noche pasando de un estado de sorpresa total, a asombro y allí hasta miedo que volvía aún más visibles sus líneas de expresión. Era fantástico tenerla cerca mío y poder conversar de lo que quisiéramos sin miedo a ser detenidas por algún asunto de carácter urgente. Por lo menos de mi parte.

La garganta aun me picaba a pesar de las medicinas que estaba tomando para evitar que el monóxido de carbono que había inhalado pudiera provocarme heridas en los próximos días. Por más que ese hecho era real y daba constancia de lo que me sucedió trataba de mantenerme positiva. Muchos pensamientos ocupaban mi mente, aunque lo único que me importaba ahora era estar con mi hermana recordando momentos buenos que vivimos en conjunto.

Quedaba todavía tiempo para vivir mejores cosas, el verano estaba llegando y esa era la ocasión perfecta para tomar unas vacaciones con quien quisiera acompañarme.

Seguimos hablando hasta el sol nos sorprendió en la misma posición y aprovechando esto también le conté de mi estadía en el hospital. El hecho de que Ashton estaba ahí y sin saberlo había desatado dentro míos sentimientos que creí superados, que el seguía teniendo ese característico brillo en su mirada del que me enamoré en algún momento. Mantenía esa sonrisa tan linda, esa actitud que era la causante de mi indecisión.

Ella abrió los ojos ante esa ultima frase y me pregunto directamente si continuaba teniendo sentimientos por el... y simplemente me fue imposible negarlo. Entre nosotros hubo mucha historia que todavía seguía allí, causándome emociones inexplicables. Por mas que tratara de evitarlo.

Al escucharme hablar sonreí inconscientemente y mis mejillas empezaron a tomar color, puesto que estaba claramente avergonzada de mis propias palabras. Buscando cambia de tema como fuera. Me excuse para ir al baño y me lave la cara, quitando de ella toda posible señal de nerviosismo. Estaba por salir cuando sentí mi teléfono sonar, era un mensaje de Quentin.

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