Dejo el regalo que le había comprado a la Emilia en el escritorio y lo observo detalladamente rezando para que no piense que es un regalo muy simple u horrible; Después del colegio había decidido ir a comprarlo y gracias a la ardua asesoría por parte de mi mamá la noche anterior, decidí comprarle una cadena de la feria artesanal del centro de la comuna y un par de aros como los que ella usa. Nada muy exagerado.
Al momento de comprarlo estaba convencido de que le iba a gustar, pero ahora estaba dudando, por lo que decido volver a guardar el regalo en la mochila mientras suelto un suspiro, un poco ansioso porque mañana estaríamos con la Emilia en su casa.
De repente, cuando me siento en la silla, o más bien, piso, del escritorio, noto que encima de él y entre todos los papeles y cuadernos, yacía ese sobre verde que hace un par de semanas encontré en mi antigua pieza, el cual me había rehusado a abrir durante semanas debido a que desconocía su remitente y claramente, su contenido.
Dudándolo un poco, lo tomo y lo veo como si en cualquier momento fuera a hablar. Sin pensarlo más, decido abrirlo, encontrándome con lo que era obvio, una carta, la cual desdoblo y comienzo a leer.02-05-2019
Querido Pablito,
Se te debe hacer un poco raro recibir una carta, teniendo en cuenta que estamos en tiempos modernos, pero es lo único que se me ocurrió para comunicarme contigo, aunque no sé cuando volverás para que puedas leerla y tampoco sé dónde estás para mandártela.
Yo sé que tu papá es mañoso a veces y que es capaz de salirse de sus casillas en cualquier momento, pero deberías entender que no tuvo una infancia fácil. Su mamá era una borracha que solo tomaba en cuenta a sus hijos mayores y su papá era de esos hombres que llegaban una vez a la semana solo para dejar la plata de la mercadería porque estaba todo el día trabajando. Yo vi todo Pablo, absolutamente todo. Veía a Guillermito llorar todos los días en su pieza porque el pensaba que de los cuatro hijos él era el menos querido. Lo vi con ataques de ansiedad y lo vi con ganas de morirse. Su única contención éramos yo y su mejor amigo, el papá del Aurelio. Creció deprimido y triste porque, efectivamente, su mamá nunca lo quiso tanto como a sus otros hijos. Siempre lo trataba mal, le pegaba y era capaz de dejarlo tirado en el suelo.
Desvío mi vista de la carta, intentando controlar las lágrimas que estaban a punto de salir de mis ojos. Aún sintiendo el nudo en la garganta, vuelvo a leer.
Cuando tu papá tenía 15 la hermana de su mamá, tu Nona, le sugirió cuidarlo y ella accedió al tiro. Ahí, recién pudo crecer con un poco de decencia y cariño materno. Sin embargo, seguía siendo tratado como basura por su propia mente, porque su autoestima estaba por el suelo y no era capaz de sonreír genuinamente. Hasta que, cuando salió de cuarto medio conoció a la señora Magda. Ella lo encantó a los segundos y el Guillermo me hablaba de ella siempre. Que era increíble, que lo hacía sentirse enamorado y todas esas cosas cursis de gente joven. Su mamá hizo sentir querido a su papá después de años. Él tenía miedo de que lo dejara, por eso actuaba de esa forma con ella. Posesivo.
Cuando tú naciste, fue el mejor día de su vida, recuerdo que lloraba de felicidad. A mí nadie me saca de la cabeza que a medida que fuiste creciendo él no supo cómo demostrar su cariño hacía ti, no supo manejar ese amor que nunca había recibido o sentido por alguien y simplemente hizo lo que él había vivido.
Pablito, cuando ustedes se fueron su papá lloró todos los días, me hablaba de que quería cambiar y de que se quería morir porque había perdido lo más importante en su vida. A ti y a la señora Magda.
No quiero mentirte, así que te voy a decir que también, semanas o días después de que ustedes lo dejaran él trajo a vivir a esa mujer, su secretaria, a la casa, pero no lo veo igual, nadie lo hace.
Eso Pablito, yo sé que a mí siempre me tuviste un poco de rencor, así que con esto espero que entiendas el porqué de mi postura. Nunca voy a justificar como él te ha tratado, pero soy capaz de entender algunas cosas.
Espero que cuando leas esta carta sea porque volviste a vivir con nosotros.
Cuídese.
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Ni tan zorrón
Teen FictionEl cambio de casa y de ambiente obligan al Pablo a que salga de la burbuja de ignorancia en la que ha vivido durante toda su vida. También debe enfrentarse a las inseguridades que siempre lo persiguieron y, como no, al amor.