Capitulo 12

1.2K 102 12
                                    

Ahora todo era un poco más normal, con el Marco ni la mirada nos habíamos dirigido. Aunque sabía que tendríamos que hacerlo cuando empezáramos el servicio comunitario. Y mis compañeros me toleraban un poco más.

Solo un poco.

Ahora, con los chiquillos íbamos camino a comernos un completo, como buen día viernes.

—Yo quiero un churrasco mejor.—dice el Jeremías.

—Ya, anda tú. Yo fui la otra vez.—responde la Ale.

El Jeremías asiente con la cabeza y todos le pasamos dos lukas.

De repente, mi celular vibra y yo miro la pantalla.

Era un mensaje del Félix. Hemos hablado todos los días, mi amigo siempre quiere que nos juntemos pero yo no quiero porque sé que me va a preguntar sobre mi situación actual.

Félix🏀:
Pablo, hoy día hay carrete en mi casa.
Esto no pasa nunca, aprovecha ;).
14:30

Igual me daba pena decirle que no. Le he negado todas sus invitaciones e igual es carrete en su casa, y los carretes en su casa son bacanes.

Pucha, hermano.
No sé si ir
Ahí te aviso.
14:31

Félix🏀:
Hermano? Q te fumaste?
Nunca me decís así, ni siquiera me deci viejo o perro.
Pero ya, ojalá puedas ir.

Frunzo el ceño ante su mensaje y vuelvo a leer el mío. Si, le dije hermano y no me di cuenta. Concluyo que es por el Jeremías, porque él siempre me dice así y yo a veces se lo digo por whatsapp, no en persona porque me da como vergüenza.

—Pablo...—siento un pequeño golpe en el hombro y al tiro me despego del celular.

Me encuentro con la Ale mirándome expectante.

—Sorry, me llegó un mensaje.—guardo el celular en el bolsillo del pantalón.—¿Qué pasó?

—Te preguntaba si la profe de lenguaje les mandó a hacer un informe...

—Ah, si.—asiento con la cabeza.—lo tengo que entregar el lunes ¿ustedes?

—El martes.—responde la Emilia.

Hago una mueca al recordar que no tengo computador porque el mío lo dejé en mi antigua casa y obviamente ni cagando vuelvo para allá.

De alguna forma me las arreglaré.

—Listo, completos acá.—el Jeremías deja la bandeja en la mesa y se sienta.—que es bacán este local, por la chucha.—le da un mordisco a su churrasco.

—¿cierto?—asiente su prima y luego agarra un puñado de papas.

Y comenzamos a comer mientras conversamos y reímos de cualquier cosa. Ya había logrado acomodarme al grupo de ellos, aunque solo a veces nos juntábamos los cuatro. La Emilia y la Ale de vez en cuando no más nos veían en los recreos, porque él Jeremías es el hueón más molestoso con su prima y ella se estresa por todo.

De repente, me llega otro mensaje, llamando la atención de todos.

—Oye hace rato que te andan mandando mensajes...—dice la Ale, sonriendo.—Andai solicitado, Pablito.

Ni tan zorrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora