Capítulo 34

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Salgo de la sala y mientras cierro la puerta siento que mi celular vibra en mi bolsillo. Frunzo el ceño un poco confundido y lo saco para ver qué onda. Cuando veo que me llegó una notificación de instagram vuelvo a fruncir el ceño al mismo tiempo que camino por el pasillo con dirección al baño; Se suponía que no tenía internet y en la pantalla de mi celular decía que estaba conectado a una red wifi. La única opción era la red del colegio, que era hackeada constantemente por algunos alumnos y el Jeremías siempre me pasaba la contraseña, pero aún así, fue sorprendente porque la conexión funcionaba una vez a las quinientas.

lvra_28: mira
mi ahora polola m perdonó :)

*foto*

Sonrío levemente y le doy me gusta a los mensajes.

que buena laura <3

No sé qué le había dado por contarme eso, pero igual agradecía que me haya agarrado confianza en menos de dos días. O capaz que ni siquiera es confianza, solo me contó porque el viernes hablamos de eso.

Guardo mi celular y entro al baño, intentando ser lo más rápido posible para que la profesora no piense que hice fuga interna, aunque en estos momentos lo estaba considerando porque la clase estaba un poco aburrida y mis neuronas no parecían querer funcionar. Y si no funcionaron durante toda la clase menos lo harán en los últimos quince minutos que quedaban.

Salgo del baño y cuando miro hacia el costado veo la señal que inconscientemente esperaba para irme a esconder: un curso saliendo del patio de atrás sudando como nunca, dándome a entender que su clase ya había terminado y que podría ir a ocultarme los últimos minutos allá. Así que, a penas veo que el profesor sale de él, comienzo a caminar en dirección contraria.

En el momento en que me voy acercando la Emilia y la pequeña posibilidad de que esté acá llegan a mi mente. Era algo viable, sobre todo hoy, lunes, que le tocaba biología.

Dicho y hecho, estaba ahí; con un conyac en la boca y su mirada fija en el celular. Mi única reacción es cerrar los ojos y luego darme vuelta para irme a la sala por mi plan fallido.

—No tengo problema con que estis acá.—la escucho hablar en el momento en que comienzo a caminar.

Me quedo quieto y camino un par de pasos para volver a verla un poco inseguro.

—De verdad.—habla nuevamente, esta vez sacándose el coyac de la boca.

—Eh...—un poco inseguro y a paso lento me acerco hacia ella, hasta agacharme y sentarme a su lado, tomando un poco de distancia.

Levanto mis rodillas y carraspeo, intentando no mirar a la Emilia directamente. Aunque no puedo evitar verla de reojo y cachar que había vuelto a poner su atención en el celular.

Por mi mente se cruzó la idea de hablarle, y por primera vez no sentí esa inseguridad que solía caracterizarme en estos momentos de silencio. No sabía porqué, pero estaba disfrutando su inexistencia, a pesar de no saber qué decir.

¿Y si no quiere hablar conmigo?

Ahí volvió, pero ignoro la pregunta y me le adelanto a mi inseguridad.

—¿Te escapaste de biología?—pregunto con lo primero que se viene a mi mente.

La primera reacción de la Emilia es verme con los ojos medio abiertos y luego bloquear la pantalla del celular.

—Eh... si.—asiente, sonriendo levemente. Aunque tenía más pinta de mueca.—O sea, pedí permiso para ir al baño.

—Ah... Yo igual.—contesto con una leve sonrisa mientras asiento con la cabeza.

Ni tan zorrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora