Hogsmeade

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Pov Draco

Después de que regreso mi alma, a mi pobre cuerpo. Todos decidimos ir a dormir temprano para la gran salida de mañana. Pansy con gusto se ofreció a llevarme a todas las tiendas del pequeño pueblo, pero Blaise y Theo intervinieron, alegando que era mi primera excursión al pueblo y debía tener libre albedrío de ir a la tienda que quisiera.

En conclusión, estaba en estos momentos en mi cómoda cama. Las frazadas me cubrían hasta el cuello, las luces estaban apagadas y sola se escuchaba el movimiento húmedo del gran lago.

Cerrando los ojos, dejé que Morfeo me sedujera y me llevará al mundo de los sueños.

-Aída...

Esa voz me sonaba tan familiar.

- Aída...

Estaba muy cansado, pero me obligué abrir los ojos.

La luz blanquecina me cegó por unos instantes, pero luego todo se aclaró. Estaba en la estación de tren. Echado en el suelo, mirando el techo.

-Aída -Me senté lentamente y gire a mirar detrás de mí.

En el banquillo estaba sentado Muerte. Su larga túnica oscura lo cubría de pies a cabeza, la capucha estaba abajo, por lo que se podía admirar su hermoso rostro.

-Ha pasado tanto tiempo... -Escuchar mi voz femenina, me hizo sentir nostalgia - Pensé que ya no me visitarías. Como tienes mucho trabajo... -dije incómoda.

Muerte sonrió, suavemente. Se levantó del banquillo y camino hasta donde estaba. Extendió su mano, para ayudarme a pararme.

-Siempre buscaré un momento para verte y saber cómo estás -dijo, mi guía.

-Las cosas han sido muy pacíficas este curso -Muerte me ofreció su brazo para colgarme de él. Caminamos a lo largo de la estación, mirando el espacio en blanco -. Trato de sobrellevar mis traumas de la mejor manera posible. Se supone que tengo 34 años, debería ser más fuerte y estable emocionalmente, pero siento que he retrocedido -dije, avergonzada.

Muerte me dio un suave apretón con su brazo. Volteé a mirarlo, mi corazón latía con pesar. Era un sentimiento de opresión y vergüenza propia.

-No deberías sentir pena de ti misma, Aída -Me mordí el labio inferior -. El hecho que seas una persona adulta en alma y mente, no te hace inmune al dolor, el miedo y el anhelo. Sientes que has retrocedido... Pero dime, Aída; ¿Qué persona no aprovecharía al máximo su segunda vida? Disfrutar de aquello que no pudieron tener en la anterior -Me quede visiblemente callada. Muerte continuó -, no es que hayas retrocedido. Es que estás viviendo aquello que no pudiste vivir en su momento justo. Siempre callabas las cosas, aguantabas el dolor y el miedo, por ti misma. No tenías padres, ni amigos en que apoyarte. Sólo tus hermanos, pero Christopher salía a trabajar todo el día y Brandon solo era un bebé.

-pero me siento una cobarde... O soy cobarde - susurré

-Eres humana, Aída -dijo Muerte severo -. Si no sintieras miedo, no seguirías viva. El miedo es lo que te recuerda que tienes que vivir, aún si sabes que es poco probable que salgas a salvo del peligro. El miedo es instintivo, es la emociona más básica que alerta a los humanos del peligro al que se enfrentan -Muerte me soltó y agitó su mano en el aire. Unas figuras de pequeños humanos se formaron en el aire, figuras oscuras, como niños corriendo de un perro que los quiere atacar. Una mujer que estaba dando a luz. Un hombre que luchaba por salir de un incendio. Tantas figuras se formaron en el aire, con claros ejemplos de lo que hacía el ser humano ante el peligro y el miedo -No solo se trata de sentir miedo, sino de conquistarlo. Un claro ejemplo, fue lo que te paso en la mañana con los gemelos Weasley

Draco Malfoy y el mundo mágico IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora