Adiós Satanás

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Pov Draco

No se sentía bien...

Aída miraba alrededor de la oficina. Su pecho latía irregularmente, su cuerpo se había enfriado y sus manos amenazaban con temblar. Frunció el entrecejo por unos segundos, medito en su mente. Se decía una y otra vez que nada malo iba a suceder. Un pequeño consuelo que no la calmaría en absoluto. Cuando es más que consciente que algo muy malo está por venir...

-Bathory -le llamo el coordinador del área. Aída se mordió la lengua para evitar dejar escapar un grito de sorpresa.

-Dígame, señor Samuel -Aída hablo lo más normal posible, aunque la actitud sombría del hombre le estaba generando ansiedad.

-El director quiere verle en su oficina -dijo fríamente el señor Samuel.

-Entiendo, estaré ahí en unos minutos -El señor Samuel, asintió y se retiró de la habitación. Un grupo de compañeros de trabajo la miraron. Hace unos meses fue una practicante y ahora era una trabajadora oficinal de la empresa. Todo su esfuerzo había valido y tuvo sus frutos, llevaba meses en el puesto.

Aida se levantó rígidamente de la silla, abandono el escritorio y camino por la habitación, cruzando tres cubículos, donde un par de señoritas le miraban con envidia.

"por favor... que no sea nada grave" suplico en mente.

Se dirigió al ascensor del gran edificio. Todo era lujoso y muy moderno. Aída entro al ascensor y oprimió el botón del último piso, las puertas de metal se cerraron. El malestar en su cuerpo incrementaba con cada minuto que pasaba, cerró los ojos y respiro hondo. Cuando llego al último piso y las puertas se abrieron, salió y camino hasta la recepción, donde la mano derecha del director la recibió.

-Junior -le llamo un hombre de cabellos castaños y ojos verdes. El hombre, era claramente extranjero, se notaba por su acento y su forma de expresarse.

-Señor Bill -saludo, hizo un pequeño asentimiento con la cabeza. El hombre, que no era joven pero tampoco viejo, se le acerco amigable y le despeino cariñosamente el cabello. Aída tenía la intención de alejarlo, pero el tipo era socio y amigo del director, su jefe -El director me mando a llamar.

-¡Ah! ¿si? -Bill estaba desconcertado -¿Y sabes el motivo?

-No señor... -Aida camino hasta llegar a las grandes puertas doble de roble. El señor Bill la acompaño y se quedó en la entrada de la oficina del director -Señor... ¿A ocurrido algo, para que el director me llame?

Bill se encogió, ni él sabía que estaba sucediendo.

-Ya lo sabrás, junior -dijo Bill en tono compasivo -No creo que Stephen te llame por algo malo

-... ok, bueno... hablamos en otro momento señor -Toco dos veces la puerta de roble, escucho una voz llamarle desde el interior de la habitación.

Trago duro, Aída abrió una de las puertas de roble e ingreso a la habitación. Dentro de aquella elegante y sombría oficina, había un hombre de cabellos rubios e impresionantes ojos azules. Aída sentía que su corazón se aceleraba, pero se obligó a si misma a controlarse. El hombre frente a ella era su jefe y se nota a simple vista que estaba molesto.

"algo malo ha sucedido..." pensó.

-Señorita Bathory

-sí, señor Stephen -respondió con voz fría. Stephen no hizo ningún gesto con su rostro, pero en sus ojos había turbulentas emociones, entre ellas se podían percibir la decepción.

Draco Malfoy y el mundo mágico IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora