Melancolía

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Pov Gemelos

George y Fred miraron a Draco, desde la camilla de Harry. Lo vieron abrazar al profesor Snape, y ambos sintieron una chispa de enojo en su corazón. La envidia y los celos, de ver y saber que no tenían el privilegio de estar con Draco, como lo era el profesor Snape y sus amigos.

Fred sujeto del antebrazo a George, este último miro con el ceño fruncido a su gemelo. Silenciosamente el primero le advirtió al segundo, que midiera su comportamiento y no hicieran nada estúpido.

George apretó la mandíbula con fuerza y siguió mirando; como Draco se pegaba al profesor Snape, lo abrazaba y lo besaba en la mejilla. Fred y George vieron rojo en ese mismo instante, pero el gruñido de un tercero les saco de sus pensamientos homicidas.

Miraron de reojo a Harry Potter.

El pobre niño no sabía que con su actitud posesiva iba alejar a Draco. Fred y George se burlaron en sus corazones de Harry. Al menos ellos eran conscientes que Draco necesita su espacio para sanar del trauma que vivió el curso anterior.

Cuando el profesor Snape se retiró de la enfermería, sintieron un gran alivio de ver al mayor muy lejos de su pequeño amor.

Draco los miro de improviso... El pequeño dragón ni se inmuto con sus furiosos ojos azules. Siempre frio e ignorante. Draco era muy malo al ignorar sus sentimientos. Ellos siempre han tratado de lucirse lo mejor posible ante Draco, pero su pequeño amor apenas les prestaba atención.

El día que lo vieron en el caldero Chorreante, querían correr a abrazarlo y besarlo. Revisar cada centímetro de su cuerpo y saber que estaba bien. Pero no podían ser imprudentes, actuar de forma tan confianzuda podría alejarlos de Draco, aunque siempre fueron muy atrevidos. Estaba vez era diferente. Draco estaba dañado física y emocionalmente.

Solo abrazarlo, género en Draco un miedo y profundo rechazo ante el contacto físico.

Fred y George querían protegerlo, querían ser más que simples conocidos en su vida, pero Draco no quería, o era muy niño para devolverles aquellos sentimientos que iban creciendo con cada día que pasaba.

Todo por una sonrisa

Todo comenzó con una sonrisa, que agito sus corazón, los lleno de emociones que jamás habían experimentado, y aunque Draco solo fue cortes. Eso no les quito de la mente su hermosa sonrisa, la suavidad de sus labios en sus mejillas, la calidez e inocencia de sus preciosos ojos plateados...

Draco era su mundo, querían tenerlo solo para ellos. Pero había tantos rivales, tantas personas que codiciaban a su precioso dragón, que Fred y George no podían soportar verlo junto a otras personas que lo amaban en secreto.

Al menos se contentaban con saber que Harry no tenía oportunidad en absoluto con Draco. Solo eran ellos contra el harem de niñas rubias que rodeaba al dragón. Aunque sospechaban de Cedric Diggory, muy a menudo lo veían cerca de Draco.

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Al terminar las horas de visitas, volvieron a la sala común. Querían hablar un poco con los chicos del equipo de quidditch y tratar con su capitán. Hasta ahora les parecía ridícula la idea de Oliver de anular el partido y volver a jugarlo. Al menos Flint dejo en claro que la anotación era válida y no necesitaban de la compasión del equipo de Gryffindor.

Justo cuando se dirigían a los chicos del equipo, no pudieron evitar escuchar la conversación que tenían Hermione Granger y Ron Weasley.

-Aun no puedo creer que a Draco no le importe que sus padres le comprometa con una extraña –dijo en voz baja Hermione.

Draco Malfoy y el mundo mágico IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora