Más que una sonrisa

1.7K 256 62
                                    

Pov Draco

Corrí a través de la oscuridad del bosque prohibido, escuchaba las fuertes pisadas, ramas quebrarse bajo el peso de la bestia. La hojas quebradizas se rompían con el viento y el viento aullaba gritos de horror.

Todo parecía tan sub realista, casi sacado de una película de terror. Nunca entendí porque los protagonistas corrían como locos cuando un espectro los perseguía, o por qué demonios se caían cuando se escapaban. Lo cierto, es que, ahora lo entiendo. Mientras uno corría por su vida, no veía por donde pisaba, no veía el camino lleno de baches y solo corría como si su vida dependiera de ello.

-¡Diablos! - gruñi, cuando mis pies cayeron sobre un charco de lodo resbaladizo. Inmediatamente perdí el equilibrio, mi cuerpo se fue para un lado. Inconscientemente me agarre de cualquier cosa al alcance de mi mano. Una rama filosa cortó la manga de mi túnica, no sentí cuando rozó con mi piel, pero el ardor que le siguió indico que había una herida profunda.

El aullido del lobo se escuchó no muy lejos, volteo asustado y veo a unos metros a la feroz bestia. 

"Corre maldita sea" 

La voz de padre resuena dentro de mi mente. La luna brillaba furiosamente sobre mi cabeza, pero el bosque estaba ensombrecido con los grandes robles que lo rodeaban. Trato de retomar la misma velocidad que antes, pero mis piernas estaban entumecidas. De pronto un fuerte empujón viene de atrás, algo araño mi espalda y mi piel ardía en llamas. Saco mi varita y sin siquiera pensar digo:

-¡Expulso! -la gran bestia que me había alcanzado, fue lanzada a un metro de distancia.

El gruñido que salió de su gran hocico, puso mi piel de gallina. Volví a correr, pero me detuve al percatarme que la bestia gemía. Vuelvo a verlo y veo una escena extraña, el gigantesco lobo agitaba la cabeza, como tuviera algo encima suyo. Se sacudía violentamente hasta que de pronto.

Golpeó su cabeza tan fuerte contra un gran tronco. Mi corazón latió rápidamente. La bestia no se detuvo y volvió a estrellar su cráneo contra el roble. La madera crujía, las hojas caían secas, los aullidos y gemidos de la bestia estremecían mi cuerpo. Como si anunciará que algo malo le sucedía.

-para...

Su cráneo contra el roble sonaba horrible, parecía que en cualquier momento se iba a partir en dos.

-¡Por favor para! -grito.

El lobo me mira con sus grandes ojos amarillentos, me enseña sus grandes colmillos. Retrocedo por instinto y casi sin pensarlo vuelvo a correr, el lobo aúlla detrás de mí. Sujetaba fuerte mi varita en mi mano.

De pronto veo sombras corriendo a mi alrededor, tengo miedo, mi cuerpo suda frío. Si eran los dementores, no iba a sobrevivir está noche. La bestia me iba a devorar, iba a destrozar mi cuerpo y saciar su hambre voraz hasta que no quedará rastro alguno. Quería llorar pero tenía que ser fuerte, las lágrimas no me iban a salvar.

Abro la boca para gritar, fue un grito de terror y desesperación. La bestia ruge detrás mío y a mi alrededor escucho a varios caballos relinchar, pero no eran caballos.

-Thestral... -cuando susurró eso, tropiezo nuevamente y esta vez mi cuerpo cede por completo al suelo.

Estaba asustado, cansado físicamente y emocionalmente. Me apoyo sobre mis manos, puedo sentir las ramitas filudas, la tierra, las piedrecillas, tengo miedo de mirar hacia atrás porque algo me dice que será mi final.

El lobo aúlla y trago un sollozó. Papá está parado delante de mí, alzó la mirada, pidiendo auxilio en silencio pero sus ojos fríos y a la vez indiferentes dicen lo contrario. Como diciendo: "te lo buscaste".

Draco Malfoy y el mundo mágico IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora