Problema y más Problemas II

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-¡Expecto Patronum!

El dementor se alejó espantado de las gradas de Hufflepuff. Mi cuerpo se tambaleo para un lado, sentía mi espalda cubierta por un sudor frio, si no fuera por Diggory, me hubiera caído en ese mismo instante.

-¿Draco, estas bien? –mi respiración era dificultoso. Mi mente se había plagado de recuerdos aterradores de aquella noche. Sentía mis ojos húmedos, muy aparte de la lluvia que empapaba a todos -. ¡Draco!

Mire a Diggory, cuya mirada brillaba de preocupación. Un relámpago cayo, escuchaba gritos y la lluvia caer. Vi una manada de dementores volando por el cielo, eran cientos de ellos.

Tan abrumador y aterrador.

-¡Hay vienen más! –grito Michael. Mire hacia mis amigos. Mi cuerpo temblaba furiosamente, aun así Diggory no me soltó.

-Debemos de salir de aquí –dijo seria Luna -. Daphne, debes de conjurar tu patronus.

Daphne asintió, tan abrumada y desesperada por la situación. La multitud no perdió el tiempo en guardar orden, todos bajaron desesperados de las gradas y corrían a lo largo del campo, directo hacia el castillo. Diggory me protegió de las personas que empujaban atrás de nosotros, sus amigos le gritaban y le decían que deberían de volver al castillo, pero Diggory se quedó conmigo y mis amigos.

-¡Blaise! ¡Blaise! ¡¿Dónde está Blaise?! –pregunte desesperado a mis amigos, que estaban atentos a lo que sucedía alrededor del campo.

-No lo veo –dijo con voz llorosa Astoria -, Pansy lo está buscando alrededor del campo.

-¡Oh, cielos...! ¿Ese no es Potter? –pregunto espantado Theo.

Desde lo más alto del cielo, Potter estaba cayendo de picada al campo, sin su escoba, desmayado. No veía por ni un lado a Blaise y el thestral.

-¡Pansy, lo va a sujetar! –exclamo Terry, viendo como Pansy volaba directo a sujetar a Potter.

-Chicos, debemos de bajar de las gradas –la voz seria de Diggory, hizo estremecer a más de uno –Si nos quedamos aquí, uno de esos espectros nos atacara. Debemos de bajar.

Todos asintieron. Pero justo cuando íbamos bajando, uno de esos espectros se acerco. Diggory se puso delante de mí, pero eso no me protegía del terror que infundía aquella criatura.

-¡Draco! ¡Draco! –mis amigos empezaron a gritar mi nombre. Mis ojos empezaron a volverse borrosos y en mi mente resonaba la risa siniestra de Lockhart.

Mi cuerpo fue elevado en el aire, cuando perdí todas mis fuerzas. Antes de perder el conocimiento, vi el rostro distorsionado de Diggory y escuchaba su voz lejana, llamando mi nombre.

-Quería hacer esto por las buenas... ¡Pero veo que tendré que hacerlas a las malas!

-d-déjame... i-ir...

-TE DIJE, QUE SI NO ERA POR LAS BUENAS. SERA POR LAS MALAS.

-papi no es un coco... pero tampoco existe el coco bajo la cama, solo el coco de las sombras... Pero no entiendo porque la gente dice en la televisión que hay monstruos...

-Porque cuando creces el coco de las sombras ya no existe. Sino que el coco son las personas.

-No entiendo...

-Cuando crezcas lo entenderás...y luego extrañaras que el coco de las sombras te visite

-papá... Tenías razón, papá... Yo extraño al coco de las sombras

Me levante abruptamente, sentí un nudo en mi garganta. Mi respiración era dificultosa y mis ojos ardían. No me di cuenta que Severus, Padre y mis amigos, estaban a mi lado. Lleve una mano a mi pecho y trataba de regularizar mi respiración, pero solo sentía que se dificultaba aun más.

Draco Malfoy y el mundo mágico IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora