Amarga despedida

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Pov Oskar

Los jardines del palacio eran hermosos, la nieve cubría todo en la superficie  los lagos, los riachuelos, los puentes y los pequeños pabellones, todo era hermoso. Sin embargo, mi corazón se sentía distante cada vez que pensaba en lo que sucedió en el comedor. La mirada de puro horror de Lord Malfoy y después su dramático desmayó. Nunca había visto tantas emociones negativas reunidas en una sola mirada, pero saber que fue causado por mi presencia me hizo sentir aún más miserable.

Dejando un rastro de huellas sobre la nieve, caminé hacia un viejo pabellón oculto entre viejos árboles y arbustos congelados, ignore al príncipe heredero, quien me seguía sutilmente a la distancia.

Me detuve a admirar la vista secreta que me ofrecía el pabellón, podía ver un riachuelo y más árboles cubiertos de nieve. El viento soplaba salvajemente, pero eso no enfriaba la sangre caliente que corría por mis venas, era como fuego envolviendo cada parte de mi ser haciéndome inmune a todo viento helado.

-Es encantador, ¿No? -La voz del príncipe Qing rompió el silencio, no me volví a verlo, solo seguía observando -. Trae té caliente y un brasero -, el príncipe ordenó con voz solemne y fría. Unos pasos acelerados se escucharon a la distancia pero no presté atención. - Estás muy callado, su alteza.

Me gire a verlo después de unos minutos, el príncipe heredero se sentó pulcramente sobre los viejos bancos de madera que había en el pabellón, sus ojos oscuros me observaban profundamente. No había sonrisa adornando sus labios, pero si un astuto brillo de interés en sus ojos.

-Debes estar disfrutando de este espectáculo, muchacho -, una sonrisa profunda se extendió en sus pálidos labios. Quería golpearlo. Parece que es de familia que los Qing y los Velaryon se lleven mal, porque este principito me hacía sentir a la defensiva y mezquino.

-No estaba muy seguro de que planeaba su majestad Velaryon -, comenzó francamente -. Sabía que mi padre tenía una relación estrecha con su majestad Velaryon, pese a que no se visitan con frecuencia había cartas que intercambiaban en sus tiempos de juventud. A menudo he escuchado de viejos sirvientes que ambos se odiaban, pero viéndolo ahora, me doy cuenta que su acto de odio es más un acto cómico que en su mayoría demuestra la preocupación que sienten el uno por el otro. Jamás he visto a mi padre reír a carcajadas, enojarse o ser sarcástico, es la primera vez que lo veo ser tan expresivo. Incluso cuando vio a Lord Malfoy, nunca había visto tanta devoción en mi vida.

Era cierto, no conocía mucho a los emperadores de distintas naciones pero había un profundo lazo que los unía. El emperador Qing actuó cortes y frío frente a sus súbditos pero ante el emperador Velaryon fue sarcástico, gruñón y a la vez bromista. Fue lo mismo para el emperador Velaryon cuya astucia y cara amable engatusaba a muchos pero en la privacidad de una sala sacaba a relucir su lengua de plata, la burla de sus palabras y la fría irá en su mirada.

Ambos parecían compartir mucho, sus ojos contaban una extensa historia entre ambos.

-Sin embargo, eso no explica por qué Lord Malfoy se desmayó tras verme.

- Quién sabe... -los sirvientes regresaron con lo pedido por el príncipe heredero -, hay muchos enigmas en su familia, príncipe Velaryon.

Príncipe Velaryon.

Era la primera vez que me llamaban así, príncipe Velaryon.

Un título que apenas podía asimilar, un nombre que no conozco y una herencia ignorada por una vida de mentiras.

-Sea cual sea el resultado, mi querido príncipe -  él continuó -, usted es quien saldrá ganando, es el futuro monarca de Grecia, el emperador Velaryon. Nada ni nadie te podrá ordenar o gobernar, serás dueño de tu propio destino.

Draco Malfoy y el mundo mágico IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora