Desesperación

5.7K 567 121
                                    

Pov Muerte

Había viajado a diversos mundos, recogido almas, viajaba entre el tiempo. Pasado, presente y futuro. El tiempo era algo vago y sin importancia, podía cruzar las barreras del tiempo e ir al escenario que quisiera.

Pero ahora estaba en el mundo mágico. Observando desde un pedestal, al niño elegido y luego al niño que transmigro al mundo mágico.

Un niño de melena albina, ojos rojos y sonrisa juguetona, se acercó a su lado y observo junto con él, a ambos niños

-No es impresionante? -dijo entre risas el dios del Destino. -la última varita lo eligió. Estoy seguro que él saldrá vencedor y no torcera su destino

Muerte miró con crueldad al dios del Destino, quien se retorció bajo la mirada del dios de la Muerte.

-Lo planeaste todo el tiempo, verdad? -dijo seguro Muerte -No solo has causado problemas con tus estúpidas varitas del destino. Creaste una profecía para el alma que debe recibir un juicio apropiado y pueda seguir el ciclo de la reencarnación.

Estaba enojado con Destino. Era un mocoso estúpido, travieso, desvergonzado, que no dudaría en meter sus narices en los negocios de los otros dioses. Pero sobretodo, era el dios más problemático de todos los mundos.

-Me hieres, hermano -dijo dramático Destino. Pero en el fondo tenía miedo de la ira de Muerte, era el dios más poderoso y el más despiadado. -Pero tengo mis propios motivos para creer que este niño puede superar al niño elegido de este mundo

Muerte se cruzó de brazos.

-No me mires de esa forma -se quejo Destino -Ambos sabemos que ningún Dios está conforme con los deseos de la madre magia

-... -suspiro -Por qué lo hiciste? Ya, dime enserio

Miró al niño dormir. Con su poder divino podía observar desde miles y miles de kilómetros, a Draco, estaba durmiendo pero, por su semblante, diría que tenía preocupaciones en mente.

Quería ir a visitarlo. Pero interrumpir constantemente en el mundo mortal, le había causado pequeños problemas y había llamado la atención del niño estúpido que estaba parado a su lado.

-Quiero ver arder al mundo -Destino sonrió malicioso.

Muerte saco su guadaña y la poso en la garganta de Destino, quien tenía una sonrisa maliciosa. Los ojos azules de muerte, volvieron a su color original, carmesí, como los ojos de Destino.

Los dioses supremos, los que podían viajar a múltiples universos y cumplían una función extremadamente importantes en todos los mundos, se diferenciaban entre los demás dioses de cada mundo y universo, por su color de ojos.

Y el dios más poderoso era Muerte. Pues a diario recogía almas del mundo humano. Su poder era tan grande que ningún Dios quería provocar a una gran bestia. Solo otros dioses supremos podían provocar a dicho dios.

-jajaja mira tu expresión, hermano -el niño río pero Muerte no le vio la gracia a las palabras de su hermano -Hermano, te has encariñado con un mortal? -pregunto divertido Destino

Muerte no tuvo necesidad de contestar, pues sus pensamientos eran solo suyos.

-Tú desvergüenza me preocupa, hermanito -bajo la guadaña pero quería ahorcar al mocoso con sus propias manos -Sabes que provocan tus varitas, verdad?

-Lo sé... -Destino puso por primera vez un rostro serio -Pero quiero ver qué se rompa el destino de uno de ellos, al menos uno... Ya vi muchos fracasos, tire esas varitas al mundo mágico para que esos magos sentenciados a ser parias de por vida, cambiarán sus destinos. Pero resultó en fracasó.

Draco Malfoy y el mundo mágico IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora