¡¡EL FUTURO ESTA LOCO!!

81.

Acabo de descubrir que me inspiro con contenido para la historia mientras doy exámenes 🙃 y después se me olvida 🙃
Salavrg 🙄

Leen su capítulo, namas.

- Ave María purisima - dijo Alice.

- Sin pecado concebido - le contesto James con burla - ¿Qué pasa?

- Si Alana entra y ve eso le dará un ataque.

- ¿Qué cosa? - miró en la misma dirección que la chica. Rafael cargaba a la pequeña Lexa - No entiendo, solo juega con la bebé.

- Lexa ni siquiera quiere que la cargue - era cierto, la bebé se removia inquieta incluso parecía que quería llorar, usaba sus manitas para impulsarse hacia atrás esperando que el hombre la suelte, pero el tipo nada de nada.

Hasta que la pequeña pelirroja se canso e hizo algo que cualquier bebé hace para obtener lo que quieren. Empezó a llorar.

- Hola - James miró a su lado preguntándose en que momento la chica se levantó - Creo que Lexa tiene hambre, déjame cargarla.

- ¿Por qué? Esta muy bien conmigo - contestó levantándose.

- Porque esta llorando, es obvio que esta incómoda.

- Pero...

- Yo tomaré a la bebé - les dijo Robert y se levantó dirigiéndose hacia ellos.

- No hace falta ella...

- Me va a negar cargar a mi propia bisnieta, señor - Rafael se lo pensó, haciendo que su hermano y varios más comenzaran a preguntarse porqué quiere tanto estar cerca de Lexa - Dije que yo cargare a la bebé.

Le sonrió y le quitó a la bebé.

- Hola - le dijo a la pequeña pelirroja y se fue a sentar. Todos se sentaron.

- ¿Qué fue eso? - preguntó Chase a su hermano.

- Nada, no fue nada.

- Eso espero - lo miró - Enserio espero que no sea nada y menos lo que estoy imaginando.

- Como sea, tomaré aire - caminó hasta la puerta - Tenemos que hablar - le dijo en voz baja, cosa que no sirvió ya que igual los escuchaban perfectamente.

- No se me ocurre algo de lo que usted y yo pudieramos hablar, señor Fontabela - le contestó la pelirroja.

- Sabes perfectamente de qué, es mi...

- No lo digas - le dijo seria aunque por dentro era un manojo de nervios, sabía lo que el maldito quería. Salió y él la siguió.

Obviamente no nos ibamos a quedar con el chismesito incompleto y ahí es dónde entra la cámara.

- Es mi hija - le dijo apenas estuvo algo lejos del GC - Tengo derechos sobre ella.

- ¿Tú hija? No, es mi hija - contestó - ¿Derechos? - rió con amargor - Tus derechos los perdiste cuando la negaste, para ser más específica cuando me diste un maldito cheque para que abortara, ese día perdiste los derechos sobre mi hija. ¡Mía! No quiero ni que respires cerca de ella ¿quedo claro?

- No me tientes, Alana, puedo quitartela si quiero, soy su padre y no me puedes quitar eso.

- Tú no eres más que un donador de esperma, ¿quieres llevar esto a un juicio? Hazlo y te juro por lo más sagrado que te dejaré sin nada. No creo que a tu esposa le guste que tengas una hija fuera del matrimonio o a tu padre. No olvides quién es mi familia. Intenta quitarme a mi hija y te voy a dejar en la calle... inténtalo y te destruire - y sin decir nada más se fue. Cuando llego al GC todos fingieron que no sabían nada.