Capítulo 10

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"Bienvenido al juego"

Aquellas palabras retumbaban en la mente de Taehyung y a pesar de que la inquietud le carcomiera el alma era incapaz de regresar a aquella montaña.

Con el paso de los días los contagios pararon, en total eran trece casos de los cuales tres habían fallecido, sin embargo, ante la disminución de los contagios y la presión del trabajo, Taehyung cada vez más se sentía agotado, día con día despertaba lleno de rasguños y moretones, con una gran pesadez se levantaba de la cama y comenzaba su día y hoy no sería la excepción.

Como ya era costumbre se despertaba antes del amanecer empapado en sudor, atormentado por pesadillas. Sentado sobre la cama frotó su rostro intentando liberarse del mal momento por el que había pasado, respiró hondo y una vez calmado se levantó de la cama, caminó descalzo hasta el baño donde lavó su rostro y comenzó a asearse, pero un pequeño chillido seguido de un fuerte estruendo le sobresaltó.

Taehyung alterado abandonó el baño y fue en busca del causante de dicho sonido, aún estaba oscuro, por lo mismo el nerviosismo lo tenía a flor de piel y el crujir de la madera bajo sus pies no ayudaba en nada.

Checó la habitación y el armario, caminó hasta la sala quedando inmóvil y con la sangre helada, pues las puertas del pequeño balcón estaban abiertas de par en par, el gélido viento removía las cortinas colándose por toda la habitación.

—Maldición —musitó tras salir de su pequeño trance mientras se dirigía a cerrar las puertas —¡Ngh! ¿Pero qué mierda? —esbozó al percatarse de los trozos de vidrio regados por el suelo, además de pequeñas manchas oscuras decorando la escena; fue entonces cuando Taehyung gruñó tras ser recorrido por un electrizante escalofrío al sentir un intenso ardor en las plantas de sus pies, acto seguido vio como poco a poco se iba formando un pequeño charco debajo de él.

Lo que faltaba

Pensó al mismo tiempo que fruncía el ceño y endurecía sus facciones.

Caminó como pudo hasta uno de los sillones, en donde notó varios trozos de vidrio incrustados en su piel. Tragó pesado.

Posó sus dedos sobre uno de los trozos, causando un doloroso escalofrío que azotó su cuerpo. Jadeó, pero esto no lo detuvo y de un solo tirón extrajo el material entintando, de sus labios escapó un gruñido ronco, el sudor frío pronto cubrió su espalda y frente, el retumbar de su corazón incrementó, sus sentidos se agudizaron y el dolor se desató.

La frustración y el enojo no tardaron en llegar. Con cada fragmento repitió el proceso, siendo empapado en desdicha, ahogando sus gruñidos en un tragó amargo.

Taehyung notó los primeros rayos del sol colarse por el balcón, volvió a suspirar frustrado, más un tenue golpeteo proveniente de la entrada llamó su atención.

—¿Taehyung? —el tono de Jennifer lo alteró, su voz era seria, fría y con un toque de tristeza.

—Pasa —pronunció intentando levantarse —¡Está abierto! —gritó desde la sala.

Y tal cual lo dijo el castaño, la perilla fue girada y al poco tiempo la silueta de la joven se asomó tras la puerta. Taehyung la miró y ésta le sonrió forzado, lo cual no pasó desapercibido por el castaño.

—¿Ocurre algo? —dijo al ver la mueca de desagrado de Taehyung.

—¿Qué posibilidad hay de que se abran las puertas por si solas? —espetó incrédulo.

—Eh...¿ninguna? —contestó Jennifer adentrándose al departamento.

—Eso creí —susurró desalentado.

Pecado Concebido [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora