Capítulo 33

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—¡Demian! —gritó Jennifer refiriéndose a uno de sus compañeros en los dormitorios — ¿Alguna novedad? —inquirió acercándose al joven despeinado de cabellos cobrizos y ojos zafiros.

—Aún no, nadie lo ha visto regresar —gruñó con molestia rascando su nuca.

—Bien...

"Cuatro horas...¿Dónde mierda te metiste?"

Los minutos pasaban con lentitud tortuosa, incómodo. La preocupación atormentaba a la fémina y la tensión inundaba la región.

"¿Y si le paso algo?"

Ante el pensamiento sus dientes se incrustaron contra una de sus uñas, mientras su ceño se fruncía.

—¡Jennifer! —la voz áspera provenía de una de las calles a sus espaldas hizo que ambos voltearan, encontrándose con un rostro familiar. Otro residente de los dormitorios, un chico de cabellos oscuros con pequeñas ondulaciones y unas cuantas pecas debajo de sus ojos verdosos.

—¿Si dime? —contestó con la esperanza emergiendo de su pecho.

—Un joven dijo haber visto a Kim regresar a la iglesia —informó acercándose a la chica.

—Gracias Dios mío —musitó Jennifer al instante mientras unía sus manos con alevosía—, iré a la iglesia con suerte y ahí siga —habló con la energía renovada.

—Te acompaño, ya es muy tarde —habló Demian intentando frenarla.

—No, mejor quedate, Taehyung puede regresar y si es así te pido que vayas a buscarme —le dedicó una cálida sonrisa —. Y tú igual —ordenó hacia el chico detrás de ellos.

—Pero... —Damián intentó protestar pero el otro joven lo detuvo.

—No te preocupes, iré con cuidado —gritó comenzando a alejarse —. Avísenle a los demás.

Sus piernas se movían con agilidad entre las telas de su vestido blanco, el viento acariciaba sus mejillas y jugueteaba con su melena oscura, la luna llena iluminaba su camino, Jennifer corría con dirección a la iglesia suplicando porque Taehyung se encontrara allí.













[...]

Gemidos ahogados retenían las telas bajo su anatomía, pese a que su cuerpo en forma de ovillo con los pies colgando sobre filo de la elevación era sometido a feroces embestidas que le calaban las entrañas. Podía sentir el falo presionando contra su intestino, al tiempo que torturaba su próstata haciendo que sus lascivos sonidos incrementaran en sincronía.

¡M-mmph Tae-Taeh! —gimió sintiendo los labios sobre su espalda.

—Solo un poco más —pidió el castaño entre gruñidos, aferrándose a los hombros del mayor.

¡Ngh! Un poco más lento —murmuró agotado, el cuerpo de Jungkook bañado en fluidos viscosos se mantenía abrumado de sensaciones eróticas. Un vaivén lento había tomado el control, mientras que Kim reincorporaba el cuerpo del mayor, obligándole a soportar su peso sobre sus rodillas.

Con el cuerpo pesado y sofocado, Jungkook se dejó hacer ante la disminución del ritmo; recargó su espalda contra el pecho del castaño, sobre el hombro reposó su cabeza, luego de que unas fuertes manos lo sujetaron por el abdomen y parte del pecho, quedando totalmente expuesto y sumergido en el momento.

Por otro lado, Taehyung mantenía el ritmo constante, sabía que Jungkook estaba cansado, así que ser agresivo e impulsivo no era una opción. Quería cuidar del cuerpo entre sus brazos y al tenerlo con la guardia baja y los ojos cerrados, se perdió entre sus facciones totalmente afinadas, la piel tersa y jugosa. Jungkook tenía cara de ángel.

—Eres hermoso, Kookie —musitó antes de besar el cuello del pelinegro.

—¿Siempre te pones de empalagoso después de coger a alguien? —respondió Jungkook manteniendo el cuerpo relajado.

—¿Soy empalagoso? —jadeó al sentir algo removerse sobre su vientre.

—U-un poco —contestó percibiendo los primeros signos del próximo orgasmo.

—No tenía idea —el tono ronco sobre su oído seguido de una lengua juguetona estremeció por completo al mayor —, nunca se habían quejado.

—Porque eran mujeres —musitó colocando sus manos sobre las del castaño —, a ellas les encanta ser halagadas.

—Quizás —respondió sonriente al notar la necesidad de Jungkook pues comenzaba a impulsar sus caderas con mayor continuidad —¿Y a ti? ¿Te gusta, Kookie? —su pregunta acarició la piel de Jungkook con total sensualidad, al mismo tiempo que Taehyung comenzaba a salir de su entrada para luego volver a perderse en ella, su tosquedad causó que Jungkook arañará sus brazos.

Más —pidió Jungkook al dejar de sentir movimiento.

Responde Kookie —demandó Taehyung afianzando su agarre sobre el vientre y pecho del mayor. Haciendo tenues hundimientos sobre el vientre con ayuda de sus dedos, con el único objetivo de sentir su extensión a través de la piel.

¡Mmph! —el cuerpo de Jungkook se arqueó ante la presión contra su abdomen.

Para terminar de extinguir la cordura de Jeon, Taehyung abandonó el pecho y centró sus manos sobre la dolorosa erección del pelinegro, sus dedos rozaron la punta del pene y con ello, un gritó descomunal abandonó los labios de Jungkook.

¡Joder, más!

—Contesta —repitió autoritario Kim, continuando con sus jugueteos.

N-no lo sé, ¡yo no lo sé! —la respuesta poco congruente fue suficiente para el castaño, pues también deseaba terminar.

Sin decir nada, volvió a penetrar el interior de Jungkook, solo que ahora era distinto, era rápido y tosco. Sus grandes manos sujetaron la pelvis del mayor, logrando que así soportará el ritmo.

¡Más, más, MÁS! —suplicó Jungkook comenzando a ocuparse de su erección —, ¡Oh Dios! ¡Así! —gimió intentando seguir el ritmo.

Las caderas de Taehyung se vieron forzadas a acelerar el ritmo llevando a ambos a la cima del éxtasis. Un suculento hormigueo invadió su sistema en cuanto sus erecciones liberaban la presión en forma de hilos blancos que mancharon todo a su paso.

El interior del mayor fue llenado, el semen comenzó a descender por los muslos de Jungkook, mientras que el suelo del altar se vió manchado por la esencia del mismo.

Sus cuerpos calientes jadearon una vez más, con la respiración errática ambos unieron sus bocas en un beso tranquilo, sin lengua o segundas intenciones, solo eran ellos disfrutando de la compañía.

Sonrieron gustosos antes de abandonar los labios ajenos y hasta ese instante, Jungkook pudo percatarse de un intruso. Sus ojos se abrieron enfocándose en silueta detrás del castaño, y tras ser percibido por el ser de cabellos negros la persona retrocediendo logrando que su espalda golpeara contra la entrada.

Aquel sonido caló los huesos de Taehyung, negándose a voltear y deseando que no fuera lo pensaba, sin embargo la mirada clavada de Jungkook se lo afirmaba.

Habían sido atrapados.

Taehyung volteó como si la vida se le fuera en ello, con el cuerpo tan rígido por la adrenalina erizando su piel y asumiendo el control, el castaño se vio consumido en aquellos ojos oscuros que reflejaban decepción e incredulidad. Repudio.

—Jenny —susurró sin aliento, pálido y con la sangre helada, que sin darse cuenta una sonrisa cínica comenzaba a dibujarse sobre los labios de Jungkook.


Pecado Concebido [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora