Capítulo 48

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Taehyung y Jisoo corrían tan rápido como podían, huyendo aterrados por el inhumano trato de la población hacia los suyos.

El aroma a madera y carne quemada se alzaba por los cielos, infestado de un nauseabundo olor al pueblo. Los gritos desgarradores se oían a lo lejos, podía ver las llamas fervientes de las hogueras congregarse en el centro del lugar, junto a una multitud cegada por la aberración.

El hilo dorado que guiaba a Taehyung había desaparecido en cuanto se encontró con Jisoo, logrando huir de la trifulca gracias a los árboles cercanos al edificio. Sin embargo, Jennifer no había corrido con la misma suerte, por eso ahora rezaba por su alma, mientras las lágrimas silenciosas se deslizaban por sus mejillas y danzaban con el viento.

Corrieron hasta llegar al bosque, donde se escabulleron entre sus entrañas, apartándose del monstruoso acontecimiento y los vigilantes del pueblo llevando consigo el libro que le había sido concedido.

—¿Y ahora qué? —espetó Jisoo con la voz entrecortada y la mirada inquieta, vagando entre el oscuro panorama. Pero solo logró sumergirse en el silencio lúgubre que rodeaba al castaño.

—No es hora de lamentarse —habló la castaña —. Ella tomó su decisión —susurró Jisoo al ver a Kim inmerso en su mundo

—Lo sé —contestó el castaño siendo apenas capaz de respirar, con un nudo tirando de su garganta.

—Mejor centrate en lo que harás —susurró la chica alejándose.

—Sí —respondió Taehyung con la mirada pérdida sobre el suelo fangoso —. Solo necesito respirar un poco.

—Bien, bien —dijo nerviosa la joven aún siendo capaz de percibir los gritos. Paseó sus manos entre los largos mechones sobre su rostro, mientras sus ojos se clavaban sobre la tierra cubierta de hojas marchitas.

—Iremos a la cabaña de Jungkook —esbozó Taehyung de forma monótona, mientras se aferraba a su bolso.

Jisoo asintió deliberadamente.

—Sí, está bien.

—Gracias —musito sin más, antes de darle la espalda y comenzar a caminar.

Con una mirada vidriosa Jisoo lo vio alejarse, llevándose consigo aquel silencio asfixiante, apaciguando su histerismo y amargura.

—No estamos seguros aquí, hay que movernos —dijo Taehyung al notar a Jisoo distante.

La fémina dió un último vistazo a la ciudad, percatandose del movimiento irregular de los habitantes gracias al destellante fuego de las antorchas.

—Sí —contestó nostálgica, mientras seguía a Taehyung.

Ambos caminaron en silencio a través del bosque, la naturaleza casi muerta y la oscuridad aún se proclamaba dueña del cielo.

El tiempo transcurrió con extrema rapidez, el cielo despejado se abrió paso ante ellos y los primeros rayos acariciando la cúspide de la Montagne du Saudade, en cuanto llegaron a su destino.

—Mierda —resopló Jisoo dejándose caer sobre uno de los sillones.

Taehyung permaneció en silencio yendo a sentarse frente a ella, recargando su cabeza sobre el respaldo y mirando el techo en espera de algo de fuerza.

—¿Qué tanto leíste del libro? —intervino Jisoo intentando aligerar el ambiente.

—No mucho, está en latín.

Suspirando Jisoo abandonó su lugar para acompañar a Taehyung.

—Entonces tenemos más trabajo de lo que crees —. El castaño la observó por unos breves instantes antes de regresar la mirada al techo.

Pecado Concebido [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora