Pecado Concebido [TaeKook]

Capítulo 37

Taehyung POV

La saliva escurre por mi boca, deslizándose por mi barbilla y empapando la mesa.

Abro los ojos con molestia por la luz brillante, parpadeó obligándome a acostumbrarme.

Un amargo sabor inunda mi garganta mezclado con la resequedad. Mi cabeza da vueltas y gruñó en respuesta al moverme sintiendo mi cabeza a punto de estallar.

Oh mierda.

—Vaya forma de despertar —siseo sosteniendo mi cabeza entre ambas manos.

Recorro con los ojos entrecerrados la habitación. Era un desastre, botellas y ropa regadas por doquier acompañadas del olor a tabaco y alcohol.

—Maldita sea Taehyung —digo tocándome la sien. Paso mis dedos entre mi cabello, peinándolo hacia atrás, tensando las fibras delgadas y largas.

¿Hace cuánto que no lo cortaba?

Desde los dieciséis no lo tenía tan largo, cubría parte de mis ojos y casi rozaba con mi hombro. Es raro, se ondula y enreda demasiado.

Otro asunto por resolver.

Gruñó ronco y me levanto, siendo azotado por un leve mareo que me obliga a reafirmarme contra la pared más cercana.

Maldita resaca

Ahora recordaba el por qué había dejado de beber, la satisfacción de olvidar y mecerse en un estado pacífico, sin temores o preocupaciones no era suficiente para los problemas que traía consigo el alcohol.

Te engaña con su encanto pero al día siguiente...¡Agh! Era como tomar felicidad prestada del día siguiente.

Necesito ir al baño...

Enderezó la postura, respirando profundo y asqueándome por la mezcla de aromas. Mi estómago se remueve incómodo, doblándome y haciéndome jadear. La bilis amenaza mi garganta, viéndome en la necesidad de tragar en seco, intentando alejar la sensación de mi cuerpo.

Aguanto la respiración, tenso y ahogándome en náuseas, los segundos pasan y las horcadas no se detienen. Me ahogo.

Boqueo sin poder evitarlo, el ardor en la garganta se intensifica.

Me estremecí con la tensión sobre mis hombros, el escalofrío me eriza la piel, recordándome la necesidad de ir al baño.

A pasos torpes me dirijo hasta la puerta de salida; sin duda estar en los dormitorios era un privilegio, baño propio, cocina, comedor, sala y un amplio espacio, pero estando en posadas los baños son comunitarios.

Respiró profundo antes de salir.

El ambiente mohoso del pasillo perfora mis fosas nasales y revuelve aún más mi estómago.

Oh Dios mio

Corró hacía la planta baja luchando contra las ahorcadas y agradezco al cielo el hecho de que no haya personas en mi camino.

Me arrodillo ante el retrete más cercano, siendo incapaz de retener la bilis que amarga mi garganta.

Expulsó la mezcla, mientras cierro los ojos y siento mi estomago golpear, me aferró al retrete de madera y un sudor frío desciende por mi nuca. Tosó con la garganta quemándome.

—Mierda —susurró apenas pude respirar. Mi cuerpo tiembla y siento mis ojos humedecerse. Dejo caer mi peso sobre el suelo, agotado y con la respiración atrofiada a tal punto de sentir palpitaciones sobre mis oídos.