Pecado Concebido [TaeKook]

Capítulo 11

El llanto desmesurado de la madre estrujo sus pechos, sus brazos sujetaban con fuerza el cuerpo ignorando su olor, su estado e inexistente vida, ahogaba sus gritos sobre la frente de su hijo.

Taehyung y Jennifer permanecieron quietos con los sentidos colapsados por la imagen, sofocado por el ambiente Taehyung salió de la casa, sentía que con el transcurrir de los días existían menos cosas que lo ataban a aquel pueblo.

Al salir de la choza, pudo percatarse de que el anochecer estaba a punto de caer, el invierno se avecinaba, por ende a esa hora el frío era abrumador y el nuboso cielo comenzaba a verse oscurecido por la carencia de los rayos del sol.

Habían permanecido más de lo que creían en la casa de la familia Jung en su débil intento de asistir al hijo menor.

Jennifer a los pocos minutos abandonó el lugar —que al igual que el castaño— buscaba un poco de aire fresco.

A la fémina no le fue difícil visualizar al castaño, que se hallaba no muy lejos, recargado sobre un muro con la mirada perdida en el cielo; Jennifer caminó hasta él, colocándose a un costado del joven.

—¿Y ahora? —cuestionó después de permanecer varios minutos en silencio junto a su lado.

Taehyung sin despegar la mirada del cielo, emitió una tenue sonrisa.

—Ni puta idea —inmediatamente la chica abrió sus ojos de par en par, sorprendida, por la vulgar respuesta.

—¿Perdón? —entonó molesta.

—Lo que escuchaste —respondió centrando sus ojos en la mujer.

—Taehyung, ¿Qué rayos te está pasando? —reclamó Jennifer con el ceño fruncido — ¿Por qué carajos te comportas así?

—¿Así cómo? —dijo molesto y frustrado por lo antes sucedido.

—¿Qué acaso no te das cuenta? ¿O eres imbécil? —el castaño sonrió ante las palabras de la chica, mientras que Jennifer había presenciado el cambio tan abrupto en la actitud de Taehyung, de ser alguien educado se había convertido en un completo cretino a su parecer, cada día se comportaba peor y desconocía la causa de ello, aunque también no podía pasar por alto los "accidentes" que últimamente había tenido.

Con cada día que transcurría, las bolsas debajo de los ojos del castaño crecían y se marcaban en su semblante demacrado.

Taehyung permanecía en silencio fulminándole con la mirada.

—Sabes que...—suspiró frustrada —. Vete a descansar, ya ha sido suficiente por hoy, yo me encargaré de lo que pueda necesitar la señora Jung.

—Gracias —perpleja, Jennifer como acto reflejo busco conectar con la mirada del castaño, logrando percatarse el toque de tristeza que reflejaba —Pero yo...

—¡Pero nada! —exclamó sobresaltado al joven —. Ve a descansar, además tú también estás lastimado.

—No es para tanto.

—En verdad que tus cambios de humor me dan tortícolis —Taehyung esbozó una tenue sonrisa.