Capítulo 44

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El aire frío golpeaba su cara, podía percibir el aroma del bosque, fresco, peligroso y encantador.

Arrugó la nariz ante el dolor muscular que se apoderaba de su cuerpo, abrió los ojos completamente desorientado y se vió rodeado de vegetación apenas viva. El bosque había cambiado, sus matices eran cafés y anaranjados. El otoño estaba a nada de concluir.

Sus ojos marrones analizaron el lugar nunca antes visto, mientras que su mente indagaba sobre sus recuerdos para encontrar el motivo de estar ahí.

Jungkook

Sus ojos se abrieron de par en par, con paro en el corazón y los sentidos alerta al recordar la silueta sobre el suelo, resistiendo.

Un estrepitoso escalofrío erizó su piel y por impulso intentó levantarse, pero el dolor lo seguía torturando.

¿Dónde estaba? ¿Qué había sucedido?

—Quédate quieto —murmuró una voz femenina.

La mirada de Taehyung viajó hasta la figura de una chica de cabellos castaños y piel acaramelada, tenía los ojos dorados, cuando normalmente eran oscuros y vestía con un largo vestido blanco, sobre su estómago llevaba un corset negro, del mismo color una capa colgaba desde sus hombros hasta sus tobillos. Al instante la reconoció.

—¿J-Jisoo? —jadeó Taehyung aún desorientado.

—Tranquilo —dijo la chica acercándose al castaño e inclinándose para verificar la humedad del paño sobre la frente de Taehyung —. Necesitas descansar, la fiebre aún no ha bajado —habló retirando el paño de la frente del joven para sumergirlo en un balde con agua.

—No, no puedo, tengo que ir a buscarlo.

—¿Buscarlo? —Jisoo alzó una de sus cejas —. Usted no puede hacer nada para impedir que el joven Jeon...

—¿Lo conoces? ¿Dónde está? ¿Sabes qué está sucediendo? —cuestionó Taehyung haciendo un esfuerzo por sentarse.

La mujer le observó por unos instantes, inmóvil y en silencio.

—El joven Jeon sigue con la "bestia" en el santuario Yeux de Dame —informó en voz baja mientras exprimía el paño.

—¿La bestia?

—Belial, el príncipe del infierno.

Los ojos de Taehyung se abrieron por completo al escuchar el nombre, la sangre se le congeló mientras que el poco color sobre su rostro desaparecía. Belial, demonio representante de uno de los siete pecados capitales, mencionado en textos antiguos y temido por su poder sobre los hombres. Un demonio de temer, o al menos eso contaban en los libros.

Un par de meses atrás se hubiera carcajeado de haberle intentado convencer de que los demonios existen, pero aquello que creyó fantasía ahora se consolidaba en una cruda realidad.

—¿Trabajas para Jungkook? —fue lo único que pudo preguntar.

—Sí —contestó con simpleza colocando la tela nuevamente sobre la frente del castaño—Soy su confidente mi señor.

—¿Sabes cómo ayudarlo?

—No se entrometa —su voz cada vez era más débil pero sin dejar de ser tajante—. Mi señor solo me ordenó cuidarlo, tratar su fiebre y decirle que regrese a la capital.

—¿Perdón? —con dificultad logró sentarse.

—Olvidé todo sobre este pueblo y a mi señor.

—¿Qué? No, ¡por supuesto que no! Jungkook está en problemas, no voy a...

—Entiendolo Taehyung, no puedes hacer nada por él —la seriedad sobre el rostro de Jisoo incómodo al castaño. ¿Desde cuándo tenía esas expresiones? Esa no era la coqueta señorita que trabajaba en la cafetería.

Pecado Concebido [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora