Capitulo 28. Quiebre.

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Naruto se detuvo y alzo los ojos al cielo. El sonido de las gaviotas le resultaba confuso y agradable al mismo tiempo.

Shion se volvió y cogio el brazo del chico, que parecía estar muy sorprendida de estar cara a cara con el hombre de su vida.

—Ya he hablado mucho de mi misma. —le dijo.

—Oh, pero si suena gratificante oírte hablar de tus nuevos amigos —mascullo con sarcasmo el ojiazul.

—No te pongas majadero —le reprochó ella—. Si quieres puedo escucharte a ti —sonreía mientras tiritaba de frío.

La muchacha llevaba un abrigo de paño negro y un sombrero a juego en lo que a color y edad se refería, aunque no en estilo. Tenía la nariz muy enrojecida.

Shion lo empujó directo a la casa y de una bolsa de regalo sacó un chaleco engomado súper caro.

—Pruébatelo —ordenó— insisto —añadió, al ver que Naruto no quería.

Dos criadas vestidas con abrigos baratos pasaron por delante de ellos cargadas con las compras, y cuando se alejaron Naruto cogio la brillante y pesada prenda negra y la observo. Se la puso despacio, pero cuando sus manos desaparecieron en su interior una expresión complacida empezó a apoderarse de su rostro.

—Deberías quedártelo —dijo Shion en un impulso de generosidad.

Tan pronto como lo dijo, a Naruto le resultó terrible la idea.

—Oh, no, no podría, Shion, no debiste. Y, de todos modos, ¿que diría Hinata si lo viera?

Al recordar su mentira, Shion empezó a sentir que, para empezar: Hinata tampoco merecía ver como le quedaba aquel chaleco tan ostentoso.

—¿Como está Hinata? Me tropecé literalmente ayer con ella, ¿sabes?

–¿Ah, si? No, no tenía idea —Naruto miro a su alrededor.

Shion mintió.
—¿sabes una cosa? Estoy preocupada en cierto modo.

—¿por qué? —quiso saber él—. No puedo imaginarme por qué; tú nunca te preocupas por los demás.

Shion le dedicó una mirada de desaprobación.

—Solo quiero decir, que no le pasará nada. —musito él, a regañadientes—. Yo la protegeré.

—Puede que ya no...

—¿Que quieres decir?

—Bueno, no digo nada malo de ella. Es solo una cosa que vi, una cosa que podría perjudicar a la familia Uzumaki...—Shion se removió en su banco y se inclinó un poco hacia adelante, como si pudiese ocultar con su cuerpo lo que sabía—. Bueno, vi a Hinata con un joven que estaba relacionado de forma muy íntima con ella, hasta el punto de que antes iba a casarse con él.

Naruto se sintió irritado por la escasa claridad con la que hablaba Shion y no pudo evitar que parte de su irritación se trasluciese en su tono de piel:

Se había puesto rojo del enfado.

—¿La viste con él?

—Pues si —respondió Shion fingiendo tristeza.

—Pero, ¿a que te refieres al decir "con él"?

Naruto experimentaba ahora un interés creciente, aunque había sido demasiado descabellado que Shion dijiese lo que parecía estar diciendo.

—Bueno, ya lo sabes... con él.

Naruto abrió los ojos de par en par.

—No, no lo se. ¿Con él, en el salón ayer por la tarde?

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