Capitulo 15. Objetivo.

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Naruto abandonó el escondite en él que se había ocultado y salió de detrás de un árbol sacudiendo las hojas que se habían quedado pegadas a su abrigo.

Contempló la espalda de Hinata hasta que la perdió de vista y, entonces, se limpió la suciedad de los zapatos

Se preguntó si el enloquecedor deseo que sentía por ella resultaba evidente. Su corazón se había acelerado.

Era una mujer obstinada y terca hasta la exasperación, y por ese motivo estaba tan seguro de que era perfecta para él. Ninguna otra había sido capaz de excitarlo de aquella manera. Poco importaba si era a causa de la ira o la lujuria, solo Hinata le hacía hervir la sangre de esa manera.

No sabía si la odiaba o la quería, pero Naruto hubiera preferido sentir amor porqué sabía que, con el tiempo, esa emoción disminuía y, cuando el fuego de las llamas se extinguía, acababa por desaparecer. Pero el deseo aumentaba con el tiempo y cuando más se tardará en sacarlo, más dolía y más consumía a su víctima.

Mikoto apareció junto a él de repente.

—Si esto es lo que llamas "una amiga", no me gustaría comprobar cómo son tus enemigas.

La sonrisa de Naruto no desprendía ni rastro de simpatía.

—Por suerte, todavía no tengo enemigas; no que yo sepa. Iba a mostrarse a sociedad  —por respuesta recibió un silencio sepulcral—. ¿Te he dejado sin habla?

—Maldita sea.

—Buena descripción —Naruto se armo de valor y pregunto—: ¿Crees que hablara con su padre?

—No. —Mikoto le miró a los ojos—. ¿Y tú piensas que es una buena idea presentarte en la alta sociedad?

—No —admitió Naruto, aliviado de que todavía tenía tiempo para pensarlo, y así sería—. Pero estoy convencido de que no me queda otra opción.

Mikoto negó con silenciosa diversión.

—Confió en que, a pesar de que yo no te entienda, sepas lo qué haces. Ahora, si me disculpas, debería encontrar la forma de escabullirme por el jardín antes de que vuelva a ocurrir algo inapropiado.

—Creo que me iré contigo —Naruto se puso a caminar junto a su compañero y se rio cuando Mikoto lo miró con una ceja arqueada—. Cuando se libra una batalla un hombre siempre debe estar preparado.

—Cielo santo. Batallas, herencias, compromisos rotos, contratos. Tú pasado en común con Hinata solo nos traerá problemas.

Naruto se frotó las manos.
—Eso espero.

—Cambiando de tema. Hiashi está decidió a encontrar a quien le está causando problemas a su fortuna. Nos vemos obligados a trabajar como negros para poder hacerle feliz —le aclaró Mikoto.

—Encontraremos la forma de cazar al criminal.

Mikoto se echó a reír.

—Me preguntó qué clase de mayordomos contrata Hiashi —dijo Mikoto con los ojos muy abiertos—. Solo míranos.

—Ni idea. ¿Acaso nos ve como unos policías?

—Supongo que podría llamarse así —El pelinegro metió las manos en su chaleco—. Por ejemplo: primero entras como un mayordomo cualquiera, te haces amigo de tu amo, te asegura que puedes llegar a tener mejores cargos, y lo hace. Ahora entras a su agencia, sin embargo, todavía sigues siendo el mayordomo de las señoritas Hyuga, y por último, ahora pareciera una de esas novelas en las que perseguimos criminales. Estoy bastante seguro de que una de estas posiciones es perfecta para ti y la otra no tanto.

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