—¿Que has dicho...? —repitió Hinata, desconcertada—. ¿De que bebe estás hablando? —intento apartarse, pero él la detiene sujetándola del brazo.Los ojos azules que tanto la mataban la miraban con interés. Hinata le sonríe con escepticismo, seguramente la estaba jodiendo, como siempre lo hacía. El lleva su mano hacia arriba y le acaricia el pelo, desoyendo la vocecita de su cabeza que le dice que no se emocione demasiado. Inspira profundamente, se inclina y le da un besito en los labios.
—No es nada —se limita a contestar.
—¿cómo que no es... nada? —pregunta asombrada.
—Tengo que hacer algunas cosas —dice con cautela. Tenía que ser prudente. Debía mantener eso a un nivel informal, secreto y profesional.
O tal vez, no volver a verla jamás.
Es la típica chica buena con aires de rudeza, aunque algo menor que él. Era peligroso lo que estaba planeando hacer con ella, enigmático, y absolutamente malo. Naruto es consiente de ello, pero aún así tenía que seguir el plan.
Solo había un problema. Temía perderla.
—Respóndeme —le insiste ella, todavía confundida.
—¿Que cosas? —pregunta algo fastidiado.
La verdad es que no tenía nada que hacer. Solo salir huyendo por haber abierto la bocota. Ciertamente, estaba entre la espada y la pared, con muy pocas probabilidades de salir vivo y demasiado efectos personales.
—Tú médico de cabecera parece convencido de que estás embaraza. Llevo dos días por acá cerca, y lo tengo todo embarullado.
Hinata abre los labios. Su respiración parecía haberse detenido, y su tez de porcelana, se había convertido en un blanco azulado.
—Relájate, si —le musitó, intentando calmarla. Ya se imaginaba lo que se venía.
—Co-cómo, me, pides, que...
Hinata apenas podía hablar, sus palabras eran ininteligibles, como susurros.
—No te preocupes por eso —la mira con el ceño fruncido—. En todo caso si fuera cierto, podrías simplemente no tenerlo.
Hinata hace una mueca.
—¿Y porque carajos lo sabes tú? —dice, algo alterada.
—Porqué supongamos que lo deduje apenas me fui de tu casa —afirma con frialdad antes de apoyar la mano sobre su muslo. La otra continuaba entre su vientre—. No nos hemos cuidado en las últimas ocasiones.
¡Carajos! Eso no estaba bien.
Hinata Lanza un grito ahogado. No estaba preparada para tener un hijo. Sasuke varias veces le había propuesto tenerlo; si bien lo decía jodiendo, ella siempre le decía que No.
Sasuke pensaba que era la ruta más viable para unir las familias, y algo bastante placentero intentarlo todos los días para poder conseguir un embarazo... si, ¡para él! No tenía tiempo para pensar demasiado en ello. Naruto desliza la mano a sus hombros y la sujeta con ternura, mientras su corazón sigue latiendo a un ritmo frenético.
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|Latidos|
FanfictionHinata Hyuga era conocida no solo por su belleza y su extraordinario físico, sino también por su personalidad tan atrevida, lo que hacía otorgarle un asiento elevado entre las más deseas chicas de la ciudad. Le resultaba cómico ver hasta dónde era...