—Se mantendrá a su lado.
—¿Sí mi pasado sale a la luz? Sí, lo hará.
Al pronunciar esas palabras se dio cuenta de la verdad que había en ellas. Se habían presentando en muchas ocasiones en las que sabía que podía aferrarse a Hinata. Amaba a su mujer y no cabía duda de que ella lo quería con la misma intensidad pero, por muy perfecta que fuera para él, tenía sus defectos. Dudaba de si misma con demasiada frecuencia. A veces, ella creía que no era lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a cierta situaciones. Y, cuando pensaba que su independencia y su serenidad se veían amenazadas, huía para protegerse.
Naruto dirigí su mirada a la fotografía de ella y sus hijos que había sobre la mesa. Las cosas habían cambiado recientemente. Se había dejado llevar hasta el límite, alejándose de lo único sin lo que él podía vivir: ella.
—Le encanta saber que puedo cuidar de ella, mantenerla a salvo —dijo, sobre todo para él mismo—. Pero, si lo perdiera todo, ella seguiría conmigo. Es a mi a quien quiere, por muy jodido que este.
El dinero, la imagen política... eso a ella nunca le había importado.
—Usted no está jodido, señor. Es demasiado guapa para desgracia de usted —el chofer torció la boca con ironía—. Usted ha tomado decisiones dudosas en lo que concierne a chicas, pero ¿quien no? Es difícil negarse cuando uno tiene ganas y ellas se levantan las faldas.
Naruto se rio de su comentario tan directo.
—Eso que has dicho suena realmente feo, debería tener cuidado cómo tratas a las chicas.Apartó de su mente a Shion Miroku. Preocuparse no iba a servir de nada, ya alguien se encargaría de ella. Y él se centraría en su mujer y en la vida tal cual era ahora.
—¿Dónde está Hinata? —le pregunto.
—Mikoto la está llevando al estudio junto a la señorita Ino Yamanaka.
Naruto asintió, comprendido que ella necesitaba liberar tensiones.
—Gracias, ya puedes marcharte.
Se fue y el volvió a su mesa para recuperar el ritmo del día. Había cambiado una docena de cosas para poder incorporar en su horario el almuerzo de Hinata, y ahora tenía que ponerse al día.
Entró el asistente de cámara con una carta entre las manos y la depositó encima de su escritorio, Naruto le dio la Gracias, albergando la esperanza de ver la letra de Hinata pero se sorprendió al darse cuenta de la firma de Mina.
Sintió una momentánea punzada incómoda y familiar, algo muy parecido al pánico, justo antes de leer.
Naruto a veces no entendía que tenía de bueno para una adolescente como Mina tener a Hinata en su vida, pero ella consideraba que, por muchos motivos, era importante. Así que hizo un esfuerzo por su mujer.
Una sensación de tensión de inmediato. Primero, con una oleada de ira que le erizó la piel.
Para: Naruto Uzumaki
De: Mina Uzumaki"Querido primo, se que es poco conveniente escribirte una carta a esta hora del día. Debes estar ocupado, pero no encontré otra forma de decirte las cosas y, con el corazón destrozado, y las lagrima recorriendo mi rostro espero que la leas antes de poder despedirme de ti. He llegado del instituto y nuestro tío me estuvo esperando. Me enviara de vuelta a casa. Dice que ya no puedo seguir viviendo contigo y con los chicos. Que soy una chica a la que le falta solo un año para ser una mujer y terminar casándome con un joven de clase alta que me enseñe lo que és ser uña dama. No se que me da mas rabia. Si enviarme de vuelta a casa es su solución para mis tonterías de adolescente o el hecho de pensar que un hombre es lo que necesito en mi vida. Hoy más que nunca necesito de ti, espero que puedas terminar pronto, quiero escapar de esto.
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|Latidos|
FanficHinata Hyuga era conocida no solo por su belleza y su extraordinario físico, sino también por su personalidad tan atrevida, lo que hacía otorgarle un asiento elevado entre las más deseas chicas de la ciudad. Le resultaba cómico ver hasta dónde era...