Capitulo 32. Importancia

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Nada iba a detenerle. Sakura había puesto un pie en la casa Hyuga y estaba completamente decidida. Para ser justos, también tenía derecho.

Pero, para ser justos con el resto de los presentes, ninguno estaba contento con su presencia en la casa.

Y lo podía confirmar por Hanabi, Hiashi y Sasuke.

—No puede ser —Hanabi estuvo a punto de escupir su té.

—Oh, claro que puede ser, es Sakura Haruno —replicó Sasuke, apartando la mirada.

Después de tanto tiempo, era como si la vida quisiera pasar la página de la historia para que dejara de ser la última hora y se convirtiera en historia antigua. La gente decía que era un milagro que Hinata Hyuga no hubiera muerto, al recibir una puñalada.

Aparentemente Sakura amortiguo la presión de la navaja como si hubiera decidido inmolarse generosamente por el bien de Hinata. En todo caso, esa era la historia.

Eso le parecía a Sasuke.

Recuerda haber visitado a Hinata cuando Naruto no estaba presente para vigilarla. Se sentía tan culpable como si el mismo la hubiera golpeado. Pero el diagnóstico oficial, de acuerdo con la información de Mikoto fue: "un buen estado y un poco magullada" y cuando Hanabi le pidió a Naruto que le llevara su estuche de maquillaje, todo el mundo asumió que se encontraba mejor.

Sasuke aún estaba repasando los detalles.

Tenía la sensación de que Sakura y Shion estaban disfrutando de la situación, cada una a su modo. Sakura había desaparecido, pero cuando intuyera dónde se había metido Sasuke, las cosas seguramente empeorarían. Tal vez no sería mala idea que fuera familiarizándose con el hospital de la ciudad.

Sakura miro a Sasuke y sus ojos turquesas brillando oscureciéndose. Sus rizos rosas empezaron a ondear alrededor de sus hombros, y antes de que la oyera pronunciar una maldición, un jarrón se precipitó hacia el con tanta velocidad que cayó de espaldas en el suelo.

Lo que parecía la manera de Sakura de decir: "Hola de nuevo"

—Asegúrate de reponer eso que rompiste —le reclamo Hiashi.— no puedes venir hasta aca y romper mis cosas.

Sasuke se levantó con rapidez de la alfombra negra para revelar a una Sakura furiosa.

—Aquí no hay nada que reponer excepto... —Sakura recogió un reloj de arena que descansaba en uno de los aparadores del despacho—. Que a Sasuke le gusta hacer las cosas por las malas, ¿no lo sabe?

Sasuke frunció el ceño sin terminar de creer que estuviera allí.

—Estoy completamente de acuerdo con eso —conjeturó él.

Sakura estaba frustrada reconocía su expresión.

–No puedo creer que te hayas ocultado durante tanto tiempo. Aún no hemos tenido nuestra charla cómo se debe. Sin la información que Shion me dio de tus movimientos no hubiera podido encontrarte.

—Un argumentó interesante.

Hiashi se acercó, apoyando una pesada mano en el hombro de ella.

—Nunca tengo miedo de decir la verdad, señorita Haruno. Estamos en el momento equivocado, y en el lugar equivocado.

Ella se tensó bajo su brazo.

—No estoy segura de conocer el protocolo cuando se trata de enfrentarse al potencial de Sasuke.

—Creo, querida, que esa es justamente la cuestión.

—¿Cómo? —Sakura frunció el cejo.

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