–¿Te gusta?
Ver su cuerpo relajado completamente y su expresión como de “recién follada”, me estaba volviendo loco. Incluso llegué a sentir celos de no ser yo quien le hiciera poner esa expresión.
–Aja.
Fue todo lo que consiguió articular.
–Esto te va a gustar aún más.
Apreté uno de los botones del mando del jacuzzi y Rocío dio un respingo a la vez que se le escapaba un grito.
Había pedido el jacuzzi con un par de extras. El primero las dimensiones y el segundo, varios jets de salida de agua en los asientos, explícitamente para dar placer. Se puso colorada, mientras su respiración cada vez se hacía más fuerte y entrecortada.
Me acerqué a ella.
–Anoche dejaste algo a medias.
–No voy a beber tequila.
–No me refiero a eso.
Bebí del Whisky y me acerqué a ella.
–¿Qué haces?
–Nada.
Puse una mano en su rodilla, mientras, trataba, sin mucho éxito, mantener la calma.
Sus labios entreabiertos, me invitaban a hacer algo más que mirarlos y fantasear con ellos. Ella se los relamió y con una media sonrisa pícara, extendió el brazo y agarro la copa ambar. Dió un trago a mi vaso y volvió a reclinarse y a cerrar los ojos.
–¿Tratas de tentarme?
–¿Yo? ¡Para nada!
–Hace un momento me has acusado de llamarte puta. Me parecería extraño que cambiases de opinión respecto a follar o no, conmigo.
–Joder. Leighton. Estoy tratando con todas mis fuerzas de mantener una buena relación. Así que no empieces a dar por culo.
–¿Cuánto tiempo más vas a aguantar así?
–¿Así cómo?
–Como la chica que ignora sus necesidades. Te provoco y lo sabes.
Siento mi entrepierna arder por la nueva táctica de Rocío. Si lo que pretende es volverme loco, lo está consiguiendo. Ha pasado de ser una insufrible toca pelotas, a una persona calmada y comprensible, como si hubiera tirado la toalla conmigo y ya le diese lo mismo cualquier cosa que pudiera hacer o decir.
Me acerqué a ella, notando su respiración incontrolable. Su rictus serio y los ojos aún cerrados.
–¿Qué puedo ofrecerte que quieras?
–¿Porqué sigues insistiendo en que quiero algo tuyo?
–Sé que lo quieres.
–Entonces no me conoces una mierda.
No sé a quién quería engañar. Puse mis manos sobre sus rodillas y acaricié su piel. Esta vez, no se quejó, aunque pude notar el pequeño temblor que se instaló en su cuerpo.
Acaricié la piel interna de sus muslos, y le abrí de piernas, para colocarme entre medias de ella.
Me miró y pensando que volvería a empujarme, enredó sus dedos en mi pelo y me atrajo hacia ella.
Tan despacio como para hacerme perder la cabeza, me dio de beber de su boca. Bajé hasta la línea de su cuello, mientras metía la mano dentro de las bragas del biquini que ya me estaban sobrando y soltó un suspiro.
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Pero tú... ¿Qué te crees? (Completa)
RomanceVideo trailer en el primer capítulo. Creado por @Ainebooks que es una artistaza creando y escribiendo. Mil gracias ❤️ Rocío viaja a Asturias para reencontrarse con su abuela, pero también con su pasado, que marcará el presente y reescribirá su futur...