Pero tú... ¿Qué te crees? (Completa)

Capítulo 39. Rocío.

–¡No te lo vas a creer!

–Dime… estaba durmiendo…

–He conducido un quad.

–Te odio.

–Nos hemos acostado.

–¿Quién?

–Susana, céntrate.

–Me has despertado.

–Me he acostado en plena naturaleza con él, con Leighton.

–¡Qué zorrón estás hecha! ¿Qué pasa nena? Lo que escucho es bueno, pero tu tono…

–Que soy imbécil, la mayor imbécil del mundo...

–¿Te has enamorado?

–¡Noooo!

–Rociooooo… Que te conozco como si te hubiera parido.

–No me he enamorado, ni siquiera le soporto…

–¿Pero…?

–Pero…No sé…cada vez que me besa, o cada vez que me toca, es como si algo dentro de mí explotase y me recorriese el cuerpo, como si me sintiese llena y loca y viva y…

–¿Enamorada?

–Sí… Ay tía, no sé qué hacer…

–Tírate a la piscina.

–No puedo…

–¿Por qué no puedes, a ver?

–Porque es una piraña. Porque es un mujeriego, vive a tomar por culo a la derecha, solo le interesa el sexo, cosa que apruebo cien por cien y… y si yo quiero más… no ahora, pero… y si dentro de un tiempo lo quiero todo y él ya ha pasado página y vuelve con doñas perfectas… Yo no doy la talla. ¡Tenías que ver con qué clase de mujeres se relaciona! Además la distancia… Y sin contar que soy indiferente para él. Básicamente podría tirarme al pantano de cabeza que no iba a preocuparse de lo que me pudiera pasar.

–A ver, con calma… Dame un segundo.

Se alejó del móvil.

–¿Susy?

–¡Clauuu! ¡Ven y saca a este bicho de aquí! Ya estoy contigo.

–¿Qué pasa?

–Nada, la pesada de mi hermana, no tenía bastante con ocupar mi casa, que ahora también se trae animales callejeros.

Me reí al imaginarme la situación y escuché a una malhumorada Claudia decir algo sobre la poca sensibilidad de mi amiga. ¡Lo que la faltaba!

–¿Es nuestra súper Roci?

–Sí. ¡Saca a ese saco de garrapatas de mi habitación ya, u os vais a la calle los dos!

–¡Hola Rocío!

Me volví a reír y me tiré sobre la cama, mientras jugaba a enredar mi pelo en el dedo.

<<Creo que esto va para largo>>.

–¡Fuera de aquí! ¡Ya!

–No seas tan dura, mujer.

Dije aguantando la risa.

–Me vais a volver loca. Volviendo a lo tuyo. Que viva lejos o cerca es una estupidez. Cuanto más lejos, menos problemas y más ganas cuando os veáis. Además ¿Qué es eso de infravalorarse? Parece mentira que digas esa sarta de idioteces. Si esas tías son tan perfectas ¿por qué narices no le han pescado ya?