𝐄𝐆𝐎 [Sunnew] ©︎

Capítulo 44

Al abrir sus ojos tuvo una vista borrosa, parpadeo más de tres veces hasta que por fin pudo ver con claridad, creando después una mueca por el molesto sonido de la televisión. Aquella chica, luego de insertar aquel líquido procedió a encender el televisor de la habitación, guiando las órdenes que su hermano mayor le había dado al principio, viendo que hasta ahora todo lo que le había dicho hace un par de días se hacía cierto. Su hermano conocía a Sunwoo a la perfección, no cabía duda alguna de esto.

Cuando el menor cruzó miradas con la chica, repasó su rostro por varios segundos. Le parecía conocida, pero claro que lo era, sin embargo, su importancia hacia cierto rostro humano es mínima.

—¿Quien eres? —preguntó con la voz algo ronca, y él, dándose cuenta de esto carraspeo con la garganta mirando después el televisor de mala gana—. Apagalo, me molesta el ruido.

—Soy Lee Siyeon, hermana menor de Sangyeon. Un gusto. —Sunwoo al escuchar aquello, bufo. Desde que despertó, la primera persona en llegar a su mente fue Chanhee, claro que no había olvidado nada, fue sedado sí, pero incluso estando en un estatus perdido de la realidad, siempre tuvo en mente a su mayor, quien ahora corría peligro gravemente.

Soltó una leve sonrisa después, recordando lo que su compañero de trabajo hizo, causando que todo su plan se arruinara. Ahora le parecía tan irónico que la hermana del causante de su enojo, se encontraba sentada frente a él como si nada malo estuviera pasando. Dirigió su mirada una vez más hacia el televisor, justamente en el canal de noticias donde se mostraba una chica sosteniendo un micrófono y hablando. En el fondo de la escena podías notar a dos oficiales hablando, vaya que se veían preocupados.

Siyeon analizó cada una de las expresiones de Sunwoo con atención, recordando después las palabras de su hermano, "No confía en nadie como para si quiera creerte". Quería comprobar que fuera verdad, incluso sonrió cuando notó la sonrisa de Sunwoo desaparecer de sus labios al escuchar el noticiero mencionar la muerte de Choi Chanhee.

—Lo siento. Ha... pasado una semana desde que estás aquí, hace cuatro días se inició una investigación pública para encontrar el cuerpo de Chanhee. Encontraron un charco de sangre en la mansión de los Lee, pertenecía a él. —Sunwoo rio.

Comenzó a reír despacio, llevando su mirada poco a poco hasta dar con la de Siyeon. Esa risa causó que la chica sintiera un inesperado escalofrío por todo su ser, jamás espero que Sunwoo llegara a reír, esperaba cualquier palabra negando la situación, pero en ningún momento llegó a pensar que reiria. No lo niega, sintió miedo entonces. Durante una semana escuchó con atención las palabras de su hermano mayor, describiendo a su compañero en detalle. Alguien tan callado y curioso a su vez. Alguien que parece un ángel cuando duerme, pero al despertar, tan sólo y cruces con sus ojos es como si estuviera impregnando veneno en ti. Aún más, no importa cual sea tu palabra, siempre serás negado.

—Sigue vivo—detuvo su risa, mirando a la chica seriamente así como su expresión mostraba lo mismo—, y lo encontraré.

Dirigió su mirada como último hacia las jeringas insertadas en él, retirando aquellas con mucho cuidado. No era su primera vez estando en un hospital, vaya, pues retirar agujas así no era problema. Se levantó de la camilla, caminando hacia un pequeño armario donde estaba seguro que ahí se encontraba su ropa. Cuando lo abrió, pudo confirmar con la mirada que sus prendas estaban ahí, así que decidió cambiarse, sin importarle que había una chica dentro de la habitación, solo prosiguió sin más. Un pantalón negro, tenis blancos, una camisa color blanco casi creando un patrón con toda la ropa anterior, y finalmente su sudadera gris.

—¿Donde esta Hyungseo? —preguntó quitándose la bata, botando aquella en el suelo y prosiguiendo por ponerse sus pantalones. Al no obtener respuesta, giró su cabeza hacia la chica, pero para su sorpresa, el anteriormente mencionado estaba apenas cruzando la puerta de entrada. Lo miró de pies a cabeza, dándose cuenta que una de sus piernas tenía vendaje encima y sostenía una muleta con él—. ¿Y a ti que te paso?