Capítulo 15

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Septiembre 23, 2020
3:12 AM



Nuevamente mostraba una respiración agitada, lágrimas recorriendo todas sus mejillas, su corazón latiendo desenfrenadamente por el miedo, y un cuerpo sudado que pareciera como si recién saliera de tomar una ducha. Teniendo la mirada de su madre sobre él, al igual que las manos de la misma se colocaban en su cabeza era una tormenta total.

Las manos delgadas de aquella con suavidad acariciaban la cabeza de su hijo, justo en la zona donde había sido golpeado. Tener alusiones a estas horas por las mañanas no era algo raro, pero como siempre causaban el mismo miedo en el chico, aun sabiendo que ellos ya estaban muertos.

»¿Realmente te hicieron daño? Mi pequeño sol...

Comenzó ya a alucinar la voz de su madre, esta vez haciendo sus sollozos cada vez más agitados y fuertes. Incluso tensaba su mandíbula para evitar que más lágrimas siguieran saliendo, pero era algo imposible. Creyó que sus pesadillas acabarían, todo es producto de su cabeza en sí, y justo estando aún lastimada provocaba más y más temor en él.

—¡Alejate! ¡Vete de aquí!

Ese grito tan fuerte y lleno de desesperación causó que tanto Sangyeon como Chanhee despertaran. Las luces de la habitación inmediatamente se encendieron y el mayor bajó de su cama lo más rápido que pudo. De un cajón sacó una jeringa insertando rápidamente algo de anestesia. Una noche más donde veía al menor siendo aterrorizado por aquellas pesadillas.

Se acercó a él hasta llegar a su colchoneta, ahí lo tomó por los hombros causando que quedara sentado sobre aquella. Desde que Sunwoo sintió ese agarre, y aun delirando, comenzó a gritar y a sollozar más fuerte, podía sentir como si su padre lo tomara mientras que su madre seguía tomando su cabeza tirando ya de su cabello. En ese momento tan desgarrado entró Chanhee a la habitación viendo todo.

—¡Vete de aquí! ¡No me toques! ¡Alejate!

Esos gritos tan fuertes llenos de adrenalina mostraban miedo, Sunwoo se sentía solo en ese momento y sin poder ser protegido. Su pecho se hinchaba y deshinchaba de manera feroz al igual que sus lágrimas no tenían punto alguno para detenerse. Todo era un sin fin de gritos, aquellos que inclusive se podían escuchar afuera.

—Kim, todo está bien, tranquilo. —lo abrazó mientras buscaba una de las venas en el brazo del menor, ahí cruzó miradas con Chanhee—. Pásame la jeringa, ¡Ya!

Reaccionó rápido tomando aquella jeringa entregándosela a Sangyeon, ya había encontrado la vena y lo único que quedaba por hacer era introducir el sedante. El líquido poco a poco fue entrando en Sunwoo, sus sollozos y gritos fueron parando hasta que finalmente quedó inconsciente.

Un suspiro lleno de alivio salió de la boca de Sangyeon recostando con cuidado a Sunwoo en la cama. Chanhee corrió rápido al baño para tomar un rollo de papel, con la misma velocidad entró a la habitación y ahí se agacho hasta dar con Sunwoo. Ver su rostro rojo, sus ojos hinchados así como en sus mejillas había aún lágrimas lo hacía sentir vulnerable. Odiaba cuando pasaba esto, odiaba cuando Sunwoo tenía pesadillas de esa manera.

Todo estaba en silencio, el mayor no dejaba de mirar a Sunwoo. Cómo se veía tan débil y aterrorizado. Sabe que sueña con sus padres, pero que pasado tan horrible para llegar a tener sueños así. Desgarradores y sin fin.

—En el departamento... ¿Él tenía pesadillas así? —preguntó Sangyeon en voz baja sin dejar de ver a su amigo ya dormido.

—Si, s-solo lo ví una vez.

Comenzó a decir mientras tomaba un pedazo de papel para poder limpiar las lágrimas de Sunwoo, tanto en sus párpados como en sus mejillas. Lo hacía de la manera más delicada posible, realmente lo cuidaba como nunca pensó cuidar a alguien. Es débil y lo sabe. Apoyarlo es lo único bueno que podía hacer.

𝐄𝐆𝐎 [Sunnew] ©︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora