Capítulo 33

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Un camino largo donde prefirió tener algo de música a su lado y silenciarse a sí mismo, tenía muchas expectativas altas al llegar a su departamento. Varias camionetas y autos pintados en un intenso negro, llevando dentro varios agentes del Señor Choi esperando día tras día ver nuevamente la figura de Kim Sunwoo, llegando por fin a su hogar. Vaya que al llegar, tuvo razón en todo. Desde que el coche que manejaba fue pronto estacionado dentro del área de todos esos edificios, logrando ver también ya esas camionetas y coches blindados.

Desabrocho su cinturón de seguridad dejando a un lado las llaves del mismo, procuro dejarlas debajo del tapete, un escondite sencillo de averiguar, pero justo eso es lo que quería. Pudo salir del auto momentos después, bajando el gorro negro de su sudadera dejando ver por completo su rostro. Ya tenía frente suyo diez personas, todas con una pistola entre sus manos, unas iguales, otras de diferente estilo. Sus trajes eran los que lucían más, entre ellos había una sola mujer. Observo detenidamente a cada uno de ellos, brindándoles una leve y sencilla sonrisa.

—Fui a tomarme unas vacaciones, ¿Qué éste es mi regalo de bienvenida?

Uno de los chicos avanzó quedando justo en el medio, pero claro que reconocía ese rostro. El mismo chico que lo mantuvo preso en el sótano del Señor Choi, ese mismo con el cual permaneció hasta el final logrando escapar de esa mansión. Al verlo borro esa sonrisa de su rostro dando dos pasos adelante, con intenciones de poder tenerlo más de cerca.

—Nos volvemos a ver, ¿Otra vez cumpliendo órdenes de ese hijo de puta? ¿Cuánto te paga, eh?

—¿Dónde está Choi Chanhee?—preguntó cambiando de tema. Alguien que por supuesto solamente va a hacer su trabajo, sin complicarse la vida, porque es así como ha aprendido a trabajar toda su vida. El blanco perfecto para ser contratado por el Señor Choi, porque personas con un pasado tan desgarrador pueden ser también personas fáciles de convencer, eso mismo sucedió con Lee Juyeon, cegado por las palabras baratas de su jefe.

—Primero bajen las armas, estamos en un lugar público, a fin de cuentas.

Juyeon miro a las nueve personas detrás de él, afirmándoles con la cabeza que escucharan las palabras de Sunwoo. Cada uno de ellos guardó las armas en sus respectivos bolsillos, todos a excepción de Juyeon, desde luego no se dejaba fiar tan fácil. Recargó su pistola aun apuntando hacia el menor, el cual al ver todo lo anterior, respondió con una sonrisa llena de ironía.

Saco de su sudadera una USB, una copia con respecto a la verdadera persona que es el Señor Choi. Miro aquella, un par de segundos y finalmente estiró su mano entregándosela a Juyeon. Ambos cruzaron miradas, mientras que la de Juyeon mostraba confusión, la de Sunwoo simplemente no expresaba nada. Así como ha sido siempre.

—¿Quieren saber dónde está, no? Aquí está la respuesta, ahora déjenme en paz.

Segundos después de que Juyeon hubiese tomado esa pequeña USB, Sunwoo de inmediato dio media vuelta para poder adentrarse al edificio, vaya sorpresa el sentir la boquilla de la pistola justamente en su nuca. Se esperaba esta acción en cualquier momento, cosa que lo hizo reaccionar con una sonrisa.

—Me gustaría saber cuanto tiempo has estado trabajando para el Señor Choi, supongo que la paga no es mala, pero, ¿Estas conciente de todo lo que hace para no dañar su imagen? Quiero imaginar que si, ya que me sorprende el que no me creas. Así que puedes mirarla primero, antes de tomar acción.

—No creo en tu palabra, es cierto, así que muéstrame el camino hacia Choi.

Cerró sus ojos largando un suspiro, avanzó pero se detuvo de inmediato al escuchar como Juyeon disparaba de su pistola. Había apuntado cerca del oído de Sunwoo causando que la bala cayera sobre un muro del edificio, y claro que el chico sintió este roce puesto que al tocar su oído pudo sentir sangre gotear cayendo pronto sobre su sudadera negra. Era poca sangre, a decir verdad, aun así, Sunwoo se molestó por esto.

𝐄𝐆𝐎 [Sunnew] ©︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora