Todo a su alrededor se encontraba en silencio, únicamente lograba escuchar las máquinas del hospital trabajar como les correspondía, el viento mover las ramas de los árboles, asimismo sus hojas. Aun sentía su cuerpo demasiado débil, y es que haber recibido tres balas al mismo tiempo lo había dejado bastante vulnerable, más aún cuando después intentó pelear para llegar a salvar a Chanhee, lo que pronto también se convirtió en su prioridad al querer acabar como objetivo con el Señor Choi. Todos y cada uno de esos recuerdos de aquella tarde carcomen su memoria, recordando incluso las plegarias del menor pidiendo que lo dejaran de tocar, un segundo trauma, pues conectaba tan bien con su pasado.
Poco a poco abría sus ojos, recordando ahora todo lo último mencionado por su jefe antes de desmayarse por completo, porque recuerda a la perfección como su familia fue víctima de una fuga de gas en su casa mientras él con urgencia trataba de buscar trabajo para poder servir de ayuda, contactándose con el Señor Choi sin saber que él ya lo estaba buscando desde antes, pero para hacerlo suyo debía deshacerse de aquello que más le distraía, en ese caso su familia, en especial aquel chico de un metro con setenta y cinco centímetros de estatura, un rostro tan peculiar, a esa persona que adoraba con toda su alma. De su hermano menor se trataba, y qué amor tan mas grande que el de la familia, que el de esas personas que te conocen desde nacimiento.
No tenía nada en mente más que asesinar al causante de todos esos traumas que mantenía clavados en su espalda, quería arrancarse todos los cables que conectaban a su cuerpo, sin embargo entró una enfermera, la misma encargada de la habitación notando como ya había despertado. Brindándole una sonrisa que por alguna razón le trajo nostalgia...
Manejaba feliz hacia su casa, una ubicada cerca de un campo donde sus padres eran dueños del gran terreno con seis porteros con su exactitud que poseía bastante fermentación, flores y frutos creciendo, un gran balance de toda la agricultura que su familia mantenía y cuidaba allí. Apenas había recibido su carta de aceptación a un trabajo ejemplar, donde aprendería a ser guardaespaldas de un CEO muy bien respetado dentro del país, ¿y qué empleo más pagado que proteger de alguien? La paga a sus ojos era conveniente, más para como único propósito ayudar a su familia.
Una sonrisa se mantenía en su rostro, emocionado por contarle la noticia a sus padres, imaginándose por dentro igual la expresión de su hermano menor al escuchar que su hermano mayor sería el ejemplo de la familia, un apoyo y método de inspiración para YoungJae.
Apenas entraba a la avenida correspondiente a su casa, viendo humo a lo lejos e inmediatamente cambiando su mueca a una llena de preocupación. Aceleró el pedal apresurando el paso a su casa, mientras más cerca llegaba más fuerte se hacia el olor, aquel demostrando madera y pasto quemado, provocando molestia en su nariz al punto de hacerlo toser. Llegó a su destino, viendo su casa en llamas. No se preocupo si quiera por ponerle el freno de mano a su coche, o dejarlo en un estado tal cual no se moviera.
Cubrió su nariz con su saco negro, planchado y llevado a la tintorería por su madre, la cual le brindó de todo su apoyo para que su hijo pudiera tener completo éxito en su cita de trabajo. Su cuerpo comenzó a arder en el momento que llegó a la puerta de entrada, viendo como madera por madera caía hasta hacerse pedazos. Buscaba por todos lados señal de algún familiar suyo, así que decidió adentrarse más llegando a la cocina, donde vio a su madre en el suelo con madera encima y rostro sangrando, preguntándose cómo pasó su muerte hasta que vio todos los platos, vasos, cubiertos y ollas en el suelo, algunos vidrios rajando el rostro hermoso de su madre.
—M-Madre... —tartamudeó, sintiendo como sus lágrimas hacían presión ya en sus ojos queriendo salir—... ¡Madre! —de acercó hasta agacharse, mirando a su madre quien no reaccionaba. Acariciando su cabello, llevando la diminuta cabeza hasta su pecho haciendo de sus llantos más fuertes—. ¡Por favor dime que aún resistes! ¡Madre! —exclamó más fuerte, viendo como el fuego incrementaba más, pues queriendo seguir buscando a los demás integrantes de su familia, apretó sus puños de coraje, dejando el cuerpo de su madre y avanzando hasta salir de la cocina.
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𝐄𝐆𝐎 [Sunnew] ©︎
Fiksi Penggemar-Llegó tu momento de brillar, quiero que vayas por mi premio mayor, lo quiero a él. "Yubin envió una foto" Vaya vueltas que da la vida, lo que su jefa demandaba ésta vez era al delgado chico de melodiosa voz que estaba sentado en su sala. ¿Qué se de...