Hizo varios movimientos sobre la cama, su cuerpo apenas tomaba en cuenta que recién despertaba. Su cuerpo bajo las sábanas se sentía completamente calentito, demasiado cómodo y sobre todo confortable. Una sonrisa se formo en sus labios recordando la noche pasada, así que en busca de su amado, volteó su cuerpo un poco con la esperanza de notar al chico a su lado, tal vez aun dormido, pero al no ver rastro alguno del menor, abrió sus ojos de golpe, espantado y sobre todo con curiosidad de donde estuviera su chico.
Salió de la cama a prisa descubriendo su cuerpo, aunque vaya que al momento de levantarse, sintió una gran presión entre sus glúteos, haciéndolo querer volver a la cama, más su preocupación por saber dónde estaba su chico, fue mayor. Así que caminó, casi corriendo hasta el armario, tomando ropa interior, un short suyo y una playera de su menor que no dudo en ponerse. Se dirigió al baño, preguntándose qué tal vez Sunwoo tomaba un baño, cepillando sus dientes, muchas probabilidades, sin embargo no rastro alguno fue visible.
Suspiro pesadamente, bajando las escaleras rápidamente soltando uno que otro leve quejido por su dolor trasero. Vaya que trato de no darle importancia, por ello mismo al llegar al primer piso, vio a todo su alrededor, dándose cuenta que aún no había rastro de su amado. Su corazón ya comenzaba a latir desesperadamente, causando que abriera la puerta de entrada saliendo al exterior, claro que lo que no espero, fue ser tomado de los brazos por dos personas diferentes mientras otra de ellas se colocaba frente a él apuntando con una pistola. Aquellas personas que traían puesto un traje junto con radios auditivos conectándose desde sus oídos hasta el bolsillo izquierdo de sus sacos negros manteniendo ahí el pequeño dispositivo.
—¿Quienes son ustedes? ¿Por qué est-? —y antes de poder seguir con su pregunta, notó a lo lejos finalmente a Sunwoo manteniendo una plática con Yubin, esta vez sí que su corazón y nervios no encontraban punto alguno para detenerse—. Suéltenme, por favor—pidió amablemente moviendo sus brazos un poco, resistiéndose—, ¡suéltenme carajo! —exclamó esta vez más fuerte, poniendo todo de él para intentar zafarse de su agarre, pero ningún movimiento de él valía la pena, así que no dudo en escoger ser escuchado, alzando su voz lo suficientemente fuerte para llamar la atención de las dos personas a lo lejos—. ¡Suéltenme! ¡Sonnu! ¡Por favor!
Un grito que fue suficiente, tan pronto y Sunwoo escuchara la delicada voz de su amado, cerró sus ojos deseando no haberlo escuchado. Tenía la idea de que Chanhee despertaría, ¿Si lo haría pronto? También. Por más a prisa que pusiera la situación, no iba a dejar que sus dudas sobre su hermano mayor quedaran en el pasado.
—Kim...-
—Ya sé—interrumpió mientras tensaba su mandíbula, relamiendo sus labios y sintiendo gran dolor en su corazón—, bien, déjame al menos despedirme de él.
Yubin asintió con su cabeza, sacando de uno de los bolsillos de su falda una radio, donde comunicó las siguientes palabras:
—Suéltenlo, dejen que venga. —ordenó.
Pues aquellos guardias recibiendo la orden, soltaron al chico dejándolo correr a rapidez hacia donde Sunwoo se encontraba. Ahí el menor dio media vuelta, viendo correr a su chico con un rostro lleno de preocupación. Respiro profundo, dando unos cinco pasos al frente hasta que finalmente sintió el cuerpo contrario impactar con el suyo en un fuerte y doloroso abrazo. Chanhee enrollo por completo sus brazos en el cuello del chico, llegando a su cabello donde lo acarició con dificultad debido a sus manos temblorosas. Por otro lado, Sunwoo lo sostuvo con fuerza abrazándose de su cintura, llevando pronto sus manos hasta la espalda mayor. Recargo su cabeza en el hombro izquierdo de Chanhee, viendo a lo lejos a los tres guardias caminar hacia ellos, jamás en su vida se imaginó que se encontraría en este tipo de situaciones, tan dolorosas que pareciera que sus mismas cicatrices abrían una vez más.
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𝐄𝐆𝐎 [Sunnew] ©︎
Hayran Kurgu-Llegó tu momento de brillar, quiero que vayas por mi premio mayor, lo quiero a él. "Yubin envió una foto" Vaya vueltas que da la vida, lo que su jefa demandaba ésta vez era al delgado chico de melodiosa voz que estaba sentado en su sala. ¿Qué se de...