Capítulo 39

348 54 7
                                    

Octubre 7, 2020
7:16 PM

Durante los últimos tres días, y desde que supo que su esposa también estaba desaparecida, no se había tomado la molestia de ir a su empresa. No se preocupo siquiera si tenía agendas importantes que tomar. Ahora estaba en una fase donde todo su cuerpo, mente y alma se sentían desesperados. No sabría que hacer sin Chanhee tomando cargo de la empresa, porque vaya que prepararlo durante veinticuatro años no fue en vano.

Apenas entraba su agente, Lee Juyeon brindándole nuevas noticias. Hace media hora y durante la búsqueda de la Señora Choi, recibió una llamada de Hyungseo, jamás espero que toda la rutina del plan cambiaría de manera radical. Entonces decidió crear su propio plan solo para el beneficio de únicamente acabar con el Señor Choi, y teniendo en cuenta la ayuda y confianza de los otros agentes, ya no había nada de qué preocuparse.

—¿Noticias? ¿La encontraron? —preguntó levantándose de golpe de su silla, Juyeon asintió—. ¡¿Dónde está?!

—Se encuentra a treinta minutos lejos de aquí, pero Jefe, permítame decirle algo.

—Adelante. —volvió a sentarse, algo relajado por la respuesta del menor.

—Creo que es momento adecuado para involucrar a la policía, si lo hace quedar bien, se encargarían de encarcelar a toda la rama mafiosa de la familia Lee. Inclusive podrían ayudarnos a la búsqueda de su hijo, confío en que, el lugar donde se encuentra su esposa hallaremos la respuesta.

Hubo un largo silencio.

El Señor Choi procesaba la información un poco, ya que tampoco estaba al tanto de sus sextos sentidos por completo. Momentos antes había pensando en la idea de llamar a la policía. No es la primera vez que los compraría, pero si que sería la primera vez intentándolo en una situación de vida o muerte como lo es ahora. Tenían que hacerlo con cautela puesto que Yubin no es para nada inútil, ella podría fácilmente acabar con el Señor Choi de un solo tiro y él lo sabía a la perfección. Tantos años han transcurrido, tantos años en los cuales se ha sentido bajo presión por las acciones de Yubin.

—No hay nada de qué preocuparse, tiene mi apoyo y el de los demás agentes. Hemos trabajado para usted por años. ¿La Señorita Lee que tiene? Solo unas cuantas personas ganando dinero sucio, mientras usted tiene testigos que han estado con usted día y noche. —hizo una pausa, avanzando hasta quedar frente al escritorio de su jefe—. Nos ensuciaremos las manos sí, pero ella tiene algo que le pertenece. A usted, un CEO muy importante para el país.

Cada una de esas palabras fueron como veneno para el Señor Choi. Su mente recién entraba en un gran colapso, preocupado por su siguiente movida. Había pasado un mes desde que su hijo desapareció. Un mes en el cual la ansiedad recorría todo su ser. Realmente no quería perder a su hijo, no podía imaginarse una vida sin ver a su hijo convertirse en el próximo CEO de una empresa tan importante como lo es la suya. Un trabajo de bienes y raíces que funciona increíble dentro de Corea. Uno tan excelente que lo hace ganar dinero de manera inexplicable.

Sin decir nada más, tomó el teléfono de su escritorio marcando enseguida los números de emergencia de la policía. Juyeon al notar cada uno de los dígitos, sonrió internamente aun manteniendo un semblante serio y preocupante. Escucho con atención las palabras del Señor Choi una vez y un policía logró atender su llamada, aunque también, a través de esa conversación, Juyeon mantenía un pequeño micrófono debajo de su saco que viajaba hasta el hogar de Hyungseo. Ahí escuchó todo con atención y no pudo evitar mostrar una gran sonrisa entre dientes.

—Señorita Choi... prepárese que pronto vendrán a escoltarla, ¿No está emocionada? —pregunto Hyungseo viendo a la mujer con una mirada en llanto, pues una cinta le impedía hablar, sus manos y piernas estaban encadenadas en una silla, y qué decir de su estado, sudaba como si su cuerpo estuviera frente a una gran y ardiente fogata—. ¿Esto es el verdadero amor...? —tomo el mentón de aquella con suavidad, mostrando esta vez una sonrisa entre dientes. Emocionado por tal pregunta, su esposo estaría por venir por ella con policías de resguardo.

Moon Hyungseo si que era bastante conocido dentro de la mafia por ser un gran antonegra, pero también era identificado por un hombre audaz y coqueto, porque a pesar de esa mirada que lo hace ver un chico bueno e inocente, tiene ese lado peligroso y violento de tomar las cosas. Disfrutaba ver el miedo de la gente en sus ojos aun sabiendo que él no les haría daño alguno, convenciendoles con diversión y con una voz sensual que todo mejoraría. Ciertas veces, y como ahora, era para fingir la situación actual. Otras, sí que se alegraba ya que por medio de ese miedo, ganaría grandes cantidades dinero.

Se alejó de ella, cambiando completamente su semblante a uno serio. Dio varios pasos atrás, unos grandes y perfectos para tener una larga distancia. Ahí mismo sacó una pistola de su pantalón dirigiendola enseguida hacia arriba. Una lámpara de techo, una realmente elegante que diseñaba el centro del hogar en el primer piso, lastima que su siguiente acción fue disparar hacia aquella causandola caer. Varios vidrios y cristales fueron expulsados, todos cayendo en direcciones distintas, algunos de los más grandes impactaron en los rostros de ambas personas. Hyungseo recibió uno que cortó gran parte de su pómulo derecho mientras que la Señora Choi recibía dos; uno en su frente y uno en su sien izquierda.

La Señora Choi cerró sus ojos, intentando aguantar el dolor que habían causado esos filosos cristales. Incluso gritó mientras aún lloraba, sin embargo, la cinta sobre su boca no dejó que ese grito fuera tan fuerte.

Ahora la policía estaba en marcha, tres autos con oficiales dentro y con armas. Se trataba de ayudar al gran CEO Choi y no perderían oportunidad alguna. Así también, Juyeon y otros agentes iban detrás de todos esos coches de policía, no estaban nerviosos o algo por el estilo. Vaya que su jefe era el más nervioso y ansioso de todos ahí.

Su ruta iba en camino, y Hyungseo solo, estaría listo también para escapar sin ser capturado por los policías. Desde luego, no es la primera vez que escapa de la ley. Estaba listo, ya que después, estaría en busca de su ególatra favorito, el cual aún se mantenía inconsciente en ese desconocido hospital mientras su amado ya se encontraba como presa en la mansión de Lee Yubin. Una cacería perfecta que no tardaría en empezar.

 Una cacería perfecta que no tardaría en empezar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐄𝐆𝐎 [Sunnew] ©︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora