028: Amistades peligrosas

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Daba gracias a Merlín y a todos los dioses por ser domingo. Después de su pequeña fiesta gryffindiana, Morgana había dormido y no había tenido pesadillas, lo cual era sorprendente. En el último momento habían tenido que huir de la profesora McGonagall para que no los castigara y habían acabado durmiendo los cuatro juntos en un pasillo, por suerte los habían encontrado y al día siguiente estaban en su cama.

En ese momento estaban en la mesa de Gryffindor intentando desayunar en paz. Remus tomaba cereales mientras leía el profeta, James se había quedado mirando un punto fijo y no prestaba atención, Sirius se daba golpes con la cabeza contra la mesa y Morgana tenía la cabeza apoyada en su brazo.

-¡La mejor solución para la resaca es un zumo de manzana!- gritó alguien en su oído, concretamente el capitán de su equipo, Quintus Green.

-Vete a la mierda, Green.- murmuró Sirius deteniendo su tortura.

-Esa es la actitud, Sirius.- dijo él sonriendo.- Me han pedido que te de esto, Morgana.

Esta aceptó el papel sin muchas ganas y comenzó a leerlo:

Cuando puedas ven a mi despacho, tu abuela y yo queremos hablar contigo.

A.D.

-¿Eso es todo?- le preguntó Morgana, guardándose la nota en el bolsillo de la túnica.

-Correcto.- dijo él.- ¡Y venga, alegrad esas caras!

Después de que se fuera, Morgana dijo que también se tenía que ir. Fue a su habitación a darse una ducha fría, se vistió con ropa limpia y se tomó el zumo que le había recomendado Quintus. Llegaba unas horas más tarde a su encuentro, pero iba con una mejor actitud.

Cuando llegó a la puerta del despacho, se sorprendió de escuchar gritos enfadados, eran su abuelo y otro hombre. Se quedó unos segundos mirando la puerta, hasta que finalmente se decidió por llamar a la puerta y abrirla.

-Puedo volver luego si queréis.- dijo mirando al suelo.

-¡Morgana Dumbledore!- dijo la otra voz.- Nos volvemos a ver.

En cuanto ese hombre dijo su nombre, Morgana alzó la mirada para ver a su abuelo de pie muy enfadado, su abuela estaba detrás de él intentando tranquilizarle y el otro hombre... Era el abuelo de Cole.

-Señor.- dijo Morgana sonriendo y acercándose a él.- ¿Cómo se encuentra?

-Ah, Morgana, igual de cansado que siempre.- contestó él, dándole un apretón de manos.- A ver si te pasas un día por la mansión, que hace mucho que no vienes.

-Lo haré, señor, he estado bastante ocupada, ya sabe como es ser una adolescente y lidiar con la escuela.- dijo ella, haciéndole reír.

-Albus, ¿no sabías que conocía a tu nieta?- dijo él con una sonrisa.- Nos conocimos hace casi dos años. Cómo pasa el tiempo.

El director le lanzó una mirada a su nieta de "ya hablaremos más tarde, aunque estás castigada."

-¿Está todo bien, señor?

-En su día te dije que no me llamaras señor, me hace sentir viejo.- rió él.

-Es que lo eres, Gellert.- le dijo su abuelo.

-Venga, Albus, que tenemos la misma edad.- le dijo él sin perder la sonrisa.

Así era, otro de los secretos que había tenido que guardar, era que el abuelo de su mejor amigo serpiente era el famoso Gellert Grindelwald, el villano derrotado por Albus Dumbledore en un duelo. Cuando Cole le contó quien era su abuelo muchas piezas comenzaron a encajar.

Morgana DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora