014: ¿Animagos?

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Los merodeadores (ahora Morgana también era uno de ellos), se habían pasado las últimas semanas investigando alguna forma de pasar las lunas llenas con su amigo lobo, pero ningún libro les daba la solución. Una mañana en clase de transformaciones, la profesora McGonagall se transformó en su animago; entonces Morgana tuvo una idea.

-Profesora McGonagall.- dijo ella llamando a su abuela.- ¿Podría ir al baño?

La profesora le dejó ir y esta se marchó pero no precisamente al baño, sino a la biblioteca; decidió darse prisa para no hacer sospechar. Buscó entre los libros y preguntó a la bibliotecaria, la señorita Pince. Cuando tuvo una respuesta regresó a la clase, se sentó en su silla con total normalidad y se unió a la clase. A su lado, Cole la miraba, seguramente pensando adonde habría ido.

-¿Ani qué?- gritaron James y Sirius. Por la tarde habían encontrado un aula vacía, donde estaban haciendo una reunión. Morgana había expuesto su solución.

-Animago.- corrigió ella.- Y bajad la voz, alguien podría entrar.

-¿Y qué es un animago?- preguntó James.

-La profesora McGonagall es un animago.- dijo Remus como ejemplo.- Pero, Morgana, es muy peligroso, ¿y si algo sale mal?

-Habrá que arriesgarse.- dijo sonriendo.- Chicos, yo estoy dispuesta a hacerlo, ¿estáis conmigo?- dijo extendiendo su mano.

James y Sirius no lo dudaron ni un segundo y colocaron sus manos encima de la de su amiga. Después miraron a Remus, aunque él no iba a transformarse en uno iba a estar presente, finalmente sonrió y puso su mano con la de sus amigos; juntos gritaron: ¡un, dos, tres, merodeadores!.

Así que mientras que Remus iba con James y Sirius bajo la capa de invisibilidad a la sección prohibida, Morgana estaba en el despacho de Dumbledore, como cada noche pasando el rato con sus abuelos; suspiró y decidió sacar su lado Slytherin.

-Oye, abuela.- comenzó ella.- ¿Por qué decidiste convertirte en animago?

Sus abuelos la miraron sorprendida, o aterrados, quién sabía que estaría pasando por la cabeza de la joven bruja.

-Bueno, lo hice para profundizar en todas las ramas de la transformación.- dijo ella mostrando el mayor respeto posible.- ¿Lo preguntas por algo en particular?

-Simple curiosidad.- contestó sonriendo.- ¿Y fue difícil?

-Mucho.- dijo.- Hay que seguir unos pasos absolutamente ridículos para conseguirlo.

-Serán ridículos, pero si fallas en uno podrías acabar diferente.- intervino el director sonriendo.

-No es gracioso, Albus.- dijo Minerva.- Si cometes un paso en falso, podrías acabar con un lado en forma de animal y otro humano, las consecuencias son catastróficas.

-¿Tú también eres un animago, abuelo?- preguntó Morgana utilizando su técnica secreta, cada vez que añadía en una frase la palabra abuelo/a siempre se ablandaban un poco.

-No, no.- dijo él.- No sé si tendría la paciencia suficiente como para estar un mes entero chupando una hoja de mandrágora. Prefiero los caramelos de limón.- dijo mientras desenvolvía uno.

-Morgana.- dijo su abuela.- ¿Entiendes que es algo muy peligroso y que podrías morir en el intento? Lo que quiero decir, es que si fueras a intentarlo que lo hablaras antes con nosotros.

Pues claro que hablaría con vosotros, ya lo estoy haciendo, pensó Morgana con astucia.

-No os preocupéis.- dijo Morgana.- Si fuera a hacer algo os lo diría.

Morgana DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora