060: La cabra y el mago

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A pesar de que el mes de diciembre estaba siendo muy duro para Morgana Dumbledore, por el mero hecho de no haber pasado las navidades con Jerry, también tenía pequeñas cosas que hacía que se sintiera mejor, un ejemplo muy sencillo era su relación con Cole. No entendía como había acabado teniendo una relación importante si su vida era un completo desastre, pero allí estaba ella, yendo a Hogsmeade con los merodeadores para ir a las Tres Escobas, ya que según Sirius necesitaba una cerveza de mantequilla.

Rosmerta les atendió de inmediato y notó la tristeza de Morgana, que aunque llevaba puesta una máscara de indiferencia las veinticuatro horas del día, se le veía algo cansada. La mujer no la veía desde hacía casi dos años y por supuesto sabía que había perdido a su mejor amigo, pero una cosa era escucharlo por el local y otra muy distinta era comprobarlo de primera mano.

-Bueno, aquí estamos.- dijo James frotándose las manos, ya que hacía un frío terrible.- ¿Cuáles son vuestros propósitos para este año?

-Ir a algún bar que mis abuelos no frecuenten.- dijo Morgana con sarcasmo.

Tanto Dumbledore como McGonagall estaban en la barra hablando con la camarera, se les veía bastante felices; como se notaba que no estaban en época de exámenes... A pesar de eso, Morgana no sabía si había sido mera casualidad o lo habían hecho a propósito.

-Mi propósito para este año es montar en hipogrifo.- dijo Sirius bastante orgulloso de su propuesta.

Mientras que los merodeadores discutían temas que carecían de importancia, Morgana se levantó, y dijo que tenía que ir al baño. Llevaba casi cuatro años seguidos yendo a ese bar y jamás había estado en los servicios, por eso cuando intentó ingresar al baño se llevó una gran sorpresa. La puerta estaba cerrada, por lo que miró a los lados para comprobar que no venía nadie, e intentó abrirla con un clip, pero nada, así que tuvo que recurrir a un sencillo "alohomora", aunque tampoco funcionó. Así que con cierto fastidio, se dirigió a la barra del bar para hablar con la propietaria.

-Mira quién está aquí.- dijo Albus dándole una palmadita en la espalda.- ¿Disfrutando de la juventud?

Algo en su interior le obligó a ignorarle completamente y dirigir su mirada a la camarera.

-Madame, ¿les pasa algo a los baños?- preguntó.

-¿Por qué lo preguntas?

-No he podido entrar. He utilizado hasta magia para abrir la puerta, pero nada.- dijo con molestia.- Y la verdad, no creo que usted la haya embrujado para gastar una broma.

-¿Sigue estando ese hechizo activo?- le preguntó Minerva a la camarera.- Pensaba que lo habrías quitado.

Morgana los miró sin comprender. Tuvo que apretarse las manos para no pegar un puñetazo a la mesa, necesitaba urgentemente ir al baño y ellos no estaban ayudando con tanta adivinanza.

-Cuando mi padre regentaba este bar, colocó un hechizo en los baños para que se cerraran ante... Ciertas personas.- dijo Rosmerta dudando un poco.- Normalmente si alguien ocultaba un secreto, la puerta se cerraba y no se abría de ninguna de las maneras. Era una forma de mantener a la gente extraña alejada de aquí.

-¿Me toma el pelo?- dijo Morgana con mucho sarcasmo, además del que era cruel.- ¿Es que acaso guarda un horrocrux en el inodoro?

Cogió su bufanda y se la puso al cuello, mientras que se ajustaba el abrigo. Si se hubiera fijado un poco más, habría visto la mirada de sorpresa que le echaba su abuelo.

-¿A dónde vas?- le dijo Minerva preocupada.

-Al baño del tío Abe.- dijo ella.- Puede que esté en pésimas condiciones, pero al menos estará abierto para todas las personas.

Morgana DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora