-Baja la voz, ¿quieres?- chistó.- Si hablas más alto nos pillarán.
-Te dije que debíamos de habernos reunido en otro sitio, como un aula vacía.
Morgana Dumbledore había sido, prácticamente obligada, por sus amigos para que saliera de la biblioteca y se divirtiera, cosa con la que Tom no había estado del todo de acuerdo, sin embargo, no dijo nada más, simplemente le medio animó a que saliera con Cole. Así que ahí estaban ellos, en mitad de un oscuro pasillo discutiendo sobre que lugar era mejor para verse a escondidas y de momento, Cole iba perdiendo.
-Oigo pasos.- susurró Morgana.- Viene alguien.
-No viene nadie.- le dijo con burla y acercándose demasiado a ella.- Son imaginaciones tuyas.
Pero, evidentemente, ella tenía razón, y es que desde que era animago, sus sentidos se agudizaron más. Por eso, se llevaron una gran sorpresa cuando vieron detrás de ellos a Horace Slughorn. Y de pronto, se produjo un silencio sumamente incómodo.
-¡Profesor Slughorn!
Los había pillado besándose en un pasillo. Y lo peor de todo, es que los había atrapado el mejor amigo de Dumbledore, por lo que una cosa estaba clara y es que estaban muertos.
-Ah...
Por una vez, la vieja serpiente, no tenía nada que decir.
-Profesor.- dijo Cole.- ¿Podría no decírselo a nadie?
-No creo... No creo que pueda.- tartamudeó.- Tendré que contárselo a Albus.
-No lo haga.- le suplicó Morgana.- Por favor.
Miró a los lados con cierto nerviosismo mientras sus dos alumnos favoritos trataban de convencerle, hasta que una sonrisa apareció en sus labios, augurando un mal presagio para los dos adolescentes.
-Creo que podría hacerlo con varias condiciones.- dijo levantando la mano.- La primera es que vengáis juntos a mi próxima cena de mi pequeño club.- vio que ambos iban a replicar, así que se apresuró a continuar.- Nadie sospechará nada porque diré que cada invitado tendrá que asistir con una persona diferente a la de su casa.
-Bueno...- dijo Morgana un tanto insegura.- ¿Y cuál es la otra condición?
Horace estalló en risas y negó con la cabeza muy divertido, mientras que a Cole se le agotaba la paciencia.
-Verás, querida.- dijo pasándole la mano por el hombro.- Creo que eso ya lo descubriréis a medida que pase el tiempo.
Les dio un par de instrucciones más, como la hora a la que debían asistir o como vestir. Después de eso se marchó dando pequeños saltos y riéndose de su buena suerte. No mucho después, Cole acompañó a Morgana a su sala común y se despidieron en la amada oscuridad. Avanzó con cierto sigilo por la sala común, pero una voz a sus espaldas hizo que se detuviera.
-Noto algo extraño en torno a ti.- dijo Tom Riddle sentado en una de las butacas.
-Me disgusta que salgas del diario cuando quieras.- suspiró ella.- Ahora tienes toda la libertad del mundo y eso me asusta.
Ya no era necesario que el horrocrux le pidiera permiso para pasearse por ahí, lo hacía sin más, ya que cada día era más fuerte y poderoso, un problema que se les podría ir de las manos si no lo controlaban bien. Ante su mirada impaciente, Morgana le contó las últimas noticias y pensó que el espíritu estaría decepcionado, pero en cambio estaba pensativo.
-Creo que es lo mejor que nos podría haber pasado.
-¿Nos?- inquirió con una ceja levantada.
-Es tu oportunidad para hablar con Slughorn de ese tema.- dijo resaltando la última palabra.- Él sabe mucho de horrocruxes. No encontrarás un momento mejor.
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Morgana Dumbledore
FanficEl mundo mágico está conmocionado. La nieta del mago más poderoso de todos los tiempos ha llegado a Hogwarts. ¿Lo malo? Ni el propio Dumbledore sabía de su llegada.