031: Michael

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Lo que más amaba Morgana de la navidad era pasarla en el mundo mágico. No hacía mucho hubiera dado todo su dinero por pasarla junto a Jerry, pero con el paso de los años, se dio cuenta de que pasarla en Cabeza de Puerco con su familia, era lo más divertido.

Su bisabuelo Percival, el ex convicto de Azkaban, ya no vivía con Aberforth, hacía tiempo que era cuidado por su hermana, Honoria; Morgana solo la había conocido en dos ocasiones y había decidido que era muy parecida a su tío Robert, aunque no estuvieran relacionados por sangre. Por lo tanto en la cena de Navidad eran, sus abuelos, Aberforth, Malcolm, los retratos y ella.

Por eso cuando se sentó en el bar de su tío, solo pudo esperar que la noche transcurriera con normalidad, pero no lo hizo. En el bar se había instalado un teléfono muggle, por insistencia de Morgana, que había dicho que así podría llamar a Jerry, aunque también servía para contactar con el negocio de las Siete Hermanas. No mucho antes de la cena, estaban todos reunidos, todos excepto Malcolm, cuando de pronto el teléfono comenzó a sonar sobresaltando a los presentes, menos a Morgana que estaba acostumbrada.

-Aberforth al habla.- dijo él al teléfono.- Sí, está aquí.- bajó el teléfono y le hizo gestos a su sobrina para que se acercara.

-¿Hola?- dijo ella desconcertada, ya que no sabía con quien iba a hablar.- Así es. Es mi tío.

Pasaron unos segundos en los que Morgana solo decía "sí" y nada más, hasta que finalmente colgó el teléfono con una mirada diferente.

-Tengo que irme.- dijo ella cogiendo el abrigo.

-Morgana Dumbledore.- dijo su abuela bloqueándole el paso.- No te vas a ningún sitio hasta que nos cuentes que pasa.

-Luego lo haré.- dijo ella.- Tío Abe, ¿puedo utilizar tu flu?

El camarero solo asintió, ya que estaba igual de confundido que los demás.

-Se trata de Malcolm, ¿verdad?- dijo Minerva.- ¿Qué ha hecho esta vez?

-Sí, es sobre él.- dijo ella.- No os preocupéis, no me pasará nada. En menos de lo que canta un gallo estaremos de vuelta.

Sus abuelos iban a replicar, pero fue demasiado tarde, porque las llamas verdes ya la habían consumido.

-¿Qué significa eso del gallo?- preguntó Aberforth rompiendo el silencio.

En el mundo muggle, Morgana aparecía en un bar mágico, no muy lejos de su destino. Caminaba a un ritmo sensato y con su bastón en la mano, quizás lo había cogido solo para intimidar, y era muy posible que lo necesitara.

Se paró delante de un edificio no muy grande que tenía escrito en un letrero: "Estación de Policía". Entró y comenzó a imaginarse todas las teorías posibles de porque Malcolm estaba en el calabozo.

-Hola.- dijo Morgana a un policía que estaba bebiendo una taza de café y con los pies encima de la mesa.- Estoy buscando al oficial Millers.

-Yo soy el oficial Millers.- dijo él adoptando una postura más profesional.- ¿Y tú eres?

-Morgana Dumbledore.- dijo ella manteniendo una expresión digna de un Slytherin.- Hablamos por teléfono.

-Ah, sí, la niña de diez años que viene a salvar a su tío.- dijo él con un tono de malicia.

Morgana, se dio cuenta de que lo que quería el oficial era provocarla para poder encerrarla también o denunciarla. Pero, como había dicho Remus, ella era un león disfrazado de serpiente; por eso no se dejaría intimidar por un policía.

-¿Y bien?- dijo ella.- ¿Por qué lo han encerrado?

-Por cometer un crimen espantoso, es lamentable que no se les pueda mandar a la horca.- dijo él sonriendo.- ¿Opina igual que yo, verdad?

Morgana DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora