065: Morgana Dumbledore

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Morgana Dumbledore no era alguien que creyera en la vida más allá de la muerte, tampoco en el cielo ni en el infierno, ella era una persona práctica que se basaba en hechos y evidencias, pero, cuando se levantó en un prado inmenso, con nadie a su alrededor y con una luz blanquecina al fondo, pensó que estaba equivocada sobre todo eso. Se levantó y miró hacia los lados buscando a alguien, no importaba a quién, pero necesitaba encontrar a alguna persona. Había mucha niebla por allí, lo que le dificultaba la visión. Comenzó a caminar y se dio cuenta de que, por cada paso que daba, la luz era más intensa.

-No, no...- murmuró, se dio la vuelta y caminó por otro lado.- No puedo morir. No, no...

Alguien le tocó el hombro y lo único que hizo ella fue gritar del susto y tropezarse hacia atrás.

-Cuidado, o te harás daño.- dijo riéndose.- Ven, déjame que te ayude.

El hombre le dio la mano y esta, muy nerviosa, dejó que le ayudara a levantarse. Lo miró de arriba a abajo y sintió que las manos le sudaban con nerviosismo.

-Eres... Eres... Me... Mer...- tartamudeó como nunca lo había hecho.- Eres... Eres... Merlín.

-Cierto es.

Tenía seis cromos suyos de las ranas de chocolate. Uno de ellos se lo cambió a Jerry no hacía tanto tiempo. Aunque... Si Merlín estaba frente a ella, solo podía significar una cosa.

-¿Estoy muerta?- preguntó sorprendida.

-Todavía no.- dijo.- Tengo entendido que los muggles lo llaman el limbo. Aquí es más bien como una transición, casi como un punto de espera.

-Nada de lo que estás diciendo tiene sentido.

Merlín se rio a carcajadas, incluso aplaudió como una foca de circo.

-Normalmente, cuando alguien muere, lo hace y ya está.- explicó, poniéndole una mano sobre los hombros.- Pero solo los magos más importantes han pasado por aquí. Solo ellos tienen el privilegio de hablar conmigo y después, mueren.

-Yo no soy nadie importante.- dijo.- Solo soy Morgana Dumbledore.

-Tú eres mi elegida.

-¿Perdón?

Merlín negó con la cabeza y comenzó a caminar. Para no quedarse atrás, Morgana corrió detrás de él y de nuevo, el mago le pasó el brazo por los hombros, como si fuera su propia nieta. En el fondo, era una imagen entrañable.

-Yo soy el Gran Mago.- dijo finalmente.- Fui yo quien intervino en la profecía. Lleva creada desde hace siglos y cuando naciste, vi todo tu futuro y supe exactamente que nos reuniríamos aquí.

-Tú eres... Tú eres el autor de mi profecía.- repitió ella en shock.- Pues claro... M.A significa Merlín Aureliano... Tu padre era el rey Arturo, ¿cierto?

-Así es.- contestó divertido.- Se me conoce por muchos nombres, uno de ellos es ese. Solo los que han leído hasta altas horas de la noche podrían saber que ese fue el apellido de mi padre. Y tú, lo sabías.

-A mí mejor amigo y a mí nos gustaban mucho esas historias.

-Lo sé.- sonrió.- He visto todo lo que has hecho. Desde lo que le pasó a Jerry cuando tenía cinco años hasta el día de hoy. Y la verdad es que solo puedo decir que estoy muy orgulloso de ti. No has matado a Grindelwald y has aceptado la muerte. Muy pocas personas lo han hecho.

Siguieron caminando y se mantuvieron en silencio. Lo único que se escuchaba eran sus pisadas.

-¿Por qué me elegiste a mí?- le preguntó deteniéndose.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2021 ⏰

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